22 dic 2009

Y si....

Mi mirada fija en el cielo que va oscureciéndose conforme las nubes cargadas de lluvia le cubren, seguro me quedaré sentada aquí y él jamás llegará, pero… ¿Y si llega y quiere que vaya con él?...

‘No sé si quiero…’

Cierro mis ojos tan sólo de pensarlo, Mike se irá a Londres a estudiar y no sé si quiero irme con él, no ahora que estoy viendo algunos de mis sueños tan cerca… pero tampoco quiero perderle… Siento las primeras gotas de lluvia sobre mi rostro lo que me obliga a abrir los ojos de nuevo y darme cuenta que la gente a mi alrededor corre para guarecerse de la lluvia que va intensificándose y yo sigo sentada en esta banca esperándole, debo decidirme pronto; es como mi madre tantas veces me decía: “pon las cosas en una balanza”, incluso ahora no puedo decir con exactitud a lo que se refería, siempre me ha costado tanto trabajo tomar una decisión, desde la más simple hasta ésta.

Siento como la lluvia penetra a través de mi ropa y mi cabello mojándolo todo. Estoy comenzando a tener frío y Mike no llega; mejor así, que no llegue aún porque no sé con exactitud qué voy a decirle… ¿y si le digo que no y lo pierdo? De una cosa estoy más que segura, lo adoro con todo mi ser, pero también si me voy con él perderé la oportunidad de entrar a la orquesta sinfónica y lo he anhelado desde que era una niña y comencé a tocar el violín… sería tan fácil que él fuera un mal hombre y sin ambiciones, me facilitaría mucho el decidirme a dejarlo ir…

A veces quisiera desaparecer, y este sentimiento me invade sólo cuando tengo una decisión que tomar; aunque esta me ha provocado más dolores de cabeza e insomnio que otras tantas que he tenido que pasar. Porque también puedo decirle que lo amo y que quiero que estudie su especialidad en Londres como tanto ha trabajado y soñado porque, al final de cuentas,  quién soy yo para romper sus sueños y dejarlos truncos… ya comienzo a divagar otra vez; le diré que lo amo y que cumpla sus sueños, que lo esperaré aquí trabajando duro para que cuando vuelva podamos estar juntos; pero, ¿y si no vuelve?, ¿y si encuentra a alguien mejor que yo, una chica decidida que le dé la seguridad y certeza que yo no le doy?... creo que sería mejor irme con él a Londres y buscar trabajo allá, después de todo la música es un arte más respetado en Europa que aquí en América Latina… pero si no encuentro trabajo voy a ser un lastre para él y su futuro, las cosas no están para que yo sea una mantenida.

Desde que conocí a Mike hace dos años creí que sólo sería un buen rato, siendo él extranjero creí que esto sería pasajero pero no lo fue y es hoy que no sé lo que quiero hacer, quiero estar con él pero no quiero dejar mi trabajo y mi hogar. Ha pasado más de media hora de la hora fijada, quizá sí va a dejarme aquí plantada como total idiota; la gente que pasa corriendo para guarecerse de la lluvia me mira como si estuviera loca por estar aquí sentada esperándolo. Tengo mucho frío, creo que debería irme a casa ya, pero y si viene y no estoy, ¿sería capaz de pensar que mi respuesta es lárgate y no quiero saber de ti? Tampoco es bueno quedarme aquí esperando pescar un excelente resfriado, de esos que no se olvidan, ¿qué haré?

-¿Qué estás haciendo Ana?- me pregunta Mike llegando, está cubriéndose con una sombrilla, vuelvo mi mirada hacia él y sonrío ligeramente, de verdad estoy congelándome.

-Esperándote, qué bueno que llegaste.

-¿No recibiste mi mensaje?

-¿Cuál?

-Que tardaría más en el trabajo porque tuve una reunión de último minuto. Fui a buscarte a tu casa y como no estabas asumí que no lo habías recibido- su voz me tranquiliza, aunque ahora que lo pienso de nuevo no sé qué voy a decirle con respecto a irme con él a Londres…

-Cierto, no lo recibí. Mi teléfono celular se quedó sin batería hace un par de horas –respondo tratando de evitar pensar en el tema.

-Vamos a tu casa para que puedas quitarte toda esa ropa empapada y darte un buen baño. Sería horrible que te enfermaras ahora que tienes que viajar a Colombia para un concierto de tu orquesta.

-Cierto, se me olvidaba eso.

