3 nov 2009

Planeando…


Pirois permaneció observando aquella escena patética por más de diez minutos antes de hartarse, sin lugar a dudas era interesante verlos pelear así, porque se suponía eran compañeros de la orden de Athena. De pronto cayó en la cuenta de que había ofrecido a Mime lo que quisiera a cambio de que lo dejase ver el espectáculo aquel, volvió su mirada hacia el rubio que permanecía sentado en la cama leyendo un libro que había encontrado entre las cosas de Saga.

–La verdad ni estuvo tan interesante. –se quejó el guerrero solar sentándose al lado del asgardiano.

–No me interesa, en este maldito lugar todos pelean contra todos, ¿no te habías fijado? Más que alianza parece que están en equilibrio aparente, como si todo estuviera a punto de estallar entre ellos.

El comentario e Mime le sonaba lógico, después de todo lo único que habían visto desde su llegada era que estaba discutiendo, insultándose y atacándose entre ellos. Su misión en el santuario de Athena estaba siendo muy fructífera después de todo.

– ¡Tienes razón! –exclamó dejándose caer sobre la cama, el rubio le miró de reojo, puso el libro a un lado suyo y se inclinó sobre el pelirrojo para besarlo, el inglés rodeó el cuerpo de Mime con sus brazos y le jaló para colocarlo sobre su cuerpo y poder tocarlo con mayor facilidad.

Mime comenzó a besar el cuello del pelirrojo logrando que este se volteara para quedar sobre el asgardiano y tener el control sobre el jugueteo, Mime le miró desconcertado mientras se despojaba de su camisa ante sus ojos dejándole ver aquel bien formado torso, sonrió al ver la expresión facial del rubio al verlo, estaba satisfecho, comenzó a retirar la camisa del asgardiano sin que éste hiciese algo para detenerlo.

– ¿Esto es lo que quieres Mime? – preguntó el rubio mirándolo fijamente.

– ¿De qué hablas? –preguntó Mime aún más desconcertado.

–Te dije que podías tener lo que quisieras, a cambio de  dejarme ver aquel pleito ridículo.

– ¡No! –exclamó enderezándose y quitándoselo de encima –no juegues conmigo Pirois, aún no te he dicho lo que quiero por dejarte ver aquello, no quieras manipularme.

–No te enojes Mime, sólo dime lo que quieres y ya, así vienes y lo hacemos. –dijo el pelirrojo recostándose de nuevo sobre el lecho.

– ¡No entiendes! Te quiero a ti, quiero que me ames, que me tomes en serio, que sientas lo que yo siento por ti. ¿Es tan difícil para ti entenderme?

El inglés quedó estupefacto tras escuchar aquello, Mime iba en serio con él, no era un juego; estaba enmudecido, no sabía qué decir o cómo reaccionar ante aquello.

– ¿No puedes dármelo verdad? –preguntó Mime dramatizando.

–No es eso Mime, ¡dioses! Estamos aquí por una misión en específico. ¿qué quieres que haga, ah? Dímelo, yo no puedo ponerme a pensar en ti cuando estoy aquí para vencer esta alianza por órdenes de mi dios, tú lo sabes bien. –explicaba sentado sobre la cama mirándolo fijamente.

–La misión me importa un comino, sólo me importas tú, ¿qué si mueres en esta ridícula batalla por venganza? Una venganza que nada tiene que ver conmigo, y si nos detenemos a pensarlo con cuidado tampoco contigo.

–Mime… –musitó el pelirrojo desesperándose al verle reclamarle con tanta intensidad.

–De verdad no quiero que mueras en algo que nada tiene que ver contigo ni conmigo, quiero poder estar contigo sin tener que luchar batallas ajenas.

–Voy a caminar, no puedo seguir hablando de este tema, no ahora. –dijo el inglés caminando hacia la puerta para salir de la habitación mientras Mime le miraba luciendo desconsolado.

El rubio se asomó por la ventana, y tras asegurarse que el guerrero solar se había ido se dejó caer sobre la cama, había sido demasiado drama para él, al menos había logrado desconcertarlo, si todo marchaba bien el inglés se le rendiría y podría apresarlo en el templo principal para convencerlo de dejar la lucha de Helios, después de todo no quería matarlo, de verdad estaba involucrándose con aquel guerrero enemigo.

