15 dic 2009

Segundo deseo: ¡Hazme vibrar Dohko!

Llegó a su templo a paso lento, subió las escaleras con aparente desgano hasta llegar a a su habitación y tumbarse sobre su cama pesadamente…

-¡Dioses! Sí que estoy cansado- suspiró Afrodita mirando el techo de su alcoba.

Cerró sus ojos por un par de segundos hasta abrirlos y levantarse convencido de lo que tenía que hacer: lograr que Dohko lo hiciera vibrar y así, satisfacer los deseos vouyeristas de Shion.

 Se bañó en su tina, se untó aceites aromáticos sobre toda su pálida piel dándose un delicioso masaje, dándole esto una genial idea…

Se vistió rápidamente con la toga más reveladora que encontró y salió de su templo dispuesto a lograr satisfacer a su señor con el placer que Dohko pudiera proporcionarle…

Descendió de Piscis, su templo, hasta llegar a Libra entrando primero con algo de desconfianza hasta escuchar que Dohko platicaba animadamente con alguien más…

‘Parece que no está solo ¿ah?’

Pensó deteniéndose a un lado de la puerta de un cuarto donde Dohko conversaba con Mu sobre los entrenamientos…

-Esa clase de entrenamientos no sirven de nada antiguo maestro…- aseguró el ariano ya con algo de molestia en su voz.

-Ejercicio es ejercicio mi querido Mu, así que mientras no perdamos la forma las orgifiestas son buena forma de hacer ejercicio ¿sabías cuántas calorías puedes perder en un simple faje?-

-Como sea… ¿Cuándo será la próxima que dará en su templo?- preguntó tratando de desviar su molestia.

-En 2 días más, será divertido Mu ¿Por qué no vienes? Prometo hacerte gozar… así quemarás calorías y harás buen ejercicio…- rió el caballero de Libra mientras acariciaba el cabello de Mu.

-¡Está loco! Ya me voy… lo veré mañana a las 6 de la mañana en el verdadero entrenamiento sino tendré que reportarlo con el patriarca esta vez- aseguró finalmente mientras se alejaba.

El ariano salió de aquel cuarto dejando a un Dohko impaciente y ansioso, Afrodita se ocultó detrás de una columna hasta ver que Mu se hubiere ido definitivamente del templo.

Afrodita salió de su escondite tras asegurarse que Mu hubiera salido y descendido lo suficiente, abrió lentamente la puerta del cuarto donde Dohko aún se encontraba planeando su fiestecita, caminó sigilosamente cuidando no ser descubierto aún por el guardián del templo en cuestión…

-Ya caerá ese Mu- rió Dohko cuando notó que unos brazos le rodeaban acariciando su torso seductoramente -¿Mu?- preguntó confundido.

-No…- jadeó el pisciano cerca de la oreja izquierda de Dohko logrando erizarle el cuerpo al mismo.

-¡Ah! Afrodita ¡Eres tú!- respondió finalmente el librano volteándose para mirar al pez de frente.

-¿Tanto te gusta Mu, Dohko?- preguntó el pisciano en tono seductor.

-Digamos que le traigo ganas, pero de eso a que me guste es otro asunto, muy diferente- rió el librano mientras jalaba a Afrodita hacia sí.

Dohko comenzó a besar el blanco cuello del sueco saboreándolo a placer arrancándole al peliceleste sonoros y roncos gemidos.

-No te detengas Dohko… ahhh… hazme vibrar…- rogó el pisciano ya presa de la pasión que le generaba el tan sólo imaginar a su patriarca observándolo en aquella situación… tocándose seguramente…

El guardián del séptimo templo del santuario comenzó a acariciar los muslos del pisciano jugueteando con el roce que la ligera toga hacía sobre la piel de su amante en turno…

-Así que venías preparado…- rió Dohko al notar que debajo de la toga el pisciano se encontraba desnudo… sin mayores ataduras y estorbos que pudieran detenerle.

Recorrió acompasadamente con su mano los muslos del pisciano hasta llegar a la ingle del mismo invitándolo a separar un poco más sus piernas, todo sin dejar de mordisquear y besar el cuello de Afrodita… los constantes y roncos gemidos de Afrodita le daban el ambiente propicio a la habitación en la que se hallaban, lograban incrementar el deseo que Dohko sentía en ese momento…

La excitación de ambos ya era irremediable, cosa que hizo que la desesperación de Dohko se incrementase, con su mano izquierda tomó parte de la toga y de un tirón la arrancó sin preocuparse por Afrodita, estaba ansioso por probar a ese pisciano a todo…

-¿Dijiste que te hiciera vibrar no?- preguntó Dohko con voz entrecortada por los jadeos –Lo tendrás…-

Tumbó a Afrodita sobre un sillón y sin tener mayores contemplaciones con su mano derecha masturbó fuertemente el excitado miembro del pisciano mientras con la mano izquierda sostenía las muñecas del joven guerrero, lamió juguetonamente el cuello del pisciano descendiendo lentamente por su pecho hasta llegar a la tetilla derecha de Afrodita para mordisquearla bruscamente logrando que el peliceleste emitiese un sonoro grito de dolor mezclado con placer.

-Ya… ahh… no puedo más…- gemía el pisciano ante todos aquellos estímulos que su excitado cuerpo estaba recibiendo de manos de Dohko.

Sin poder evitarlo por más tiempo Afrodita eyaculó en la mano del librano quien enseguida se dio a la tarea de limpiársela con la lengua degustando el sabor del semen del sueco quien sólo miraba expectante y deseoso de más…

-Sabes bien Afrodita… pero ahora es mi turno de gozarte a ti…- rió Dohko lascivamente mientras giraba a Afrodita bruscamente sobre el sillón y jalaba sus piernas para que quedaran apoyadas en el frío suelo de mármol de la habitación.

Nuevamente con su mano acarició el pene del pisciano pasando por sus testículos masajeándolos cadenciosamente, y sin poder esperar más tiempo introdujo su miembro en el cálido interior de Afrodita para inmediatamente comenzar con sus fuertes estocadas al ritmo que su mano masajeaba los testículos y pasaba al ya nuevamente erecto miembro del peliceleste.

En el tiempo principal Shion era testigo de que el objeto de su deseo era obediente, y ciertamente deseaba volver a sentirlo en su interior, sentir sus manos nuevamente sobre esa pálida y suave piel… de tan sólo visualizarlo podía percibir como la temperatura de su cuerpo se incrementaba y su deseo le estaba haciendo perder la cabeza… ¿Por qué le había pedido a Afrodita que Dohko lo cogiera a su bruto estilo cuando pudo haberlo tenido para sí todo el tiempo?... aquellos pensamientos estaban haciéndolo presa de todos sus deseos… de todas sus fantasías…

Shion se levantó decidido de su trono, estaba ya impaciente de tener a Afrodita de nuevo en su cama, percibir el delicado aroma de su piel, escucharlo clamarle por más…

De pronto una idea asaltó su mente provocando que se detuviera en seco antes de abrir la puerta del salón… recordó sus propias palabras esa mañana…

‘Quiero que vayas al templo de Libra y le pidas a Dohko que te haga vibrar hasta el amanecer…’

-¿Por qué demonios le ordené que hasta el amanecer?- se dijo a sí mismo molesto -¡DEMONIOS!-

Golpeó el borde de la puerta con su puño izquierdo y sin pensárselo por más tiempo abrió la puerta decidido a recuperar a su fantasía, su deseo… su obsesión.

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