23 dic 2009

Huellas…

Me levanto pesadamente de la cama tras darme cuenta que no estás más a mi lado, camino hacia el espejo y contemplo mi rostro, pálido, hueco… sin chiste, como si los años hubieran pasado por mí todos juntos… cierro los ojos no quiero encontrarme con mi mirada triste una vez más, desolada de tan sólo recordar que ya no estás conmigo.

Camino hacia la ventana tratando de no recordarte, pero me encuentro con esa pequeña maceta que dejaste junto a la ventana, aquella planta que tanto cuidabas ahora se ve seca, los pétalos de las florecillas yacen en la mesa que sostiene la maceta… los recojo intentando evitar que mis lágrimas broten de nuevo y el llanto se haga imparable una vez más, aprieto los pétalos dentro de mi puño y con desprecio los arrojo a través de la ventana… ¿Porqué me dejaste aquí tan solo y vacío?

Mi mirada de inmediato se fija en aquel conjunto de flores que sembramos juntos, aquellas que tanto tiempo invertiste en convencerme de comprar y que además cuidaste siempre con un esmero increíble, mi tristeza me inunda de nuevo, procuro ahogar el llanto pero me es imposible, camino hacia aquella mecedora que tanto te gustó y me obligaste a comprar, siento como si con cada lágrima que rueda por mi rostro se me fuera la vida… no, pero aún… temo que ésta sea eterna sin ti.

Todo está lleno de ti, de tu aroma, de tu mirada llena de esperanza, de esas risas que me llenaban el alma de felicidad de tan sólo saberte a mi lado… pero ahora todo es tristeza y vacío, no hay nada que me ate aquí, nada que me mantenga con la voluntad de permanecer aquí…

-¡¿Porqué la vida es tan injusta?!- exclamo lleno de coraje, como si reclamando a la nada pudiese sentirme mejor…

Siento de nuevo esas lágrimas rodar por mi rostro y como si mi corazón fuese a dejar de latir de todo el dolor que llevo dentro… quizás eso sería lo mejor ahora, dejar de existir para volver a estar a tu lado, para volver a mirar tus hermosos ojos miel mirarme llenos de alegría, escuchar esa melodiosa risa que me contagiaba y llenaba el alma, de sentir tu rubio cabello entre mis dedos mientras te sonrojas y ríes discretamente. ¡No es posible tanto dolor!...

Camino fuera de la habitación que compartiéramos durante los últimos 4 años, el pasillo lleno de fotografías de los dos juntos, tu bello rostro con esa iluminadora sonrisa, no puedo seguir así… siento como si algo me arrancara el corazón y lo destrozara ante mis ojos… de nuevo vuelve a mí esa horrible imagen de ti yaciendo en esa fría mesa en el anfiteatro… ¡Maldigo el día en que me fui de tu lado para trabajar fuera de la ciudad!

Tu rostro lucía tan sereno, como si hubieras tenido la alternativa y la decisión de dejarme atrás fuese tuya… portabas aquel vestido que te regalé y tanto te gustaba, y en el que lucías tan hermosa y radiante… ¡No puedo estar sin ti!

Toda mi existencia está llena de tus huellas, como si me hubieses marcado para siempre con todo ese amor que me profesabas y que no me impidió irme ese fatídico día…

Entro a la cocina y de inmediato me sirvo un vaso de agua para distraerme un momento porque sé que será imposible olvidarte, dejarte atrás y seguir con mi vida… ¿Vida? ¡Sin ti no puedo vivir! Te necesito, te amo…

Tu velorio fue tan lastimero, todos se acercaban y me decían que estaba conmigo en mi dolor, que fuiste una gran persona, aún no me resigno al “fuiste”, ¿Porqué  personas tan llenas de luz y bondad como tú deben dejarnos, mientras que seres llenos de maldad como asesinos o violadores, siguen con vida haciéndole daño a otros? ¿Acaso eso es justo?

Mi tristeza se convierte en ira cada vez que lo pienso ¿Lo sabías? Y cada vez que te recuerdo me siento tan débil y vacío… Tras reconocer tu cuerpo esa noche no pude resistir en pie, caí de rodillas y maldije mi destino desde entonces… estoy destinado a estar solo, a vivir descorazonado por tu partida, porque tú te has llevado mi corazón y mi alma contigo, soy como un ser errante que no es capaz de controlar su dolor y su furia.

Bajo la mirada enseguida y aprieto fuertemente mis puños contra el mueble de la cocina, me siento vacío, quebrado y solo, no puede haber cosa peor que este sentimiento. Los últimos 2 días han sido así para mí, es como si viera una película sin poder siquiera pensar, decir o actuar, tengo que salir de esto pronto porque no podré aguantar todo este dolor, duele admitirlo pero soy demasiado cobarde para enfrentarlo solo, siempre me mostraste lo bello que tenía la vida ¿Ahora dónde está todo aquello? ¡Contigo Claire! Todo se fue contigo…

Mi apariencia desaliñada, mi rostro descuidado y esa mirada vacía que luzco hoy son porque te has ido con mi alma, tomo con la mano derecha el cuchillo que se halla sobre la mesa, lo contemplo con la convicción de no seguir con este inmenso dolor que se apodera de mí, no quiero despertar otro día más sabiendo que no estarás más conmigo, mi corazón palpita con fuerza de la sola idea de volver a estar contigo, sí… eso me llena de esperanza de nuevo, estar a tu lado por siempre, traspasar los límites de la mortalidad y vivir una eternidad amándonos… No lo pienso más, paso la hoja del cuchillo sobre mi muñeca izquierda primero, observo la sangre brotar y caer al suelo, luego paso con la derecha y siento el punzante dolor que me hace darme cuenta que estoy vivo, sin ti, pero vivo al fin…

Me siento débil… recuerdo que olvidé ingerir cualquier alimento desde el día de tu entierro, ni siquiera podía levantarme de la cama, siento que mis piernas flaquean y me hacen perder el equilibrio hasta caer al suelo estrepitosamente tirando todo a mi alrededor, recuerdo tu angelical rostro sonriente como cada día al despertar juntos, hasta logro sentir esa calidez de tus labios al posarse sobre mi frente y murmurar ese “buenos días amor”… ¡Ya pronto estaré contigo de nuevo! Para continuar nuestra historia de amor más allá de toda barrera… No puedo dejar de sonreír de tan sólo imaginarme de nuevo a tu lado, de mirarte tan bella como siempre y escucharte decirme “Te amo John”. Cierro mis ojos con esa visión fija en mi mente, de pronto escucho una voz alarmada pidiéndome que reaccione… ¿Que no muera? ¡Pero si mi alma se fue contigo!

-¡John resiste!- de nuevo siento esa desesperación…

Es la voz de tu hermana… nadie mejor que ella sabe por lo que estoy pasando, internamente le suplico me deje ir contigo porque no puedo estar sin ti, siento como si todas mis fuerzas me abandonaran de golpe y no hay nada más… no hay más dolor… no hay soledad, ni tristeza, ni ese vacío que me devoraba… sólo estás tú.

FIN

No hay comentarios.: