25 dic 2009

Complicando las cosas…

Por la mañana Michiru y Camus salieron de la casa dejando solas a Kazahaya y Setsuna desayunando en silencio, la chiquilla estaba curiosa ¿Qué lugar misterioso quería Michiru que Camus conociera?... ¡Ya lo averiguaría después!

— ¿Qué vamos a hacer hoy Setsuna—san?— preguntó la jovencita.

—Iremos por una de nuestras más jóvenes compañeras, Sailor Chibi Moon— respondió Setsuna levantándose de su asiento para llevar los trastos al fregadero y comenzar a lavarlos.

— ¿Sailor Chibi Moon?— preguntó desconcertada la rubia futura guerrera de Urano.

—Así es, te explicaré luego por ahora prepárate que iremos a su casa para traerla aquí t explicarle toda la situación actual— pidió Setsuna ante el entusiasta salto de la chica que asintió alegre y corrió a la alcoba que le había sido designada para descansar.

Setsuna, tras terminar de lavar los platos, caminó en silencio hasta su alcoba para arreglarse y poder ir a casa de la familia Tsukino por la pequeña dama y así, explicarle todo lo que estaba ocurriendo, tendría que explicarle lo sucedido en la última batalla, la muerte de Haruka, la alianza con Athena y sus guerreros y todas las consecuencias que esto había traído consigo.

Salieron ambas en busca de Rini, lo mejor era apresurarse ya que eran demasiadas preguntas las que había que responder y entre más tiempo tuviesen para aclararlas mejor sería.

Michiru llevó a Camus hasta un viejo hemiciclo en un jardín, aquel anfiteatro en el que la joven solía tocar su violín en las tardes y algunas noches de angustia, el guerrero se sentó con calma en uno de los asientos frente al lugar para mirarla interpretar alguna melodía con su violín, sabía que era un lugar importante para Michiru, en el rostro de la joven lucía una hermosa sonrisa de estar de nuevo ahí tocando el violín para un ser amado.

La contempló mientras ella interpretaba algunas piezas, algunas personas se detuvieron curiosas a escucharla tocar el violín, sin duda debía estar muy enamorada, decían algunos que ya la había escuchado antes, sobre todo tras ver al joven sentado frente a ella que la miraba profundamente enamorado también.

— ¿Te gustó?— preguntó con un entusiasmo no antes visto en Michiru.

—Por supuesto que sí— respondió Camus tomándola de la mano –Caminemos un poco— sugirió el guerrero recibiendo por respuesta una sonrisa de la joven guerrera que le miraba feliz, tenían que aprovechar al máximo esos momentos antes de comenzar aquella nueva batalla que, sin duda, sería mortal y muy complicada. Caminaron por la ciudad por un par de horas hasta detenerse a comer cerca de la playa, parecían relajados y felices, como si el mismo infierno de la batalla hubiera desaparecido de sus vidas para siempre.

En casa Setsuna explicó a Rini todo lo que había sucedido desde su partida al futuro, la batalla con Galaxia, con Afrodita y la alianza con Athena, la muerte de Haruka en batalla, los noviazgos de algunas con guerreros atenienses, y la batalla que se avecinaba contra Helios.

— ¿Todo eso sucedió mientras yo estaba en casa?— preguntó Rini asombrada — ¡Sí que han sido muchas cosas!

—Así es pequeña dama, como verás Kazahaya es la nueva Sailor Uranus, ella es prima menor de Haruka y es quien tiene el destino de suceder a Uranus— explicó Setsuna ante el asombro de la pequeña.

—Mucho gusto— respondió sonriente Kazahaya mientras Rini la observaba cuidadosamente y terminó sonriéndole.

—También me da gusto conocerte Kazahaya, bienvenida al grupo de las Sailor Scouts— dijo sonriente la pequeña pelirosa.

— ¿Cuándo nos vamos a Grecia?— preguntó Kazahaya mirando la reacción de Setsuna quien sólo las miró con ligera sonrisa y esa actitud calma que siempre la caracterizaba.

—Mañana, Michiru consiguió los boletos para mañana—

—¡Genial!— exclamó Rino siendo secundada por Kazahaya mientras Setsuna sólo las observaba con ligera sonrisa, sabía que el entusiasmo de ambas sería un posible detonante de problemas en el santuario de Athena, pero no tenían otra opción, si querían ganar la batalla lo mejor era que estuvieran todas en la lucha.

Las chiquillas conversaron de sus vidas, sus gustos, sus amigos y esperanzas, sus sueños y anhelos mientras reían a carcajadas o comentaban secretos sobre todo lo contado por Setsuna minutos atrás, parecía que ya habían logrado identificarse bastante bien. Cerca de un par de horas después Michiru y Camus regresaron a la casa siendo recibidos por las dos chicas que les miraban con amplias sonrisas mientras Setsuna observaba todo desde la puerta de su habitación sin decir una sola palabra.

— ¡Michiru!— exclamó Rini al verla y corrió a abrazarla –Tú debes ser Camus— inquirió mirando al guerrero que la observaba inexpresivo.

—Sí, tú debes ser la pequeña Rini, futura hija de Selene ¿me equivoco?— respondió con tranquilidad el caballero dorado.

—No te equivocas, me da gusto conocerte…— dijo volviendo su mirada a Michiru con sospechosa sonrisa –Sí que tienes buen gusto Michiru-san— rió Rini en voz baja logrando que Michiru sonriera desviando su mirada hacia Kazahaya que sólo sonreía curiosa de todo.

—Lo mejor será que vayan a dormir, mañana será un día pesado, el viaje es cansado y si quieren llegar frescas a Atenas el descanso es lo ideal— sugirió Michiru animándolas a ir a dormir.

Ambas chiquillas sonrieron y asintieron con la cabeza corriendo, entre carcajadas, hacia la habitación que habían destinado para Kazahaya, dormirían juntas para poder seguir charlando y ahora que conocían a Camus poder comentar todas sus impresiones alrededor del galante caballero dorado con el que Michiru se había emparejado.

La noche transcurrió con tranquilidad, al principio alcanzaban a escucharse las risas de las dos más jóvenes hasta que todo quedase en absoluta calma, por la mañana se alistaron lo más rápido que pudieron y salieron de prisa con rumbo al aeropuerto para tomar el vuelo a Atenas, Camus sólo observaba a las jovencitas con curiosidad, especulaba en su interior sobre todos los problemas que se suscitarían por la forma de ser de Kazahaya y la curiosidad propia de Rini.

El viaje transcurrió en absoluta calma, ambas jovencitas platicaron durante algunas horas hasta caer rendidas y dormir la mayor parte del trayecto, una vez que llegaron a Atenas, Saga y Mina les esperaban en la zona de llegadas, tras ver a la rubia guerrera Rini corrió a abrazarla con entusiasmo…

— ¡MINA!— exclamó Rini sin soltar a la guerrera mientras Saga sólo observaba sin decir una sola palabra.

—Bienvenidos— dijo Mina con amplia sonrisa –Tú debes ser Kazahaya.

—Sí— respondió la jovencita con amplia sonrisa — ¿Y tú?

—Soy Mina Aino, una de tus compañeras, bienvenida al grupo— dijo la rubia chica mientras Rini se soltaba de Mina para caminar a su lado y platicarle todo lo que Setsuna le había dicho.

— ¿Entonces él es Saga, tu novio?— preguntó curiosa.

—Sí— respondió la joven guerrera tomando la mano del geminiano quien sólo correspondió al gesto apretando su mano y sonriéndole –Ella es Rini, hija de Serena y Darien—

—Un gusto conocerte Rini— respondió Saga amablemente.

—Igualmente Saga— Rini volvió su mirada hacia Kazahaya quien miraba todo con entusiasmo y curiosidad.

Juntos caminaron hasta donde la camioneta de Saori les aguardaba para llevarlos de nuevo al santuario de Athena, donde ya aguardaba Serena con impaciencia para ver a Rini, y sobre todo conocer a la nueva Sailor Uranus. Una vez en el templo principal Saori y Serena recibieron a los recién llegados con alegría, Kazahaya admiraba todo a su alrededor, aún sin dar crédito a todo lo que sus ojos veían, su expresión de asombro causaba la ternura de ambas diosas que sólo podían sonreír con amabilidad mientras el resto de los guerreros permanecían expectantes ante la información que se les pudiese brindar al respecto de las dos nuevas guerreras llegadas, ¿acaso se avecinaba algún riesgo de combate?

Deathmask miraba con desesperación a ambas jovencitas, de por sí ya se sentía invadido como para además ya tener a tres chiquillas rondando por el santuario, y además chiquillas que parecían ser todo lo que el guerrero de Cáncer más aborrecía: niñas curiosas, metiches y además mimadas.

— ¿Entonces tú eres Kazahaya?— preguntó curiosa Serena a la jovencita rubia que le miraba expectante.

—Sí, soy una de las primas de Haruka— respondió sonriente Kazahaya.

—Y no cabe duda, cómo se le extraña a Haruka— bufó Deathmask con fastidio, Saga le miró con dureza, el comentario había estado de más sin dudas.

—Mi prima solía ser bastante firme cuando se proponía las cosas, pero también tenía muy mal carácter— respondió Kazahaya mirando fijamente al guerrero ateniense que sólo pudo mirarla enmudecido, sí que había demostrado coraje e inteligencia al responder a su obvia agresión verbal.

—Bueno, bueno— apresuró Saori a cambiar el tema –supongo ya sabes cómo realizar tu transformación en Sailor Uranus ¿cierto?—

—Algo así, no lo he hecho, pero Michiru ya me explicó cómo hacerlo— respondió nuevamente sonriente –Pero puedo intentarlo aquí si desean.

Ambas diosas sonrieron y asintieron sin emitir palabra alguna, Kazahaya tomó entre sus manos la pluma de transformación de Urano y la miró durante un par de segundos concentrándose en las palabras que Michiru le había dicho que invocara para poder transformarse.

— ¡Por el poder del Planeta Urano, transformación!— exclamó la joven levantando el artefacto hacia el cielo.

Ante los ojos de todos los guerreros y las diosas, Kazahaya se transformó por primera vez en Sailor Uranus, lucía muy similar a Haruka a los ojos de todos, la enorme diferencia era que la desaparecida guerrera no sonreía con regularidad.

—Perfecto…— musitó Darien ante el asombro de Serena que permaneció inmóvil imaginándose el por qué de las palabras de su querido Darien, sin lugar a dudas también se encontraba preocupado por la batalla que se les avecinaba…

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