En el hospital de la Fundación Graude , Saori llegaba alarmada tras ser informada de todo lo sucedido, al verla llegar Saga le informó de todo con detalles y heridos…
-Así que Aioria, Michiru, Setsuna, Lita y Haruka están heridos…- dijo preocupada.
-También Serena, pero Lita la protegió bien, sólo son heridas menores como rasguños y golpes…- explicó Camus interviniendo.
-¿Quién está más grave entonces?- preguntó la joven diosa.
-Lita, Aioria y Setsuna, Michiru y Haruka estarán bien pronto- replicó Saga mirando a Rei que salía de la habitación de Lita junto con Amy.
-¿Cómo está su amiga?- preguntó Saori angustiada.
-Los doctores dicen que estará bien pero necesita mucho reposo…- explicó Amy más tranquila.
-Me alegro mucho de eso…- dijo la diosa aliviada -¿Y Serena?-
-Están terminando de curar sus heridas pero es demasiado llorona- intervino Rei burlonamente.
-¡Te oí!- gritó Serena saliendo de la habitación donde la habían atendido.
-Lo sé ¿crees que me importa?- refutó Rei de forma infantil.
-Aquí no…- rió Amy mirando a sus amigas –es un hospital…-
Tras ver aquella escena los presentes rieron recobrando los ánimos ligeramente.
-¿Quiénes vana quedarse en el hospital?- preguntó Saori finalmente.
-Lita, Setsuna, Aioria y Mina- dijo Amy recobrando la seriedad.
-Mina sale hoy, pero necesitará reposo aún- explicó Shaka acercándose a Saori –Yo me quedaré a cuidar a alguno por si algo sucede, el enemigo ya conoce las identidades es mejor que algunos cuidemos a los heridos-
-Cierto…- dijo Amy preocupada.
-Bien, nos quedaremos Shura y yo- intervino Camus mirando a su compañero capricorniano.
-Sí, claro…- dijo este finalmente, tras comprender lo que su amigo traía.
-Bien, nosotros nos llevaremos a Mina, Serena y Haruka, en caso de que algo suceda avísennos enseguida para venir- ordenó Saori.
-Sí- respondió Shaka haciendo una leve reverencia.
Después de haber arreglado el papeleo del alta de Mina juntos regresaron a la Mansión Kido , donde Seiya, Shun y Shiryu les esperaban.
-Bienvenidos a casa- dijo con ligera sonrisa Shun.
-Gracias, lleven a Mina a descansa, también Haruka y Michiru deberían hacerlo…- sugirió Saori.
-Así será- asintió Mu llevando a Mina a descansar mientras Haruka y Michiru subían las escaleras apoyándose la una en la otra.
Los demás permanecieron sentados en la sala mirándose unos a otros sin decir una palabra hasta que Saori finalmente interrumpió aquel sepulcral silencio…
-Tenemos que planear algo y actuar rápido…- dijo mirando fijamente hacia la ventana –si seguimos así no duraremos mucho tiempo en pie…-
El tono de tristeza de la joven diosa de la sabiduría reflejaba su profunda preocupación contagiando a algunos de los guerreros que la observaban atentamente hasta que Serena interrumpió:
-¡Debemos investigar a Akiko! Ya sabemos que ella tiene algo que ver con todo esto ¿no es así?- dijo levantándose del sillón.
-¡Cierto!- dijo Amy recobrando el optimismo, aquel que sólo Serena era capaz de infundirles en momentos de desesperación.
-Entones investiguemos a esa mocosa, tendámosle alguna trampa, después de todo ella conoce nuestras identidades ya- dijo Rei animada.
-Tenemos que ser concientes de que tenemos compañeros heridos y débiles, por lo que debemos esperar un poco…- dijo Shiryu interrumpiendo los planes de las guerreras.
-Eso es cierto…- dijo Amy reflexionando –si actuamos ahora es probable que la batalla sea muy dispareja, es decir, ellos han perdido dos generales pero no sabemos cuantos guerreros más conformen su ejército-
-Exactamente- afirmó el guerrero de bronce, haciendo uso de la palabra –debemos hacer acopio de fuerzas y entrenar un poco entre nosotros para prepararnos para una batalla que parece será verdaderamente cruel.
