25 dic 2009

¡Qué embrollo!

Por la mañana las chicas se apresuraron a arreglarse para salir con rumbo a la escuela, justo antes de salir fueron interceptadas por Seiya y Saga que trataban de convencerlas de que se ausentaran por un par de días…

--Si faltamos será sospechoso, no debemos levantar sospechas- dijo firmemente Serena.

--Sí, pero si aún las hay sólo están exponiéndose a que les pongan otra trampa- insistió Seiya.

--Eso es cierto, ¿Qué van a hacer si vuelven a atacar a alguien que aparentemente es compañero suyo y sólo es para averiguar sus identidades?- inquirió Saga mirando a Serena.

--Yo…- bajó la mirada mientras apretaba el puño derecho en señal de impotencia.

--No podemos dejar que sospechen más de lo que ya hacen- insistió Mina –debemos ir a la escuela, si algo sucede no reaccionaremos como ayer y ya…

--¡Pero sólo están exponiéndose!- repitió Saga más enérgicamente.

--Iremos- dijo finalmente Amy –no podemos dejar que el enemigo sospeche de más, ya conocen la identidad de Lita, lo más probable es que crean que nosotras también tenemos una identidad secreta, así que si faltamos todas hoy sólo se hará obvio, debemos actuar con naturalidad- explicó la joven.

--Ellas tienen razón- dijo Saori bajando las escaleras junto con Milo –lo que podemos hacer es que no vayan solas y se pueda tener alguna manera de mantenernos en contacto en caso necesario-

--¿Cómo podemos mantenernos en contacto con ustedes?- preguntó Saga resignado.

-Nosotras tenemos comunicadores para estar en contacto, es cuestión de darte el de alguna de nosotras y que la que te lo de siempre se mantenga con las demás- explicó Mina.

-Bien… ¿Quién me da su comunicador?- preguntó nuevamente.

-Yo te lo doy- Mina se retiró de la muñeca izquierda el comunicador y se lo dio al guerrero de Géminis.

-Bien, estaremos en contacto con ustedes sin duda, cualquier cosa manténgannos informados- pidió Saori amablemente.

Las chicas sonrieron y tras asentir salieron apresuradas para llegar a tiempo a sus clases dejando a Haruka y Setsuna mirando desde la sala…

--¿Ustedes no tienen nada que hacer?- preguntó Saga.

--Sí, yo trabajo pero iré con ellas para estar pendiente, y Haruka irá conmigo- dijo Setsuna con voz apacible.

--De acuerdo, cualquier cosa supongo nos mantendrán informados ¿no es así?- preguntó Seiya a la mayor de las scouts.

--Por supuesto- agregó Setsuna con ligera sonrisa.

--Bien.

Ambas jóvenes salieron de la mansión con rumbo a la preparatoria de Juuban donde estudiaban sus compañeras para poder estar pendientes de cualquier situación.

***
--¡Serena ya guarda silencio!- pidió Amy a su compañera que reía a carcajadas logrando llamar la atención de los presentes en el salón, incluida Akiko.

Akiko miró a las jóvenes actuar de forma tan natural que comenzó a dudar, quizás lo que Lita le había dicho era cierto y sólo ella era una de las dichosas guerreras que buscaba… entonces sólo le quedqaba una salida provocar que Lita la condujera hacia sus compañeras y por sobre todo a las diosas que quería eliminar.

--Señorita Kino…- interrumpió la joven rencarnación de Afrodita a sus compañeras.

--¿Sí?- preguntó Lita volviendo su mirada a Akiko.

--¿Puedo hablar un minuto contigo?- dijo tímidamente, actitud que logró crispar los nervios de Mina.

--¿Qué quieres?- preguntó Amy logrando sorprender a sus amigas.

--Claro- interrumpió Lita antes que el asunto creciera a dimensiones insospechadas –vamos afuera, ya regreso chicas.

Ambas jóvenes abandonaron el aula ante la mirada estupefacta de Mina y Amy quienes intentaron levantarse de sus asientos para seguir a Lita siendo detenidas por Serena.

--Dejen a Lita resolver el asunto- pidió Serena –tengámosle confianza, por favor.

--¡No es falta de confianza!- insistió Mina preocupada -¿Qué tal si en serio es lo que sospechamos y le hace algo?[-

--No creo- dijo Serena nuevamente –si no regresa en un par de minutos iremos enseguida-

Las dos chicas caminaron en el pasillo del piso donde se hallaba su salón de clases hasta de pronto detenerse frente a la ventana…

--¿De qué querías hablarme Akiko?- preguntó finalmente Lita quebrando el silencio que se había mantenido desde salir del aula.

--Darte las gracias por lo de ayer…- dijo mirando fijamente a su compañera –no cualquiera salva la vida de alguien que lo molesta e insulta, y sé que he hecho eso contigo, y lo lamento de verdad… arriesgaste tu seguridad ante ese sujeto y tu vida por protegerme a mí y a tus amigas.

Lita bajó la mirada de forma pensativa, sabía que debía mantenerse lejos de esa chica, desde un inicio había percibido que Akiko implicaba problemas, pero jamás había pensado que serían tan graves…

-No te preocupes- dijo sonriente –me da gusto saber que tú y mis amigas estén bien, ya veré la manera de cuidarme y acabar con aquel demonio… es mejor que regresemos a clase.

Ambas chicas regresaron al salón, Akiko estaba pensativa… ¿en verdad sus amigas no eran también sus compañeras de armas?... y si efectivamente era como decía, entonces ¿sus verdaderas compañeras de armas y los guerreros de Athena ya estaban enterados de lo sucedido?... esas dudas le llenaban la cabeza de múltiples hipótesis, situación que evitaba que la presuntuosa joven se concentrara en sus clases y sus planes.

Desde lo alto de uno de los edificios de la escuela Uranus y Pluto observaban y seguían cuidadosamente a sus compañeras, estaban seguras que esa chica era parte del bando enemigo, lo que no sabían y ni siquiera imaginaban era la verdadera función de la joven…

En la mansión Kido los caballeros dorados y de bronce que se habían quedado, conversaban amenamente en el jardín sobre sus planes futuros, tras haber terminado con aquella misión, ya que sin duda alguna, el tener que trabajar con otras personas, y mejor aún jóvenes guerreras, les había hecho reflexionar sobre varios aspectos de sus vidas personales…

--Buen día- la calmada y dulce voz de Michiru logró captar la atención de los guerreros quienes en seguida volvieron su mirada a ambas jóvenes que les miraban desde la puerta del jardín.

--¡Hola chicas!- exclamó Seiya agitando su mano.

--Hola, ¿cómo ha estado su día?- preguntó Hotaru con amplia, pero sombría sonrisa.

--Bien, estábamos conversando sobre lo que haremos después que esto termine…- dijo esperanzadamente Shiryu.

--Ya vemos- la sonrisa de la joven violinista lucía triste, como si hubiera algo que la entristeciera profundamente…

--Sí, ¿ustedes han pensado en ello?- preguntó Saga finalmente.

--¡Yo sí!…- dijo entusiasmada la menor de las jóvenes, ante la mirada de su compañera –quiero terminar la secundaria por fin y conocer Europa-

--¡Vaya!- exclamó Aioria contagiado del entusiasmo que la pequeña demostraba -¡Ese es un plan ambicioso!-

--¿Y tú Michiru?- preguntó Camus.

-Pienso seguir realizando recitales de violín y galerías de pintura, digamos que amo el arte- la mirada de la joven se llenó de cierta esperanza, como si deseara con fuerza poder conseguir todo lo que anhelaba, aunque no lo expresara por completo…

--Algún día me encantaría escucharte tocar el violín- dijo Shun sonriente, mientras Saga se levantaba de su asiento…

--Hay que llevar las cajas que Saori nos dijo a las bodegas- dijo finalmente Saga mirando a sus compañeros quienes se levantaron para acompañarlo.

--Voy a dejar mis cosas a la habitación, ya vengo Michiru…- Hotaru corrió con sus útiles escolares entre sus brazos para cambiarse de ropa y dejar sus cosas ahí.

Michiru caminó hasta una banca desde la que podían admirarse las hermosas flores que Saori tanto cuidaba, suspiró con aires de tristeza bajando su mirada hacia sus manos…

--¿Por qué de nuevo viene ese sentimiento de soledad?…- murmuró sin darse cuenta que era escuchada por Milo y Camus que la miraban desde un par de árboles cercanos.

--Deberías hablar con ella- dijo Milo mirando la curiosidad carcomiendo a su entrañable amigo.

--No lo sé…- dijo finalmente Camus totalmente indeciso.

--Ve, no pierdes nada conociéndola, siempre puedes ganar una gran amiga ¿no lo crees así?- dijo el escorpión con cómplice sonrisa y un guiño.

--De acuerdo…- suspiró el joven francés.

Camus caminó lentamente hacia la banca donde la joven violinista contemplaba sus manos.

--Son hermosas ¿no crees?- preguntó antes de llegar hasta la banca sacando a Michiru de sus pensamientos.

--¿Perdón?- preguntó confundida.

--Dije que las flores de Saori son hermosas, no lo crees así- dijo sentándose al lado de la chica.

--Sí, tiene una gran variedad de flores, todas hermosas…- dijo sonriente y volviendo su mirada a las flores.

--¿Tienes algún problema Michiru?- preguntó Camus mirándola fijamente.

--¿Me estuviste observando, verdad?- preguntó con ligera sonrisa.

--Algo así, venía para acá, pero te ví demasiado pensativa y triste y por eso me acerqué, ¿Ocurre algo? Te he notado así en momentos…-
La preocupación reflejada en el rostro del acuariano le hizo sonreír y sentirse más calmada, y mirando hacia el cielo comenzó a relatar…

--Desde hace un par de semanas comencé a tener un sentimiento de vacío, de soledad, siempre he sido solitaria, pero también me he acostumbrado a estar cerca de Haruka, a tal grado que a veces siento que dependo de ella, pero…- bajó la mirada nuevamente –tuve un sueño terrible… soñé que ella se desvanecía entre mis brazos, que me dejaba sola…- cerró fuertemente sus ojos brotando un par de lágrimas que rodaron por sus mejillas.

El acuariano observó y escuchó atentamente a la joven logrando sentir su miedo, su tristeza y su soledad…

--Temo que se haga realidad… no podría con eso-

Camus permaneció en silencio mientras observaba el pasto, la joven miró de reojo al caballero dorado esperando alguna reacción del mismo hasta suspirar un poco más tranquila.

--Un sueño es un sueño, no tiene por qué cumplirse necesariamente, verás como todo estará bien…- la voz calmada del acuariano le ayudó a serenarse…

Sabía que ese hombre la miraba y que se sentía curioso por ella, pero Michiru sólo tenía a una sola persona en su corazón y pensamientos… Haruka.

--Muchas gracias, espero tengas razón, porque eso me tranquilizaría mucho- rió Michiru mirando al cabizbajo francés.

--Verás que sí- respondió finalmente Camus devolviéndole la mirada y una ligera sonrisa a su interlocutora.

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