25 dic 2009

¡Vamos bien!

De regreso al penthouse Eros y Anteros comentaron a su diosa los resultados de la misión que habían emprendido, logrando enfadarla al contarle sobre la muerte de Philos a manos del enemigo.

-¡Cómo son estúpidos!- gritó furiosa la caprichosa diosa.

-Lo sentimos señora, al menos dejamos a un guerrero y una guerrera fuera del juego- explicó Eros.

-¡No me importa, el precio es demasiado alto!- continuó exclamando iracunda –¡Planeen algo bueno ya, porque ellos van a querer hallarnos para acabarnos y eso no es bueno!

-Sí señora…- exclamaron al unísono ambos guerreros saliendo de la habitación del trono de la joven y maniática diosa Afrodita.

Caminaron hasta la amplia estancia sin emitir una sola palabra hasta estar sentados frente a frente…

-¡Yo digo que vamos bien! ¿no?- dijo Anteros a un ensimismado Eros que sólo le miraba de reojo.

-Supongo…-

-¿Qué te pasa?- preguntó tratando de llamar la atención de su compañero de batalla.

-Tenemos que pensar en algo rápido, se nos agota el tiempo, y los recursos también… tiene que ser algo bueno y ya- explicó mirando a su compañero.

-Veamos…- pensó levantándose y caminando frente a Eros –Ya dejamos a dos fuera, sabemos la identidad de otras dos y suponemos la de los demás, por lo que creo que es mejor atacar directo con demonios, pero esta vez los más poderosos y hacerlo en la escuela esa donde las chiquillas esas estudian para que los guerreros que las vigilan para cuidarlas también acaben envueltos en esto…- dijo Anteros señalando la ventana.

-Bien… planeémoslo todo a detalle y mañana daremos el golpe, esperemos que funcione o al menos dejemos a más fuera de esto, y si es muertos que mejor…-

***

La noche transcurrió lenta en la mansión Kido, Deathmask estaba siendo atendido por sus heridas también y Mina aún no reaccionaba, y los habían trasladado finalmente al hospital de la fundación Graude para que personal médico les atendiera mejor. Todos se encontraban en la sala de espera, aguardando que los médicos les dieran noticias de sus dos compañeros heridos, ya que después de todo, ya habían construido un equipo de trabajo…

-Creo que ustedes chicas deberían descansar- insistió Saori –Nosotros nos quedaremos aquí y cualquier noticia les avisaremos de inmediato, mañana deben ir a la escuela si no van esa chica Akiko sospechará y entonces atacará directamente, cosa que por ahora nos sería contraproducente…-

-Tiene razón, no es lo mismo justificar la falta de una que la de todas…- reafirmó Amy.

-Aioria, Seiya y Shiryu vayan con ellas, y mañana permanezcan juntos, no dudo que el enemigo ataque en alguna parte de nuevo, Camus, Milo y Shun vayan con Haruka, Michiru y Hotaru y Mu acompaña a Setsuna por favor…- la voz de Shaka, quien se había mantenido lo más sereno posible sonaba preocupada pero segura.

-Que Aphrodite, Ikki y Hyoga acompañen todo el tiempo a la señorita Kido- pidió Saga reaccionando de su aturdimiento.

-Bien…- dijo Shaka –Saga y yo permaneceremos aquí esperando noticias sobre ellos y cualquier cosa informaremos de inmediato, cualquier situación que se presente también manténgannos informados-

-Por supuesto- dijo Michiru asintiendo con la cabeza.

Tal cual habían determinado se retiraron a la mansión para descansar lo más que pudieran para retomar sus actividades cotidianas para disimular su preocupación.

En el hospital Shaka y Saga esperaban lo más tranquilos que podían noticias de los médicos, El guerrero de Virgo sin necesidad de ver directamente a Saga podía percibir la impotencia, el coraje y la desesperación del geminiano…

-Debes estar agradecido con la chica Saga, si ese golpe te hubiera dado a ti, por la armadura y el daño en la misma, te habría destrozado internamente y lo sabes- dijo Shaka mirando a Saga, quien se asombro de verle con los ojos abiertos.

.Lo sé pero… no debía ser así- dijo mirando sus manos fijamente.

-No es como que está muerta Saga, esperemos que se reponga pronto, verás que todo estará bien…-

-Sí, eso espero…-

***

El sol hizo su aparición, imponente como los últimos días, era primavera aún pero podía percibirse ese espíritu veraniego, sobre todo en los estudiantes que ansiaban salir a la playa y disfrutar… todos conversaban de ello en la preparatoria, planes, ambiciones veraniegas, sueños… Lita, Amy y Serena se miraban mutuamente deseando que su amiga estuviera con ellas en el aula, la habían visto muy mal, pero no querían pensar lo peor… sabían que Mina era fuerte y se repondría pero ahora debían enfocarse en cumplir esa misión que estaba saliéndoles tan cara hasta entonces.

-¿Y la señorita Aino?- preguntó Akiko acercándose a sus compañeras que conversaban de tarea al verla llegar.

-Mina está enferma, su madre me llamó ayer y me dijo que avisara a los profesores- respondió Amy con total seriedad.

-¡Pobre!- exclamó la hipócrita joven –Espero se mejore pronto y regrese a clase…-

Lita miró como Akiko retornaba a su lugar rodeada de chicos, sabía que Akiko había sido hipócrita y estaba, por dentro, burlándose de Mina, quizás hasta sospechaba la verdadera razón de su ausencia, de pronto la voz del profesor de matemáticas llamó su atención despertándola de su ensimismamiento…

-Señorita Kino la buscan allá afuera –

-¿Perdón?- preguntó Lita despistada.

-Un joven está esperándola allá afuera dijo que necesitaba hablar con usted, vaya y vuelva a clase…- dijo el profesor sentándose frente al escritorio.

-Sí señor Fuji- dijo respetuosamente la chica y salió del aula sin hacer mayor aspaviento.

Amy y Serena se miraron con confundida expresión mientras Akiko las vigilaba de cerca, temían que el joven que la llamaba fuera el enemigo que conocía su identidad pero salir sin más lograría llamar la atención de todos y sobre todo de Akiko.

Lita bajó la escalinata, una profesora le había informado que el misterioso joven la esperaba en el patio de la institución por lo que con el corazón en la garganta, pensaba demasiadas cosas, así como podía ser alguno de los guerreros podía ser algún enemigo que conociera su identidad…

Salió del edificio lentamente, evaluándolo todo a su alrededor, introdujo su mano en el bolsillo de su falda y sujetó fuertemente su pluma de transformación en caso de necesitarla, si Mina había resultado herida por un ataque cobarde ella no podía darse el lujo de salir lastimada también… de lejos vio un perfil por fuera de la escuela, por la lejanía no podía descifrar quien era.

-Ya despertó tu amiga…- dijo la voz grave de Aioria que se asomó por aquel medio muro.

-¡Dios! Gracias… me imaginé muchas cosas… yo creí que era el enemigo quien me buscaba…- explicó aliviada.

-Me imaginé cuando te ví caminar con esa expresión entre confusa y preocupada- respondió el guerrero sonriente.

-Gracias por avisar… ¿Cómo está Mina?- preguntó la chica preocupada.

-Confundida, adolorida tiene demasiadas heridas y algunas fracturas, pero estará bien- explicó el griego.

-Me alegra, ¿Están Saga y Shaka con ella?-

-Sí, con ella y Deathmask quien sale hoy del hospital-

-Eso es maravilloso, debo regresar a clase, cualquier cosa no dudes en llamarnos- dijo sonriente mientras corría de regreso al edificio.

***

En el hospital Saori y Shaka se encontraban dentro de la habitación de Mina contándole lo sucedido…

-Ya veo…- dijo con los ojos entrecerrados.