-¿Se te olvidó? ¡No puedo creerlo!, siempre estás recordándome de todos los eventos que la orquesta tiene y siempre luces muy entusiasmada al respecto, ¿estás enferma Ana? – pregunta visiblemente preocupado, quisiera decirle que lo único que ha ocupado mi cabeza estos días ha sido el tomar la decisión de irme con él o quedarme, aunque ahora que lo analizo con cuidado, ni siquiera me ha sugerido el irme con él a Londres… ¿será que no quiere que vaya con él?, ¿Querrá terminar conmigo para poder hacer su vida allá en Londres?

-Me duele la cabeza, tengo mucho frío.- me limito a responder abrazándome a su brazo izquierdo como tantas veces he hecho en estos dos años que llevamos juntos.

Llegamos a mi apartamento, desde que me quejé de dolor de cabeza no emitió palabra alguna, ¿acaso se imagina lo que estoy pensando? No lo creo, siempre anda preguntándome qué estoy pensando, o qué quiero hacer, podría asegurar que no tien idea de lo mucho que me cuesta tomar decisiones.

-Ana, quítate toda esa ropa mojada, date un baño caliente mientras te preparo un té. No quiero que te enfermes.

-No me tardo.- respondo mientras camino lentamente a mi alcoba para sacar mi ropa de el clóset para entrar al baño y darme un duchazo rápido.

Quisiera estar segura de lo que quiero hacer esta vez, pero ni siquiera él a sugerido que quiere que le acompañe a Londres, tal vez está esperando que sea yo quien saque el tema pero si lo hago evidenciaría que no sé qué quiero hacer. Supongo que lo mejor sería esperar que él saque el tema a colación y evitarme la pena de quedar como una total idiota por sacarlo y no saber qué hacer o decir al respecto. Al salir de mi recámara le veo sentado mirando las fotografías que tengo sobre una de las mesas en mi sala de estar, en la mesita de centro veo la taza humeante con el té que él me preparó para que pudiera entrar en calor después de la mojada que me puse esperándolo en aquel parque en el que siempre solemos quedar de vernos.

-Ana, ¿estás mejor?- me pregunta con preocupación.

-Sí, me siento mejor, gracias por hacer el té Mike.- respondo al tiempo que levanto la taza de la mesa para acercarla a mi rostro, huele bien, el té de limón con crema, justo al estilo inglés…

-Le puse muy poco whisky Ana, sé que no te gusta tanto.

-Gracias, sabe bien.- dijo tras dar un par de pequeños sorbos al caliente líquido.

-Sé que no quieres hablar del tema Ana pero, sabes que en un mes tengo que estar en Londres para comenzar con la especialidad; he pensado seriamente en qué voy a decirte porque sabes que te amo pero yo sé lo mucho que te importa estar en la orquesta sinfónica y no sería capaz de pedirte que abandones tu sueño por venir a verme concretar el mío.

-Mike…

-No, por favor déjame terminar. Sólo son dos años en los que tengo que estar allá estudiando, y tengo tiempos libres en los que puedo venir a verte; como la Navidad o parte del verano, pero quiero saber si quieres que regrese para verte o prefieres que terminemos nuestra relación aquí y si cuando termine de estudiar queremos estar juntos lo estemos. Sé que quiero estar contigo, eso lo sé, pero no quiero obligarte a sacrificar tus sueños por mi egoísmo de querer que estés conmigo.

-Mike quiero estar contigo, pero no sé si quiero irme a Londres, seré sincera contigo, por eso estaba bajo la lluvia, porque por más que pensaba en qué debería hacer con respecto a esto no lograba dar con la decisión. Me cuesta mucho tomar una decisión y muchas veces me siento insegura una vez que la tomo; si decides que es mejor irte y que nos veamos en vacaciones quiero hacerlo porque te adoro eso lo sé ahora, pero no quiero que sientas que frustras mis sueños porque yo odiaría sentir que rompo o arruino los tuyos.

-Jamás arruinarías mis sueños Ana, eres muy importante para mí. Supongo que tenemos este mes para decidir juntos lo que haremos, porque no es una decisión fácil, lo que me importa es saber que quieres que estemos juntos así que podré irme tranquilo a Londres sabiendo que estarás bien y que nos veremos pronto. Así como si decides que vendrás conmigo me harías el hombre más feliz.

-Pero…

-Con calma, no quiero presionarte, ahora debes estar cansada, creo que debes dormir. Vendré mañana para ver cómo amaneces, espero que no resfriada. Te amo.

Besó mi frente y salió de mi apartamento sin decir una sola palabra más; parece que no soy la única indecisa aquí. Al menos sé que sabe que amo mi trabajo lo mismo que lo amo a él, lo que sea que decidamos será lo mejor para los dos, al menos espero no nos tome tanto tiempo decidir juntos.

No hay comentarios.: