12 dic 2009

Truly in love with you

TRULY IN LOVE WITH YOU

‘¿Por qué no puedo evitar pensar en él?... ¿En su rostro?... ¿En su mirada?’

La lluvia azotaba con fuerza el exterior mientras él observaba la calle cuidadosamente, desde que su jefe le había encomendado el cuidado de Ayase no podía evitar abstraerse de la realidad pensando siempre en la profunda y triste mirada que el chico tenía… pero sobre todo, en esa siempre gentil actitud que manifestaba sin importar lo que le sucediese.

-Kuba san ¿Todo está bien?-

Aquella débil pero dulce voz logró traerlo de vuelta al apartamento de Kanou, donde debía permanecer hasta que su jefe llegara el fin de semana junto con su hermano y Gion, y aunque Kanou rara vez se separaba por más de 3 horas de Ayase, ésta vez no había tenido otra opción, por lo que siendo él su mano derecha le correspondía mantener y garantizar la seguridad de Ayase durante la ausencia del jefe

-Sí, ¿Sucede algo Ayase-san?- preguntó Kuba finalmente notando la inmensa curiosidad en la mirada del chico.

-Se veía muy distraído Kuba-san, pero me alegro que se encuentre bien- dijo sonriente…

Si algo era capaz de iluminar su día era ver esa tierna sonrisa que sólo Ayase podía tener, al menos desde su perspectiva, ahora entendía el por qué Kanou se aferraba a la sola idea de lograr que Ayase le amara…

-Gracias-  respondió secamente volviendo su mirada hacia la ventana para evitar cometer alguna idiotez…

Ayase le miró un par de segundos lleno de curiosidad, algo en Kuba era extraño, si de por sí su actitud era fría y distante ahora parecía un congelador que procuraba evitarle como diera lugar y sin lugar a dudas, le provocaba averiguar la razón.

Se sentó en el sillón sin emitir una sola palabra mirando al pelinegro fijamente, como tratando de adivinar sus pensamientos tan sólo de ver su postura, su semblante, o al menos, lo poco que alcanzaba a ver de él…

-¿Cuándo regresará Kanou-san?- preguntó finalmente quebrando el silencio que lograba mantener a Kuba tranquilo.

-El sábado por la noche- respondió sin siquiera volver la mirada hacia Ayase.

-¿Mañana hay planes?- preguntó nuevamente con la intención de hacerle la plática.

-No-

Bajó su mirada con profunda tristeza, gustaba de socializar y Kuba no le era desagradable, pero algo en ese hombre estaba llenándolo de curiosidad y quería averiguarlo.

Kuba le miró de reojo notando aquella tristeza en su rostro, quería sin dudarlo acercarse y consolarle, conocerle, besarle y rodearle con sus brazos, pero le era prohibido el siquiera imaginarlo, si Kanou se enterara de sus más profundos deseos le mataría fríamente, lo mejor era olvidarlo…

-¿Someya-san vendrá mañana?- preguntó Ayase sin levantar la mirada, obligando a que Kuba voltease a mirarle.

-No creo- respondió mirándolo con tranquilidad.

-¡Hay algo que ha cambiado Kuba-san! ¿Qué es? ¿Qué he hecho mal?- preguntó con desesperación y lágrimas rodando por sus pálidas mejillas.

Aquella imagen de Ayase le conmovía pero a la vez le horrorizaba, no era la primera vez que veía esa expresión en él, pero jamás había sido por él, siempre por causa de Kanou…

-No sé de que habla Ayase-san- caminó lentamente hacia la cocina con el propósito de preparar café y así distraerse de todo aquello, quizás, si corría con suerte, Ayase se aburriría y le dejaría en paz.

-¡Responde por favor!- exclamó Ayase deteniéndolo con ambos brazos.

El siquiera sentir las manos de Ayase sobre sus brazos para detenerle le estaba volviendo loco, quería besarlo, abrazarlo… volteó su rostro con brusquedad para evitar mirarlo actitud percibida por Ayase quien bajó su mirada y continuó:

-Por favor… dime qué he hecho mal… ¡Perdón!- exclamó finalmente captando la total atención de Kuba.

‘¡¿Perdón?! ¿Porqué siempre tiene que disculparse siendo él la víctima en todo esto?’

Pensó desesperado, se zafó del agarre de Ayase sin hacer mayor aspaviento y bajó su mirada al suelo, cerró fuertemente sus ojos negando repetidamente con la cabeza. Ayase le miraba desconcertado, no podía entender lo que pasaba por la cabeza de Kuba, pero por alguna extraña razón tenía la necesidad de hacerlo.

