18 sept 2010

Confusión...

I
Confusión…



‘Hotsuma, te gusta Yuki, ¿no es así?’ Esa sola pregunta resonó en su cabeza constantemente, pese a su reacción ante él, internamente estaba dándole muchas vueltas al asunto, incluso con la respuesta de Shusei: ‘yo también tengo sentimientos hacia Yuki’ no podía dejar de pensar en su conversación… esa maldita cicatriz que le había causado había abierto entre ellos una brecha que había herido profundamente a su único compañero, su mejor amigo y la persona por la que más se preocupaba: Shusei.

Hotsuma no podía darse el lujo de seguir lastimándolo con el asunto de su pasado, y la herida que le había provocado cuando le devolvió, literalmente, a la vida. ‘Tu voz de Dios me hizo despertar’, recordó la voz de Shusei diciéndolo e internamente se sentía tranquilo, después de todo, el poder con que había nacido y al que había maldecido tantas veces le había devuelto a su “par”.

– ¡Esto es estúpido! –se quejó levantándose de ese sillón en el que había permanecido sumido en sus cavilaciones por más de una hora, cosa rara en él ya que no estaba jugando billar o parrandeando.

– ¿Hotsuma? –preguntó Tsukumo entrando en la sala y mirándolo con extrañeza.

– ¿Qué quieres? –preguntó caminando hacia las escaleras para irse a su alcoba y tratar de evitar seguir dándole vueltas al mismo asunto.

– ¿Estás bien?

– ¡Por supuesto! ¿Qué, no lo parezco? –respondió el rubio mirándolo de reojo, sin volverse hacia él por completo.

–Es que es raro verte solo y en silencio.

– ¡Voy a descansar! –exclamó bufando, sabía que Tsukumo tenía razón pero no le daría el privilegio de admitirlo.

Subió las escaleras sin detenerse ante la atónita mirada de Tsukumo, Toko se acercó a su hermano quien lucía extraño y se detuvo a ver a Hotsuma caminar con rapidez hasta perderse dentro del pasillo de la planta alta.

– ¿Pasó algo? –preguntó la joven con curiosidad.

–No, es sólo que Hotsuma estaba muy pensativo en la sala, de pronto se levantó del sillón diciendo que algo es estúpido –explicó Tsukumo abriendo un paquete de galletas que tenía en sus manos – ¿quieres?

–No, voy a ir a descansar hasta la cena, vaya que a Hotsuma sí le gusta llamar la atención –dijo finalmente la chica caminando hasta las escaleras mientras su hermano caminaba detrás de ella comiendo las galletas que había sacado de la cocina antes de ver a Hotsuma tan “tranquilo”.


Entró a su habitación azotando la puerta detrás de sí, no estaba molesto con Tsukumo, estaba molesto por no terminar de entender lo que estaba sintiendo; y además, perdiendo tiempo que bien podría aprovechar en salir o jugar billar.

– ¿Todo bien Hotsuma? –preguntó Shusei entrando a la habitación, de pronto todo volvió a ser dudas, era como si su cabeza volviera a atacarlo con el que Shusei quería a Yuki, y que por pensar que él amaba a Yuki ya no era necesario.

–Sí, sí, voy a jugar billar. –dijo levantándose de pronto y caminando con rapidez hacia la puerta, si había alguien a quien no podía ocultarle absolutamente nada era a Shusei, él podía adivinar casi todo en él y sería horrible que supiera toda la clase de ideas que estaban llenando su cabeza, precisamente, en torno a su persona…

– ¿Quieres que vaya contigo? –preguntó Shusei confundido por la abrupta actitud de su compañero.

–No, no, tienes deberes que hacer. Luego andas culpándome por no terminar lo que debes hacer.

–De acuerdo. –respondió confundido Shusei mirándolo desaparecer a través de la puerta de la habitación que compartían ambos Zweilt.

Pasó casi toda la noche jugando billar solo. Cualquiera diría que eso era lo que Hotsuma estaba haciendo, pero en realidad seguía analizando y dándole vueltas al mismo asunto en su cabeza, le había afectado demasiado que Shusei quisiera morir por sentirse fuera de su vida, o que ya no era necesario para él… la realidad era otra, Hotsuma no se concebía a sí mismo sin Shusei, le necesitaba, le amaba profundamente pero era totalmente incapaz de decírselo así como así; nunca había sido muy bueno con las palabras, a diferencia de Shusei que siempre tenía algo que decir en determinados momentos y cuando no sí sabía quedarse callado, no era explosivo e imprudente como él.


Entró  a la habitación procurando no hacer ruído para despertar a Shusei, se sentó sobre su cama y desde ahí le contempló dormir sin poder pensar en otra cosa que no fueran todos aquellos momentos junto a él.

– ¿Apenas llegas Hotsuma? –preguntó Shusei abriendo ligeramente los ojos.

–Lamento haberte despertado. –respondió apenado el rubio Zweilt recostándose en su cama para tratar de dormir.

– ¿Te sientes bien Hotsuma? Has estado actuando extraño. –dijo Shusei incorporándose, estaba preocupado por la extraña actitud de Hotsuma, sobre todo porque ahora estaba siendo incapaz de entenderla como siempre podía hacer.

–Sí, sí. Buenas noches Shusei. Descansa, mañana hay escuela, escuela. –dijo cubriéndose con las cobijas y dándole la espalda a Shusei para evitar una conversación que, según él, podría terminar muy mal.
–De hecho, en unas horas Hotsuma.

–Como sea, da igual, buenas madrugadas, entonces. –bufó cerrando sus ojos para forzarse a dormir.

Shusei permaneció congelado mirándolo; estaba actuando muy raro. Creyó que después de aquella charla las cosas volverían sencillamente a la normalidad, pero estaba resultando muy raro que Hotsuma lo evitara de tajo así como así.


Por la mañana el ajetreo regular logró despertarlo, abrió sus ojos y se levantó pesadamente, estaba muy cansado y en realidad no había hecho gran cosa. Volvió su mirada a la cama de Shusei, incluso ya estaba tendida, ¿acaso se había ido dejándolo atrás de nuevo?

Se levantó y corrió al baño para asearse, tenía que alistarse pronto e ir al comedor, quizás Shusei estaría ahí y podrían irse como siempre juntos a la escuela, de pronto se congeló, y repasó cuidadosamente sus ideas: ‘ir como siempre a la escuela con Shusei’, miró su reflejo en el espejo y un extraño rubor invadió sus mejillas desatando una alarma en su interior.

– ¡No es posible! –exclamó harto de repasar esas ideas una y otra vez sin saber qué hacer con ellas.

– ¿Hotsu? –preguntó Tachibana desde el exterior, debía estar pendiente de todo lo que sucediera en la Mansión Crepúsculo, y la actitud extraña de Hotsuma había sido el plato principal “pre” desayuno.

– ¿Qué quieres?

– ¿Todo bien?

– ¿A qué te refieres con eso? ¡Por supuesto que todo está bien, bajo enseguida! –respondió finalmente, estaba muy incómodo.


Tachibana entró al comedor donde todos esperaban que Hotsuma llegara para desayunar, Tsukumo comía pequeños trozos de pan mientras Yuki observaba todo extrañado, que Hotsuma estuviera irritable no era novedad, pero que estuviera distraído a tal extremo sí que lo era.

–Desayunen, Hotsu bajará pronto. –dijo finalmente Tachibana sentándose.

– ¡Perfecto! Ya tenía hambre. – se quejó Toko comenzando a comer mientras Tsukumo y Yuki la observaban curiosos y comenzaban a desayunar también.

Shusei comenzó a comer despacio, estaba repasando los comentarios que Tsukumo había hecho sobre el comportamiento de Hotsuma y analizó con cuidado el comportamiento de su compañero para con él. De pronto Hotsuma entró al comedor logrando un silencio sepulcral, cosa que logró ponerlo aún más incómodo e irritable.

– ¿Qué? –cuestionó molesto.

–No mucho Hotsuma, ¿jugaste bien anoche? –inquirió Toko ante la mirada de sorpresa de Yuki y la risa ahogada de Tachibana.

–Lo de siempre…

–Pero te divertiste, ¿no es cierto?

– ¿A qué viene esta estúpida conversación? –  reclamó Hotsuma mirando fijamente a Toko.

–Es que bajaste más tarde de lo usual, estás más raro e irritable que de costumbre… ¡ah sí!, y te quejas de cosas de forma extraña.

– ¿Te encuentras bien Hotsuma-kun? –preguntó finalmente Yuki preocupado.

–Sí, sí. Tengo hambre, eso es todo. –respondió introduciendo un trozo de pan en su boca para evitar decir algo, que podía llegar a ser estúpido.

Comió con rapidez y al terminar salió del comedor sin emitir una palabra más. Todos le miraron extrañados, el comportamiento de Hotsuma estaba rebasando los parámetros que todos tenían de él.

– ¿Estás listo Shusei? –preguntó Hotsuma desde la puerta principal.

– ¿Quieres que vayamos todos juntos Shusei? –preguntó Toko de forma juguetona.

–No, ya veré qué es lo que se trae. –Respondió Shusei con ligera sonrisa –nos vemos allá.


Salió detrás de Hotsuma sin decir una sola palabra, al menos estaba yendo con él a la escuela como siempre, la diferencia era que no estaba charlando con él, o jugándole una mala pasada.

– ¿De verdad estás bien Hotsuma? –preguntó finalmente deteniendo su paso.

– ¿Por qué me preguntas eso? –cuestionó incómodo sin dirigir su mirada a Shusei.

–Estás actuando muy extraño, todos lo han notado; pero no hablas conmigo, ¿hice algo que te molestara?

– ¡Por supuesto que no! –respondió volviéndose hacia él y mirándolo a los ojos para después desviar su mirada hacia el suelo.

– ¿Por qué me evitas Hotsuma?

–No lo entenderías, olvídalo, ya se me pasará. Vas a llegar tarde y eres el presidente del Comité Moral de la escuela, debes vigilar que todos lleguen a tiempo y con uniforme limpio. –finalizó volviendo su camino sin volver a detenerse.


Shusei caminó detrás de él sin volver a emitir una sola palabra, definitivamente no entendía lo que estaba pasando por la cabeza de Hotsuma, pero no podía evitar pensar que tenía que ver con que las cosas con Yuki se habían calmado, quizás demasiado.

– ¡Hotsuma-kun! –exclamó Yuki alcanzándolo en la entrada del edificio.

–Vamos a los casilleros, hay que estar a tiempo en clase. –dijo sin profundizar en nada.

– ¿Está todo bien? –Preguntó preocupado –has estado muy raro, ¿discutiste con  Shusei-kun?

–No exactamente. Es complicado, ni yo mismo entiendo qué pasa conmigo Yuki. –respondió Hotsuma azotando la puerta de su casillero. Yuki le miró confundido, normalmente Hotsuma no era de pensar mucho las cosas o de ser prudente.

–No quieres hablar de ello.

–Ahora no; y créeme, este no es el mejor lugar para hablar de este tema en particular. –respondió Hotsuma con ligera sonrisa.


Ambos caminaron hacia su aula mientras Shusei les miraba de lejos, parecía que con Yuki estaba más tranquilo, ¿acaso de verdad el extraño comportamiento de Hotsuma tenía que ver con la cercanía de Yuki?

– ¿Estás bien Shusei? –preguntó Tsukumo alcanzándolo.

–Creo que sí. No me hagas mucho caso, pero creo saber el por qué del comportamiento de Hotsuma.

– ¿De verdad? –preguntó Toko curiosa.

–Creo que tiene que ver con Yuki.

– ¿Yuki? ¡No lo creo! Es Hotsuma, digo; sabemos perfectamente lo que Yuki representa para nosotros Zweilt, pero de eso a que Yuki le ponga así ya es mucho, incluso para él. –respondió Tsukumo repasando las sospechas de Shusei.

–Si es cierto eso ya lo iremos viendo, como sea, no creo que debamos preocuparnos. Pero Shusei, ¿por qué piensas que Yuki tiene que ver en ello? –cuestionó Toko mirándolo.

–Con ninguno de nosotros ha hablado últimamente en realidad, y sé cómo se escucha eso. Hace un momento parecía que estaba charlando sinceramente con Yuki al respecto, asumo…

–Ya veo. –respondió Toko mirándolo con preocupación.

–Quizás eso tiene que ver con que confiamos en Yuki, ¿no crees? –dijo finalmente Tsukumo alejándose de ellos para ir a su salón de clase dejando a Shusei y Toko reflexionando lo dicho por Tsukumo.

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