-Los doctores dicen que estarás bien, es cuestión de tiempo y paciencia- explicó Saori con cálida sonrisa.

-Lo que menos tengo es tiempo ahora, no puedo esperar, el enemigo atacará pronto y debo cuidar de mi princesa- dijo con los ojos empañados, las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos logrando que Saori se preocupara.

-Tranquila Mina, Serena estará bien, y tú lo estarás también, ten paciencia para que puedas seguir protegiéndola- 

La joven diosa, auque titubeaba gracias a su propia inseguridad con respecto a todo lo sucedido y lo que sucedería, quería tranquilizar a la joven guerrera que se sentía defraudada y humillada por haber sido derribada con un solo golpe.

-Ten calma, no podrás hacer nada si te desesperas- dijo Shaka por fin interviniendo.

-Lo sé…- musitó –eso haré-

Ambos salieron de la habitación dejando a la chica sola, para que pudiera tranquilizarse, Deathmask salió caminando despacio seguido por un médico hasta llegar con Saori.

-Señorita Kido, el joven está mejor, deberá descansar para que las costillas fracturadas queden como debe ser, está vendado y se recomienda que la venda quede lo más tensa posible para dar firmeza y soporte, de no ser así se tendrá que enyesar de emergencia- explicó el médico mientras Deathmask hacía gestos de fastidio y Saori ponía entera atención a sus palabras.

-Así se hará, gracias doctor por todo, sobre Mina…-

-Ella saldrá hasta dentro de dos días, queremos tenerla bajo observación- insistió el doctor.

-Entendemos, gracias de nuevo.

-Los llevaré a casa y regresaré para acompañarla- dijo Saga levantándose del sillón.

-Yo me quedo, tú llévalos y vigila que todo esté en orden Saga- insistió Shaka.

-Es igual quien venga y quien se quede- dijo Saori intuyendo el comportamiento de su guerrero.

-Bien, iré a despedirme y los llevaré entonces- dijo Shaka caminando a la puerta de la habitación.

-Saga cualquier cosa avísanos, vendremos enseguida- solicitó Saori –espero que arregles ese asunto tuyo…-

Saga, sorprendido, miró a su diosa quien le sonreía infundiéndole paz, sabía que ella conocía su sentir sobre lo acontecido después de la batalla, sabía que él no estaba acostumbrado a que le salvaran, y sobre todo sabía que la chica en cuestión era de su agrado…

Shaka salió de la habitación tranquilo, caminó hacia donde Deathmask y Saori le esperaban y tras despedirse de Saga se retiraron del hospital hacia la mansión Kido… Saga regresó a la habitación, entro en silencio como esperando que ella le recriminase algo, pero nada, la joven permaneció muda, ensimismada mirándole con tranquilidad…

-¿Necesitas algo Mina?- dijo finalmente rompiendo el silencio que se había creado desde su entrada.

-Estoy bien, gracias Saga, sólo me duele la espalda…- dijo con ligera sonrisa.

-Lamento que resultaras herida por ayudarme, te agradezco que lo hayas hecho…- dijo bajando la mirada hacia el suelo.

-No necesitas agradecer nada Saga, me da gusto ver que estás bien, somos compañeros de batalla, estaré bien- la sonrisa de la chica llamó su atención, sabía que ella misma se sentía adolorida y quizás hasta molesta por haber resultado herida pero no estaba haciéndoselo sentir…

-Si quieres decir que estás enojada, molesta…¡Dilo! No me molestaré en absoluto- dijo con dejo de desesperación.

La mirada asombrada de Mina ante lo dicho por Saga logró hacerlo sentir aún más incómodo con todo…

-¿Estás enojado por lo que pasó?- preguntó curiosa.

-No es por que me hayas ayudado, sino porque hayas resultado herida por ello- reconoció el geminiano sentándose a un lado de la joven.

