Desde muy temprano Dohko esperó a Shion en el salón del trono hasta que el patriarca hizo por fin su aparición…
-¿Qué deseas Dohko? ¿Acaso no te llevaron a Mu ya?- preguntó Shion sentándose sobre el trono.
-No, le dije al soldado que primero me dejara hablar contigo a primera hora hoy, así que aquí estoy para pedirte lo que quiero…- dijo Dohko relamiéndose los labios nada más de pensar lo que tenía planeado.
-¿Y bien?- preguntó intrigado el patriarca a su entrañable amigo -¿Qué deseas pedirme?
-Bien, quiero que me lleven a Mu hoy a medio día para calentar motores porque a las 3 de la tarde quiero dar una fiesta en mi templo, tú sabes quiero esclavizar a Mu, a Misty, a Shaka y a Shun en mi templo para invitar a unos cuantos compañeros…
La petición de Dohko sin duda llamaba la atención de Shion y no porque fuera la primera orgía que el librano planeara sino porque era la primera vez que le pedía ayuda para montarla.
-Deseas que ordene a alguien que te lleve a Mu y después lleven a Shun y a Misty ¿Eso quieres no?- preguntó Shion con ligera sonrisa.
-Sí, quiero que cualquiera me lleve a Mu al rato y que a las tres Aioria me lleve a Misty y Deathmask a Shun y Aldebarán lleve a Shaka para poder divertirnos a nuestras anchas- explicó Dohko sonriente.
-Bien, le ordenaré a cualquier soldado que lleve a Mu, y después les mandaré a avisar a los que dijiste que hagan lo indicado ya ¿Algo más?- preguntó nuevamente Shion.
-No, ya sabes que si quieres pasar por el templo puedes divertirte, a menos que planees quedarte con Afrodita porque no soy idiota bien que sé lo que pretendías…- dijo Dohko burlonamente.
-Como sea Dohko, el punto es que darás tu fiesta y espero salga como la planeaste, diviértete mucho y es todo ¿verdad?
-Sí Shion, es todo, ya me voy a alistar para que me llegue el primer regalo del día- rió el librano mientras caminaba hacia la salida del salón.
Dohko descendió hasta llegar a su templo, corrió a su alcoba y enseguida comenzó a sacar indumentarias para divertirse con Mu, de una vieja caja de madera debajo de un mueble sacó unas esposas, una argolla y un látigo…
-Esto será divertido- rió Dohko mirando aquellos objetos entre sus manos.
Dejó aquellos instrumentos sobre una mesita en la que había dejado la vela con la que había jugado el día anterior y decidió ponerse cómodo, se despojó de su ropa de entrenamiento y se colocó una toga que le resultara fácil de quitarse al momento de la acción.
A las doce en punto un soldado llevó al ariano hasta la alcoba del ‘antiguo maestro’ quien con retorcida sonrisa le recibió.
-¿A qué demonios crees que juegas?- preguntó Mu molesto por la situación.
-Tu maestro Shion te ha enviado para que me divierta contigo mocoso- explicó Dohko mientras jalaba al pelilila hasta la cama.
Una vez que lo tuvo tumbado sobre la cama le esposó a la cabecera para poder tenerlo a su disposición, Mu se remolineaba para intentar zafarse, temía lo peor sin duda pero aquella explicación que Dohko le diera le provocaba cierto coraje que no podía describir…
-Serás mío por fin, y todo gracias a Shion ¿Quién lo iba a decir?- rió nuevamente Dohko ante la molestia e incomodidad de Mu.
-Por favor Dohko, suéltame- pidió Mu dándose cuenta que esa sería la peor tarde de su vida…
De un solo tirón desgarró la vestimenta del ariano para proceder a arrancarla bruscamente, Mu intentó lanzar patadas inutilmente para defenderse ya que el hábil en estas artes, Dohko, sujetó las piernas del pelilila para después atarlas separadas a los pies de la cama.
-Ahora sí estás preparado para que te goce- rió lascivamente el librano.
Tomó entre sus manos la argolla que minutos atrás había sacado de su preciada caja de sorpresas, miró el asombrado rostro del ariano y así lamió aquel objeto de forma sujerente…
-Vas a gozar hasta que no puedas más…- rió nuevamente.
-Por favor Dohko, no lo hagas…- rogó nuevamente el desnudo y aprisionado ariano.
Dohko levantó con sus dedos el aún flácido miembro del pelilila para colocarle la argolla lentamente provocando que éste gimiera intentando ahogar su placer, colocó la argolla hasta donde el grosor del pene de Mu se lo permitió, acto seguido comenzó a lamer el fuerte pecho del ariano deteniéndose en la tetilla derecha jugueteando enseguida con ella, succionó, lamió y mordisqueó a su antojo mientras con su mano pellizcaba el pezón izquierdo a placer, los gemidos ahogados de Mu no se hicieron esperar, aquella tortura después de todo era placentera, sin embargo, no podía evitar sentirse entre apenado y humillado por todo lo que se imaginaba sucedería…
-Ahhh… ya… por favor… déjame…- jadeaba el ariano sin cesar.
Dohko ignoraba los ruegos de Mu mientras seguía con todos esos estímulos que a él ya lo tenían más que empalmado, sentía como su propio miembro se erguía con todo aquello, se despojó rápidamente de esa toga estorbosa dejando ver al ariano ese bronceado bien trabajado cuerpo del que era poseedor; se recostó sobre el cuerpo de Mu presionando su cadera contra la del pelilila presionando y comenzando a frotar su miembro erecto sobre el despertante miembro del ariano, mientras frotaba su pene contra el de Mu, Dohko jadeaba, gemía e intentaba lamer y mordisquear el cuello del lemuriano…
Aquella presión que ejercía la argolla en su miembro erecto estaba matándolo, estaba cerca de convertirse en un punzante e incontrolable dolor, sabía que Dohko gustaba de torturar a sus amantes pero hasta ese momento había logrado zafarse de ello, quizás el haber rechazado tantas veces al ‘antiguo maestro’ era lo que hacía que éste ahora quisiera desquitarse de esta brutal manera con él…
El librano no pudo evitar su eyaculación sobre el vientre del lemuriano quien al sentir el caliente semen sobre su miembro no pudo evitar gemir desde lo más profundo de su ser, Dohko acercó su miembro a los labios del ariano…
-¡Lámelo!- ordenó Dohko completamente poseído por su deseo y excitación.
Mu miró aterrado aquel grueso miembro cerca de su rostro, sabía que si no lo hacía las cosas sería muchísimo peores por lo que procedió a lamer el miembro de Dohko lentamente, limpiando los rastros de semen que quedaban sobre aquella sensible piel, después introdujo poco a poco el miembro del librano en su boca acariciandolo con su lengua hasta lograr introducirlo todo y comenzar a succionar y lamer aquel enorme pene que nuevamente se erguía del placer que estaba recibiendo.
Los roncos y profundos gemidos y jadeos de Dohko estaban excitando aún más al ariano quien comenzó a sentir un dolor indescriptible en su entrepierna, producto de la fuerte presión que esa argolla estaba ejerciendo…
-La argolla ahhh… Dohko… quítala… por favor…- rogaba jadeante Mu.
El libano retiró su miembro del rostro del lemuriano y acto seguido tocó la argolla para intentar removerla, pero estaba demasiado ajustada debido al grosor del miembro excitado de Mu…
-Como que calculé mal, pensé que no estaría tan grueso Mu… me has sorprendido- rió Dohko ante la mirada horrorizada del ariano.
Dohko lamió el excitado miembro del lemuriano para dejarlo más húmedo que con su semen para intentar deslizar aquella abrazadera y liberar al delicioso ariano de su tortura, con dificultad pasó el aro fuera del miembro de Mu liberándolo y permitiendo que éste eyaculase, lamió rápidamente intentando engullir aquel esperma degustándolo mientras Mu gemía dejando fluír todo ese placer que su cuerpo estaba sintiendo…
-¿No que no te gustaba?- rió nuevamente Dohko al ver aquella placentera expresión de Mu.
-¡Dioses! No me lastimes más…- rogó el lemuriano.
-Sin dolor no hay placer mi querido Mu, ¿O qué? ¿Acaso no te gustó?- preguntó el ‘antiguo maestro’.
-No demasiado… no soy masoquista Dohko…- expresó Mu mirando fijamente al chino.
De la parte inferior de su templo el librano alcanzó a escuchar voces que le sonaban conocidas…
-¡Dohko ya vinimos!- gritaba Aldebarán sosteniendo bruscamente a Shaka quien se remolineaba para zafarse del agarre del fuerte toro.