Kuba abrió sus ojos y le miró directamente, acercó sus manos al rostro del joven y, acariciando sus mejillas, acercó sus labios a los del chico apenas en un débil roce. Ayase permaneció congelado, no le desagradaba aquel contacto, pero no podía terminar de entender la actitud de Kuba hacia él…

Separó lentamente su rostro del de Ayase contemplando la mirada repleta de confusión que le dedicaba, las mejillas del chico estaban encendidas lo que lograba hacerlo ver más bello de lo que normalmente le veía.

‘¿De verdad habrá llegado a amar al jefe, incluso pese a todas las humillaciones que le ha hecho?’

Pensó mirando cuidadosamente el  desconcertado rostro de Ayase que seguía mirándolo sin poder articular palabra alguna, de la primera vez que le vio al presente día, Ayase había cambiado demasiado para con Kanou, a sus ojos era muy posible que ya correspondiera los sentimientos de su jefe.

Retomó su camino hacia la cocina sin decir nada, sabía que se decía algo terminaría haciendo algo de lo que, muy probablemente, llegaría a arrepentirse toda su vida, si es que lograba conservarla.

Ayase se volvió para mirar a Kuba caminar hacia la cocina sin dar aún crédito a lo que le acababa de suceder, estaba confundido sí, pero el hecho de que le hubiera besado y sin decir nada se hubiera alejado de él lograba confundirlo aún más… ¿Acaso sólo le deseaba?... ¿Sentía algo por él?... ¡No podía ser! Si Kanou se llegaba a enterar de algo así sin duda mataría a Kuba de la peor manera y sin piedad o consideración alguna, lo sabía. ¿Había llegado a amar a ese hombre acaso? Se lo preguntaba comúnmente pero jamás con tanta confusión revolviendo sus pensamientos.

Caminó hacia la cocina buscando a Kuba, quería una explicación de lo que acababa de suceder, y aunque no era del tipo que sabía exigir explicaciones, haría su mejor esfuerzo en ello.

-¿Qué acaba de suceder? ¿Por qué?- preguntó mirándolo sorprendido aún.

-Nada- respondió Kuba intentando mantener su cabeza lo más fría posible.

-¿Nada?- volvió a preguntar Ayase con mayor sorpresa.

-Te besé, y sé que debí evitarlo así que no volverá a suceder Ayase-san- respondió volviendo su mirada hacia la del chico.

-Eso lo sé, lo sentí, pero… ¿Por qué?-

-Ni yo mismo lo sé, sólo sentí el impulso de hacerlo, pero repito que no volverá a suceder- explicó intentando dar por concluida la conversación.


Ayase caminó hacia Kuba, quien le miraba nervioso, sabía que si le tocaba entonces no podría detener más sus impulsos y sería capaz de perder la cabeza por sólo unos momentos besando su piel…

-Debo ir a dormir- interrumpió Kuba alejándose nuevamente.

-Entiendo…- respondió Ayase tomando una taza y sirviéndose café.

-Buenas noches- dijo Kuba saliendo de la cocina.

-Sí…- musitó Ayase decepcionado.

Kuba entró a su alcoba cerrando la puerta tras de sí, apretó sus puños con fuerza, estaba aguantando, después de 3 días de estar al lado de Ayase sin que hubiera más allá de un ligero roce de labios que Ayase jamás confesaría por ese enorme corazón que tenía…

Entró al cuarto de baño dispuesto a darse una ducha de agua fría para enfriar su mente y su cuerpo lo más posible y evitar seguir pensando en Ayase y en tenerlo cerca…

Salió de la ducha y, tras secar su cuerpo, enseguida se envolvió en la bata para salir y recostarse directamente sobre la cama, cerró sus ojos tratando de obligarse a dormir lo más pendiente posible de cualquier ruido al exterior y poder reaccionar rápidamente.

Ayase se encontraba recostado sobre la cama que compartía con Kanou sin poder conciliar el sueño, al final de todo Kuba sí sentía algo por él y la situación si bien no le incomodaba, lograba llenarlo de confusión, había llegado a enamorarse de Kanou a base de violaciones… situación que todavía, y a veces, lograba hacerlo sentir verdaderamente enfermo de sí mismo.