Mina se sonrojó tras escuchar aquellas palabras, en verdad aquel fuerte guerrero parecía preocuparse por ella, desde aquella tarde que habían conversado sabía que le gustaba aquel guerrero pero también sabía que era imposible cualquier tipo de relación entre ambos y ahora, con más razón… desvió la mirada hacia sus manos, sentía la asombrada mirada de Saga sobre ella, sobre su evidente sonrojo y eso la apenaba aún más…

-No deberías enojarte por eso- dijo recuperando su entusiasmo y sonriendo ampliamente.

-¿De qué hablas?- preguntó desconcertado Saga.

-¡Ah pues…! ¡Tú habrías hecho lo mismo! ¿Qué no?- preguntó sonriente y dando golpecitos en el brazo del geminiano.

Saga se desconcertó aún más por aquella extraña reacción en la chica frente a él, la había visto pensativa segundos atrás y ahora parecía feliz como si nada hubiera pasado y hasta bromeaba… sin duda aquellos aparentes cambios en su estado de ánimo le infundían más y más curiosidad…

-Mina…- la miró fijamente a los ojos arrancándole un sopor más intenso –Sí, habría hecho lo mismo por ti-

El geminiano desvió la mirada hacia la ventana para ocultar su nerviosismo, jamás había hablado de emociones con alguien que no fueran Mu o Shaka, sus entrañables amigos, pero una chica era, para él, aún más difícil, sobre todo al tratarse de la chica de la que creía estar prendado, y no era, para nada, que jamás hubiera estado con alguna chica, sencillamente jamás se había involucrado de la manera en que lo había hecho ahora…

Mina le miró tranquila, con ligera sonrisa, creía que Saga se sentía apenado por lo sucedido en batalla y que podía percibir su pesar por haber resultado herida, definitivamente su fuerte no era identificar cuando alguien estaba interesado en ella, de ahí que la mayoría de sus romances hayan resultado dolorosos para ella, que solía enamorarse y entregarse hasta llegar al punto de temer enamorarse, por eso las burlas de Akiko le dolían en exceso…

Saga tomó una de las manos de Mina entre las suyas mirando cómo sus pálidas mejillas se arrebolaban de un tono rojizo tenue a un rojo intenso…

-Me gustas Mina- dijo finalmente tras haber hecho acopio de todo su valor.

Ambos se miraron fijamente sin que la joven pudiera articular palabra alguna por el asombro, sus manos temblaron tras escuchar aquello, no lo esperaba pero no sabía qué decir o hacer…

-Yo…- titubeó la chica recuperando el aliento –también me gustas Saga pero…-

El geminiano la miró dudoso, podía sentir el ligero temblor en su mano y verla sonrojada y asombrada por lo que acababa de decirle de cierta manera le hacía sentir bien, sin embargo, ese “pero” le incomodaba…

-¿Pero?- preguntó con cierta impaciencia.

-Es difícil todo esto, estamos en plena misión y después ustedes se irán a Grecia y…-

Saga se enterneció al escuchar las dudas de la joven que tenía enfrente, acercó su mano a la mejilla de Mina apenas rozándola para después acariciarla firmemente y acercar su rostro al de la joven, sus labios apenas hicieron contacto lograron que el rubor de la guerrera se encendiera aún más y apretara la mano de Saga que sostenía aún la suya, cerró fuertemente sus ojos deseando que ese momento no acabara y que lo que sentía en ese momento pudiera ser una realidad a más largo plazo…

Saga se abrazó lentamente al herido cuerpo de la chica quien evitó expresar su dolor por la alegría que sentía al sentirse correspondida, pero al momento que Saga acarició la espalda de Mina el dolor fue tan intenso que la joven no pudo evitar quejarse débilmente…

-Lo siento… yo…- expresó apenado Saga al ver el dolor marcado en esas, para él, bellas facciones de la chica que sostenía entre sus brazos.

Mina acarició el rostro de Saga lentamente mientras se dejaba abrazar por el geminiano, estaba muy adolorida y débil, aunque no quería separarse de Saga ahora que de cierta inconveniente manera, habían confesado sus sentimientos mutuos…

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