-¡Demonios! Se me fue el tiempo rapidisimo… ya vendré por ti Mu, voy a divertirme un rato abajo y después te dejaré gozar a tu manera ¿De acuerdo?-
Salió de su habitación cerrando la puerta tras de sí dejando a un Mu desnudo, atado e inmovilizado, aún excitado y temeroso de lo que estaba por venirle…
En su camino hacia las escaleras tomó una toalla y la ató alrededor de su cadera para cubrir parcialmente su desnudez, una vez abajo vió que Shion había cumplido su palabra, ahí estaban Aldebarán con Shaka, Aioria con Misty y Deathmask con Shun, dispuestos a comenzar la fiesta que prometía ser una totalmente enferma orgía…
Ataron rápidamente a las columnas del templo a los tres guerreros para después dejarlos desprovistos de sus prendas casi instantáneamente, Dohko corrió por algunos juguetes entre los que se encontraban dildos, cintas, velas, chocolate líquido, crema batida y dos látigos, en seguida Aioria, Deathmask y Aldebarán comenzaron a desvestirse entre carcajadas y quejas de los tres inmovilizados guerreros quienes intentaban a toda costa escapar de lo que parecía ser una noche de sexo desenfrenado y lleno de sadismo…
En el templo principal Shion regresaba a su alcoba donde halló a Afrodita dormido sobre su cama aún recuperándose de las heridas que su absurdo segundo deseo le había propiciado. Se acercó sigilosamente al lecho besando la pálida mejilla del sueco logrando despertarlo…
-Duerme…- murmuró Shion cerca de la oreja del pisciano.
-Que bueno que llegaste, pensé te tardarías más- dijo mientras rodeaba el cuello del patriarca con sus brazos y tras eso, besó lentamente los labios del peliverde siendo, obviamente, correspondido por él…
-Lamento haberte enviado con Dohko… yo no quería que…-
Los labios del Afrodita silenciaron al honorable patriarca quien se aferró al lastimado cuerpo del peliceleste.
-No digas más… quiero saber tu tercer deseo mi Señor…- dijo el pisciano mientras acariciaba el rostro de Shion, quien le miraba desconcertado.
-¿Estás seguro de eso?- preguntó Shion dudoso.
-Sí, dijiste que me pedirías tres deseos, ya cumplí dos, bueno el segundo casi lo termino…- rió Afrodita –pero definitivamente quiero saber cuál es el tercero, quiero cumplirte mi Señor Shion…-
-¡Dioses Afrodita!- exclamó el peliverde al ver la convicción del pisciano.
Se levantó pensativo, ciertamente le encantaba andar viendo a Afrodita rogarle por más, pero también adoraba ir de aquí a allá divirtiéndose a la ligera, tenía que pensar bien ese tercer deseo, desde el inicio había considerado que Afrodita tuviese toda una orgía frente a sus ojos; sin embargo, el pensar e imaginarse al peliceleste con Dohko le crespó los nervios y lo obligó a ir por él arriesgando a su discípulo…
El pisciano miró atentamente al patriarca mientras éste recorría de un lado a otro su alcoba pensando cuál sería su tercer deseo, volvió a recostarse sobre la cama esperando a que Shion deliberara y por fin le informara su decisión; verlo tan indeciso le ponía nervioso, no podía evitar recordar toda aquella tarde y noche con él, sus manos sobre su piel… esos juguetones labios recorriendo cada mílímetro de su cuerpo… estaba encantado cerca de Shion y no quería perder eso, temía haber involucrado sentimientos al verlo tan preocupado por él después de sacarlo de Libra, le cuidó tan amorosamente que no pudo evitar dejarse llevar por la calidez que Shion le dio.
-Yo…- quebró Shion el silencio por fin –yo quiero…-
La voz titubeante de Shion le puso más nervioso, temía algún deseo humillante, quizás Shion era de esos que eran dulces tras haber cometido alguna idiotez y sólo así podían demostrar algún tipo de emoción ya que era perfectamente capaz de demostrar sus pasiones.
-Quiero que seas mío Afrodita, que te quedes conmigo y seas sólo para mí.
La seguridad que Shion demostró al final logró desvanecer por completo todas sus dudas, no sólo él se había involucrado con Shion, sino que también el patriarca le correspondía, se llenó de alegría y se levantó lo más rápido que pudo para aferrarse al cuerpo de su honorable patriarca quien rodeó su cintura con ambos brazos.