Se levantó de forma discreta para caminar hacia la sala y sentarse junto a una ventana para dejar de repasar todo aquello y de nuevo el tierno beso que Kuba le diera horas atrás… ¿Acaso quería comprobar si Kuba sentía algo por él?

-¡No!- se dijo a sí mismo negando varias veces con la cabeza y los ojos llenos de lágrimas.

Si lo hacía y Kanou se enteraba no se lo perdonaría y mataría a Kuba sin dudarlo un segundo, no lograba entender el porqué de su curiosidad hacia Kuba, pero lo que podía entender a la perfección era que lo mejor sería evitar cualquier contacto con él para que no existiera otra posibilidad de acercamiento íntimo de cualquier índole entre ambos.

El viernes transcurrió sin mayor interacción entre ambos, Kuba logró interpretar con rapidez la intención de Ayase, y tampoco él quería problemas con el explosivo Kanou, las pocas charlas que llegaron a tener fueron a base de preguntas simples y respuestas en monosílabos casi evitando cualquier contacto incluso visual.

El sábado por la mañana Ayase se arregló para recibir a Kanou, le emocionaba el hecho de su regreso, había logrado asumir sus emociones hacia el prestamista y aunque el cómo había llegado a sentir todo ello le llenaba de remordimientos, no se arrepentía de sus sentimientos, esos ya los tenía más que claros.

Kuba permanecía sentado en la sala mirándole ir de un lado al otro del apartamento esperando a que Kanou regresase hasta detenerse frente a él.

-Gracias por todo Kuba- dijo con amplia sonrisa.

Le miró confundido, sabía que era amable y agradecido pero temía que algo, que él podría considerar estúpido, sucediese.

-Gracias por ayudarme a aclarar mis pensamientos y sentimientos- dijo finalmente el chico mirándolo fijamente.

De inmediato supo interpretarlo todo, sí amaba a Kanou, por lo que cualquier intento de su parte para acercarse sería completamente inútil. Asintió con la cabeza con ligera sonrisa, de cierta manera se sentía liberado de todo, ya sabía que no cabía posibilidad alguna de acercarse y por ello no tenía caso alguno arriesgarlo todo en tan sólo una oportunidad.

Se escuchó el cerrojo de la puerta principal abrirse dejando ver a un cansado Kanou que llegaba quejándose con Gion de todo el viaje realizado.

-¡Bienvenido a casa Kanou-san!- exclamó ayase sonriente.

Kuba se levantó del sillón caminando hacia su jefe, con su expresión habitual de seriedad y esa frialdad profesional que le caracterizaba.

-Gracias Ayase- respondió Kanou sonriente, tan sólo de ver a “su” Ayase le hacía olvidar el largo y cansado viaje.


-Bueno hermano, yo me voy…- dijo Gion riendo al ver el increíble cambio de actitud de Kanou tan sólo al ver a Ayase.

-Sí Gion, cuídate y no te metas en líos- dijo sin siquiera voltear a verle su hermano mayor.

-Yo también debo irme señor- interrumpió Kuba caminando hacia la puerta.

-Gracias por cuidar a Ayase-

-A sus órdenes señor Kanou- dijo Kuba saliendo detrás de Gion.

Kanou tiró su saco a un sillón y observó a Ayase mientras este caminaba hacia él con ligera sonrisa.

-¿Sucedió algo en mi ausencia?- preguntó el mayor.

-No, nada ¿Qué tal estuvo tu viaje Kanou-san?- preguntó curioso el rubio.

-Pues cansado, fastidiante…- dijo entre suspiros de fastidio y cerrando sus ojos en muestra de cansancio.

-Debes descansar…- musitó Ayase entristecido.

-¿Sucede algo?- preguntó notando el cambio en su querido Ayase.

El chico miró hacia el suelo, recordó que por fin había aclarado sus sentimientos hacia Kanou y estaba ansioso por decírselo pero el verlo cansado y fastidiado le había hecho tener en cuenta que quizás sería un pésimo momento…

-¿Ayase?- volvió a preguntar Kanou intrigado por la actitud distante y preocupada del joven.

-Nada… es sólo que yo…- titubeó –Prefiero decírtelo cuando estés descansado…- dijo retomando su sonrisa.

Kanou no parecía convencido después de aquello, no necesitaba demasiado para hacer volar su imaginación y temer que en verdad algo hubiera sucedido y Ayase no quisiera contárselo, después de todo, no sería ni la primera ni la última vez que aquello sucediera.

-¿Acaso Kuba te hizo o dijo algo?- preguntó entre alarmado y enojado.

-¡No!- respondió de inmediato con angustia en la mirada –¡Para nada es eso Kanou-san!-

-¿Entonces?- preguntó pensando en las múltiples causas para que Ayase titubeara.

-Es sólo que…- titubeó de nuevo –estás muy cansado y quería decirte algo que descubrí ayer- respondió mirándolo directamente.

-¿Entonces?...- insistió Kanou impaciente.

-Yo…- dudó jugueteando ante la desesperación de Kanou.

De pronto las mejillas de Ayase se arrebolaron intensamente logrando captar poderosamente la atención de Kanou quien permanecía impaciente esperando que Ayase continuara hablando.

-¡Te amo Kanou-san!- exclamó abrazándose a Kanou.

El prestamista rodeó la cintura de Ayase con sus brazos aún sin salir de su asombro, no podía creer lo que acababa de escuchar, había esperando tantos meses llevándolo a la cama con torturas y violaciones, cosa que si analizaba con cuidado, lograba horrorizarse de sí mismo… finalmente había escuchado lo que tanto había intentado conseguir, un sencillo viaje de 4 días separados y Ayase había aclarado sus emociones y hacía unos segundos que se lo había confesado… lo amaba.

Besó con desesperación los labios del rubio mientras sus manos acariciaban su espalda como si temiese que desapareciera, Ayase estaba correspondiendo a todas y cada una de sus caricias sin intentar evitarlas como tantas veces antes… por fin estaba entregándosele en cuerpo y alma sin ningún reparo, era lo que en sueños había deseado tantas veces…

El rubio lentamente despojó a Kanou de su camisa sin separar sus labios de los del otro, Kanou retiró a su vez la camisa de Ayase, normalmente sus caricias eran bruscas, sin embargo, en esta ocasión parecían temerosas, situación que preocupó al rubio que entre besos le susurró:

-Te amo Kanou-san, quiero estar contigo…-

Tras escuchar aquello Kanou comenzó a besar apasionadamente el blanco cuello de Ayase mientras este acariciaba la espalda del mayor entre gemidos…  al cabo de unos minutos la ropa de ambos yacía en el suelo regada mientras ellos continuaban propinándose besos y caricias sobre la cama entre gemidos, jadeos y susurros…

-Te amo Ayase- susurraba Kanou mientras besaba el abdomen del chico hasta llegar a su ingle y seguir besando su piel.

La excitación de ambos iba en aumento con cada caricia, con cada gemido; Kanou introdujo el excitado miembro de Ayase en su boca para degustar aquella delicada y excitada piel de su rubio amante quien jadeaba con mayor fuerza, con la misma fuerza que apretaba las sábanas de la cama entre sus manos y con la que movía su cabeza de un lado al otro mientras gemía. Las inquietas manos del mayor acariciaron sus genitales, hasta estar ambos al borde de la eyaculación fue que Kanou levantó ligeramente la cadera del rubio para facilitarse la penetración, aquella invasión del duro y caliente miembro de Kanou en su interior le hizo arquearse mientras gemía con mayor fuerza, los movimientos de cadera de Kanou estaban excitándole más y más, llevándolo al borde de una deliciosa locura que hasta entonces estaba dándose la oportunidad de disfrutar alejando de su cabeza aquellas ideas que tanto le habían atormentado al inicio de todo…



Ayase se abrazó al cuerpo de Kanou para besarlo mientras éste continuaba con sus constantes y acompasadas estocadas, aquel movimiento de Ayase había intensificado todas las sensaciones en ambos, Kanou comenzó a masturbar la excitación del rubio haciéndole sonrojarse aún más, sonrió ligeramente al verle así logrando apenar al menor quien acercó su rostro al suyo para besarle e impedirle verle sonrojado y excitado, las manos de Ayase recorrieron parte de la espalda del prestamista quien continuaba con sus movimientos hasta llegar a su inminente eyaculación llevando al menor a su clímax eyaculando también, en una de las manos de Kanou… cayeron ambos exhaustos sobre la cama, volvieron a besarse y acariciarse aún agitados.

-De verdad te amo Kanou-san, de verdad- dijo con voz aún agitada.

-No sabes cuánto esperé por escucharte decirme algo así, te he amado desde años atrás Ayase…- susurró Kanou acercando sus labios a los del rubio para besarle nuevamente y quedar abrazados sobre la cama hasta caer dormidos, Ayase entre los fuertes brazos de Kanou.

FIN

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