En las afueras del templo de Géminis, Aioria y Shaka observaban lo que el guerrero solar hacía, sin lugar a dudas Mime había dicho algo que le había descolocado, su expresión no era la usual, lucía angustiado.

– ¿Crees que Mime le haya hecho algo? –preguntó Aioria curioso.
– ¿Cómo qué Aioria? –respondió Shaka desconcertado por aquella pregunta.

– ¡Yo qué sé! A lo mejor le declaró su amor o quiso violarlo, no sé, pero ese sujeto se ve más raro de lo normal, ¿no?

–Ay Aioria… sí debió pasar algo, no sabría decir qué, pero efectivamente Pirois luce desconcertado. –respondió Shaka vigilándolo de lejos.

–Al menos de algo sirvió el espectáculo de Deathmask y Aphrodtite. –rió Aioria recordándolo.

–Lo mejor será ir a nuestros templos, puede notar nuestra presencia cuando logre estabilizar su mente. –dijo Shaka haciendo caso omiso al comentario de su compañero de armas.

–Sí, sí. Vayamos a nuestros templos, pues. –respondió Aioria en tono de reclamo por haber sido ignorado el guardián de Leo.

Pirois caminó sin rumbo fijo hasta notar que estaba muy alejado del santuario, habían pasado más de dos horas que había caminado sin parar, volvió su mirada hacia su alrededor, quizás notaba algo conocido que pudiera servirle como referencia y así poder regresar al santuario, faltaba al menos una hora antes de anochecer, debía darse prisa, no sabía qué tan inseguro podría ser el rumbo estando oscuro.

– ¡Demonios! –exclamó ansioso, odiaba esa clase de situaciones, le gustaba tener las cosas bajo control.

Desde el templo principal Deathmask discutía con Saga y Shura, el guardián de Cáncer le había seguido y conocía a la perfección aquel rumbo, para él era la ocasión perfecta de darle muerte sin que algún guerrero ateniense hubiera tenido algo que ver.

–No Deathmask, hay un plan, debemos ajustarnos a éste. –explicaba Shura ya desesperado por la insistencia del italiano.

–Nadie tiene porqué saber qué pasó, cuando lo encuentren ya estará muy mal el cadáver como para sacar alguna conclusión.  –insistía nuevamente Deathmask.

–¿Cuántas veces se te tiene que decir que no? –respondió finalmente Saga tras haber gastado 10 minutos escuchando a shura y Deathmask discutir el tema.

–Sabes que es conveniente Saga, no quieras engañarte.

–Haz lo que quieras, ya me tienes aburrido. Igualmente si algo sale mal será culpa tuya, y Shura sabe que nadie te dijo que podías hacerlo.

–No puedes ser menos necio Saga, sabemos que si nos deshacemos de él ahora Helios habrá perdido un guerrero importante.

–¿Y si eso lo hace atacar lleno de cólera? Aún no estamos preparados para la lucha Deathmask, ya entiende. –insistió Saga caminando hacia el interior del templo principal.

–Ve a tu templo Deathmask, pule tus rostros, yo qué sé, haz algo útil. –dijo Shura caminando detrás de Saga.

El guardián de Cáncer se volvió hacia las escaleras y comenzó a descenderlas, estaba convencido de lo que pensaba y, según él, nada tenía que ver su molestia por la escenita del pisciano horas atrás.

–Voy a ver qué está haciendo ese idiota, quizás ya se perdió más. No voy a matarlo, sólo lo voy a dejar fuera y ya. –rió el italiano dirigiéndose hacia el bosque, donde Pirois seguía tratando de hallar el camino de regreso al santuario.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

hola valla que capitulo porfas conti y aversi logran confundirlos real mente para la pelea porfas conti

Saga Zuster Escritora dijo...

Gracias por leer y comentar, espero tener entre esta y la próxima semana la continuación de esta historia ^^

Un abrazo.
Saga Zuster ;)