El comentario de Shiryu les hizo reflexionar a todos sobre sus vidas como guerreros y por supuesto, sus vidas personales, era probable que al terminar aquella lucha contra la diosa Afrodita muchos no volvieran a ver la luz de otro día… Saori y Serena se miraron mutuamente angustiadas por todo ello por lo que Saori hizo una leve seña a Serena y ambas se retiraron al estudio de Saori.
Entraron al estudio cerrando la puerta detrás de sí y ambas se sentaron una frente a la otra con toda su angustia marcada en su expresión facial…
-¿Qué vamos a hacer ahora?- preguntó finalmente Serena.
-No lo sé, pero debemos pensar en algo, no podemos dejarnos vencer y tampoco podemos permitir que ellos se vengan abajo anímicamente- explicó la chica volviendo su mirada a la ventana del estudio.
-Espero que cuando esto termine podamos seguir siendo amigos…- dijo Serena mirando fijamente a Saori.
-Eso tenlo por seguro Serena, créeme entre los guerreros ya se respira un ambiente de tranquilidad y camaradería, aunque ha costado trabajo y aún hay ligeros roces- dijo recobrando la tranquilidad momentáneamente.
Afuera del estudio los guerreros y guerreras miraban hacia la ventana esperando que salieran sus diosas para planear algo o al menos ser informados de las conclusiones a las que habían llegado…
-Yo digo que vayamos afuera y platiquemos….- sugirió Deathmask mirando su reloj.
-Es muy noche Deathmask ¿Acaso no tienes noción del tiempo?- preguntó Rei mirando el reloj de la sala.
-Sí pero tengo ganas de distraerme y mis distracciones normalmente son consideradas de un psicópata, por eso prefiero platicar…- explicó mirando a la guerrera.
-Mejor voy a dormir…- dijo Amy caminando hacia las escaleras.
-¡Qué aburrida!- gritó Seiya riendo –Mañana no irán a la escuela ¿Qué más da que te desveles hoy?-
-¡Cierto Amy!- exclamó Rei apoyando la moción de planear algo para entretenerse.
-Creo que esto significa que habrá problemas…- musitó Setsuna mirando a Hotaru.
La pequeña la miró con ligera sonrisa y en seguida se sentó en el sillón a su lado sin emitir una sola palabra. Saga miró todo el movimiento a su alrededor con expresión de fastidio, sabía que Deathmask y algunos otros comenzarían a idear estupideces de las que odiaba participar…
-¡Juguemos algo!- exclamó Aioria.
-Aquí viene…- murmuró Saga llamando la atención de Setsuna y Hotaru que le miraron sorprendidas.
-¿Qué será bueno?- preguntó Deathmask entendiendo hacia dónde se dirigía su compañero de armas… -¡Qué tal semana francesa!- exclamó triunfal.
-¡Sí!- apoyó Milo mirando de reojo a las jóvenes que se miraba unas a otras considerando jugar aquello con esos guerreros.
-¿No se atreven?- preguntó Aioria burlonamente para incitarlas a atreverse.
-¡Yo sí!- dijo Rei segura.
-Esto es una idiotez- interrumpió Saga –Sólo hay 4 chicas de las cuales una es una niña…-
-Tú dices eso porque bien que puedes besuquearte con la chica de arriba- rió Deathmask.
-¿Qué?- preguntó Saga molesto.
-Nada, olvídalo, si no quieres jugar entonces tampoco interrumpas…- interrumpió Aioria para evitar que el conflicto creciera.
-Como sea, me largo a dormir…- dijo Saga subiendo la escalinata con rumbo a su alcoba.
-Va a ver a la chica…- intuyó Aphrodite burlonamente con Deathmask.
-Yo…- interrumpió Amy mirando a Rei que la miraba suplicante.
-¿Qué?- preguntó Milo guiñándole un ojo.
-¡Está bien jugaré!- exclamó finalmente a modo de resignación –Pero…-
-¿Qué?- preguntó Deathmask mirando a la chica.
-¿Quiénes más van a jugar esto?- preguntó indecisa.
-Pues Milo, Aioria, Aphrodite, Rei, tú y yo aparentemente...- dijo mirando a los demás que comenzaban a abandonar la sala para hacer otras cosas.
-¿Setsuna vas a jugar?- preguntó Aioria mirando a la joven que sólo les miraba sin decir una palabra.
-No, llevaré a Hotaru a dormir…- dijo tajantemente levantándose con la pequeña y caminando hacia las escaleras.
-Entonces somos nosotros nada más…- rió Deathmask -¿Quién empieza?-
-¡Yo!- exclamó Milo.
-Bien… Milo y…- pensó Deathmask mirando a las chicas -¡Tú!- dijo señalando a Amy.
Amy miró a Deathmask y a Milo sin dar crédito a lo que estaba jugando… Rei miró a su amiga aguantando la risa, no podía creer que la más tímida y seria de sus amigas estuviese jugando con ella “semana francesa”…
Milo se puso de pie frente a la joven quien le miraba tímidamente desviando de cuando en cuando la mirada, el guerrero tomó el rostro de la joven con ambas manos y acercó sus labios lentamente a los de la chica, primero en un tímido roce; que arreboló las mejillas de la guerrera, para después profundizar el contacto y acercar el cuerpo de la chica en un abrazo…
Rei y Deathmask observaron sorprendidos el beso que Milo estaba propinándole a Amy aunado a las caricias que le daba en la espalda sin esperar que durase tanto tiempo…
-Bien- dijo Milo aún abrazando a Amy –hemos cumplido-
-Eso vemos…- titubeó Deathmask mirando a Aioria quien sonreía cómplicemente a su escorpiano amigo.
-Sigo yo…- dijo el guerrero de Leo interrumpiendo la conmoción que Amy y Milo habían creado –Espero sea contigo Rei- concluyó con un guiño y sonrisa.
-Sí, sí- dijo Deathmask –ustedes…- pensó un par de segundos y… -¡Hey, Yo no me besaré con Aphrodite!- exclamó en reclamo mientras Aphrodite reía a carcajadas.
Tras escuchar aquello todos reían a carcajadas mientras Deathmask seguía quejándose una y otra vez.
-Ya, ya Deathmask, como si fuera la primera vez que lo hicieras- rió Milo desatando más carcajadas de los presentes en el juego.
-¡Bah! Así no juego- se quejó nuevamente Deathmask dejándose caer sobre el sillón tras ver como sus compañeros de batalla se reían tanto.
-De todas maneras ya es demasiado tarde- dijo finalmente Rei dejando de reír.
-Cierto…- musitó Amy notando la hora.
-Buenas noches chicos- dijo Rei caminando hacia las escaleras siendo seguida por una aún sonrojada Amy que sólo asintió con la cabeza.
Aioria y Milo se miraron mutuamente sin parar de reír por el berrinche de Deathmask que sólo bufaba fastidiado hasta levantarse y salir al jardín para olvidar lo ocurrido, mientras Aphrodite miraba todo aún riéndose.
Mina se levantó pesadamente de la cama donde Mu la había dejado hacía ya cerca de una hora, estaba harta de estar recostada, aún adolorida y débil pero cansada de permanecer acostada sin poder hacer nada más, y peor aún, sola.
Miró pensativa a través de la ventana, estaba sumida en sus pensamientos sin percatarse que en el jardín se hallaba Deathmask bufando y vociferando cuanta maldición se sabía hasta enfocar su mirada en aquella curiosa escena…
-¡Malditos bastardos!- exclamaba una y otra vez.
-Ya deberías dejar de enojarte por idioteces.
Aquella voz le obligó a voltear casi de inmediato sintiéndose descubierto, miró a su compañero que le miraba sereno y con ligera sonrisa.
-Tú…- musitó aún enfadado.
-Ay Deathmask…- rió el pisciano mirándolo fijamente –no veo porqué te molestes por las tonterías de Milo y Aioria, después de todo sabías qué pretendían con el jueguito ese-
-Sí, pero yo no seré su burla- dijo enderezándose lleno de orgullo.
-No se trata de eso…- dijo finalmente el peliceleste sentándose frente al guerrero de Cáncer.
-¿Entonces?
-A Milo le gusta esa niña Amy pero está seguro que jamás podrá acercársele por que él tiende a ser muy… dejémoslo en “lanzado”- explicó Aphrodite mientras el guardián del cuarto templo le miraba atentamente.
-No es “lanzado”, es un mujeriego desvergonzado- rió Deathmask levantando su brazo en son de burla.
-Mujeriego no, jamás lo ha sido, desvergonzado en cuanto al hecho de que si otra chica le gusta puede dejar de golpe a la joven con la que está, sí- respondió el pisciano mirando sus pies.
-¿Y Aioria?- preguntó retando.
-Aioria no tiene inconveniente de acercarse a esa chica Rei, sabe que es más accesible que Amy para su estilo de cortejo- rió Aphrodite.
-¿Por qué decidiste jugar tú?- preguntó receloso Deathmask.
-Ah sólo para pasar el rato, yo sabía como acabaría el asunto, ya veía venir tu berrinche- rió nuevamente a carcajadas ante la mirada molesta de Deathmask.
Desde su cuarto, Mina podía escuchar y contemplar toda la escena, sonreía feliz por el hecho de conocer esa clase de detalles, de una u otra manera le llenaban de alegría.
Volvió su mirada de nuevo a la cama y retomó su fastidio.
-Bah…- se quejó harta bajando su mirada al suelo, cuando escuchó que alguien abría la puerta de su cuarto.
Caminó hacia el sillón evitando ser vista, ya que la habitación se encontraba a oscuras y quería saber primero quien podría entrar tan sigilosamente a esa hora, en que se suponía, estaba dormida.
Pudo ver una silueta de alguno de los guerreros entrar a su cuarto, por más que se esforzó en identificarlo no pudo, le vio acercarse a la mesita de noche y tomar entre sus manos algo…
‘¿Acaso dejé algo importante ahí?’
Pensó la joven guerrera acercándose al apagador que se hallaba cerca de donde se hallaba, para verificar la identidad del guerrero ahí y de lo que había tomado de la mesilla. Encendió la luz tomando por sorpresa a Milo quien sostenía un botecillo de medicina y le miraba sorprendido.
-Pensé que estabas dormida- dijo recobrando conciencia –no quería despertarte-
-¿Para qué necesitas eso?- preguntó la guerrera curiosa acercándose al escorpiano.
-¿Es para dolor, no?- preguntó mirando la etiqueta.
-Sí- dijo sonriente la joven sentándose sobre su cama.
-Es para mí, tengo dolor de cabeza, eso es todo, pero no quería molestar a Mu, se pone loco si lo molesto- rió Milo tomando una píldora.
-Vaya…- musitó Mina más tranquila.
-Debes descansar, Saga no se perdonaría si algo malo te pasara.
Aquella sencilla frase logró sonrojarla y obligarla a bajar su mirada al suelo totalmente apenada, Milo la miró con ligera sonrisa y continuó:
-Jamás le había visto tan preocupado por alguien, y menos tan interesado en una chica que además es guerrera-
-Yo…- interrumpió Mina levantando su mirada hacia la del peliazul –También me preocupo por él… a mí también me gusta- dijo sonriente pero aún apenada.
-Pues ánimo con ello- dijo con un guiño.
-Suerte con Amy…- dijo con amplia sonrisa tomándolo por sorpresa.
-¿Qué?- alcanzó a preguntar Milo.
-Sé que te gusta mi amiga, no es por indiscreta o por curiosa, pero estaba mirando la ventana y escuché a dos de ustedes hablando de ello- explicó asombrada de la reacción del escorpiano.
-Ah…- dijo relajado –seguro Aphrodite, sí, tu amiga me gusta pero me mandará lejos y me ignorará, yo soy más arrojado para decir lo que pienso y siento, yo veo que ella es más analítica-
-Uno nunca sabe Milo, las personas no siempre somos lo que aparentamos ser- dijo recostándose cuando alguien más irrumpió en la habitación.
-¿Milo?- preguntó Saga sorprendido de ver a su compañero ahí.
-Sí, vine por esta pastilla para dolor, pero ella no estaba dormida, pero ya me voy, buenas noches- dijo caminando hacia la puerta.
-Buenas noches Milo- dijo la chica sonriente.
El escorpiano salió de la habitación mientras Saga caminaba hacia la ventana sin decir una sola palabra, Mina le miró confundida ¿acaso estaba enojado por algo?...
-¿Te despertó?- preguntó finalmente el geminiano.
-No, estaba mirando por la ventana, ya no soporto estar acostada, sin nada que hacer o con quien platicar- se quejó cubriendo sus piernas con la frazada.
-Ya veo…- dijo volviendo su mirada a la chica y caminando hacia ella.
Se sentó a su lado con ligera sonrisa mientras Mina le miraba sonriente y se abrazó al geminiano una vez que lo tuvo cerca siendo correspondido el gesto por Saga, quien cuidaba no lastimarla de nuevo.
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