-Tus deseos son mis órdenes mi Señor…- el pisciano besó a Shion con la entrega que había deseado hacer desde la noche anterior en que el patriarca le cuidara…
De regreso al templo de Libra, Aldebarán y Aioria jugaban con el cuerpo de Shaka y el chocolate líquido, lo untaban por doquier y después lo lamían mientras manipulaban los tesículos del ya sonrojado y excitado rubio hindú, por otro lado Dohko había dejado con un par de dildos, completamente excitado y con una cinta atando su pene a su pierna derecha, al lagarto de plata quien rogaba por la atención de Deathmask quien estaba propinándole rasguños a Shun por doquier lamiendo la sangre que emergía por las pequeñas heridas y Dohko le embestía con fuerza, masturbándole con frenesí…
En la habitación del librano, Mu alcanzaba a oír los gemidos, gritos, jadeos y risas que estaban suscitándose en la parte inferior del templo, el escuchar esos gemidos y jadeos aunados a su estado (atado y ligeramente excitado), estaban logrando que comenzara a perder la cabeza… comenzó a llamar a Dohko en su frenesí, sabía que si los demás lo escuchaban aquello se convertiría en un dolor impresionante y una humillación masiva pero no estaba pensando con la cabeza, al menos no la que tenía sobre el cuello…
Dohko alcanzó a escuchar al ariano y para evitar que los otros notaran que tenía a Mu en la parte superior de su templo y quisieran tomarlo, teniendo que compartirlo con ellos, salió bruscamente del interior del poseedor de la armadura de Andrómeda fingiendo que le dolía el estomago, y subió rápidamente a su alcoba evitando llamar la atención, lo que Dohko no tomó en cuenta es que sus compañeros estaban demasiado ocupados en sus “asuntos” como para darse cuenta de lo que estaba ocurriendo a su alrededor.
Entró a su alcoba, los ojos de Mu estaban encendidos como jamás los había visto, estaba completamente excitado y sonrojado…
-¿Qué diablos?- preguntó Dohko al ariano.
-¡Suéltame, haré lo que me pidas! Pero por favor ya no quiero sentirme así…
Aquel ruego del lemuriano logró hacerlo pensar en lo injusto que había sido con Mu en ese momento, al irse y dejarlo atado sin poder siquiera desahogarse solo.
Se acercó y comenzó a desatar las piernas de Mu para acariciarlas y después soltar las muñecas, liberándolo completamente, se acercó al erguido miembro del pelilila y comenzó a lamerlo hasta tenerlo totalmente en su boca, los gemidos de Mu no se hicieron esperar, enredó sus dedos de su mano derecha en el cabello castaño de Dohko, jugueteando con él mientras con su mano izquierda trataba de silenciar sus gemidos para no llamar la atención de sus compañeros que se encontraban abajo… la lengua de Dohko… las succiones estaban llevándolo al éxtasis logrando que se vaciara en la boca del librano quien enseguida engulló todo el semen hábilmente.
-Tómame, hazlo ya por favor, no puedo controlarme más- pidió Mu totalmente poseído por el placer que su cuerpo estaba sintiendo.
Dohko miró desconcertado aquella sumisa actitud del ariano, pensaba que le costaría mucho más trabajo llevarlo a la cama y peor aún, escucharlo pedirle que lo follara por que no podía controlarse… sin pensárselo más tiempo levantó la cadera del lemuriano y le penetró bruscamente sin cuidar si le provocaba dolor o no, la violenta entrada del grueso miembro del librano le propició un agudo dolor haciéndole gritar y gemir al mismo tiempo, producto del dolor mezclado con el enorme placer que estaba recibiendo, llevó sus manos a su entrepierna para acariciarse y masturbarse frenéticamente mientras Dohko le embestía rápida y fuertemente…
En el piso inferior del templo de Libra, Deathmask ya tenía a un inconsciente Shun tumbado sobre el frío piso de mármol, lleno de rasguños, heridas, mordidas y semen por todo el cuerpo, el cangrejo se encontraba sobre el cuerpo del caballero de bronce frotándose y mordisqueando aún más el blanco cuello del peliverde…
Por su parte Aldebarán embestia brutalmente a Shaka mientras Aioria mordisqueaba, succionaba y lamía el duro miembro y los testículos de su rubio compañero, los gemidos y gritos de Shaka podían ser escuchados desde las afueras de Libra en donde Misty estaba atado de manos a una columna mientras 3 soldados que “cuidaban” el santuario le mordisqueaban, embestían y le obligaban a practicar sexo oral…
Desde Géminis, Saga, Milo, Camus y Shura jugaban póker mientras miraban aquel espectáculo entre críticas y sonoras carcajadas, ya que sabían que toda aquella orgía seguiría repitiéndose hasta que Saori decidiese vivir en el santuario y entonces, sólo entonces, seguro que sufrirían intentando saciar su sed de orgías y sexo…
FIN
No hay comentarios.:
Publicar un comentario