25 dic 2009

¡Descubiertos!

En la mansión Kido, Milo y Aioria platicaban amenamente en el jardín mientras Deathmask discutía, como tantas veces, con Aphrodite quien cuidaba las rosas del jardín de Saori y las chicas sólo los observaban entre risas discretas…

-¿Crees que deba decírselo?- preguntó Aioria a Milo quien discretamente observaba a Rei.

-Sí, deberías animarte, quizás yo lo haga esta noche o en un par de horas- dijo animado el escorpión dirigiendo su mirada a Amy quien no despegaba su vista de una revista mientras sus amigas se reían de Deathmask.

-¿Entonces tú también le dirás a Amy que estás interesado en ella?- preguntó Aioria sorprendido.

-Sí, aunque Camus me dijo ayer que esa chica no es precisamente mi tipo, yo creo que eso es lo que más me llama la atención- rió ligeramente apenado.

-Es cuestión de gustos, ya ves, el frío Camus no deja de preguntar cada rato por Michiru- rió Aioria.

-Jamás lo había visto tan interesado en una chica que además está enamorada de su amiga- rió Milo recordando la confesión de Camus.

-¿Así que, sí era cierto?- preguntó incrédulo el león dorado.

-Sí, pero no digas nada tú, sino Camus me mata- rió Milo –Pero creo que ese par de chicas están distanciadas ¿no te da a ti esa impresión?-

-Sí, pero uno nunca sabe- respondió Aioria mirando nuevamente a Rei platicar y reír con sus amigas.

-Y ustedes dos qué tanto comentan que yo sólo escucho sus carcajadas- dijo Saga sentándose con ellos.

-Estábamos charlando de Rei, Michiru y Amy, pero ya que viniste creo que también podríamos hablar de Mina- rió Milo burlándose.

-Como sea- dijo tratando de desviar las conversación el geminiano -¿Cómo sigues Aioria?-

-Ya estoy bien, sólo necesitaba dormir- respondió con amplia sonrisa el guerrero ateniense -¿Cómo van las cosas con Mina? Deathmask me dijo que en batalla pelearon-

-No, sencillamente ellas tienen otros métodos, ya lo conversamos ni ella ni yo estamos enojados, además tú estás bien que era lo que nos preocupaba a todos- explicó Saga mirando hacia Mina.

La chica sintió la mirada del geminiano y enseguida volvió su mirada hacia el caballero dorado y le sonrió ligeramente sonrojada, gesto que arrancó una sonrisa a Saga y una mirada burlona a Milo.

-Jamás te había visto así Saga- rió Milo.

-Lo sé, yo tampoco había conocido a alguien como esta chica- dijo mirando al escorpión quien enseguida quedó congelado por la sinceridad del geminiano.

Dentro de la casa, Amy continuaba leyendo la revista mientras Mina se sentaba a su lado ya aburrida de burlarse de Deathmask, y observaba a Darien conversar animadamente  con Serena para mantenerla distraída de la preocupación que la aquejaba; Saori conversaba tranquilamente con Seiya y Shun mientras Shiryu leía un libro en chino sobre historia y Hyoga de reojo miraba constantemente a su amiga Amy, cosa que por supuesto no pasaría desapercibida por la intuitiva Mina.

-Amy- musitó Mina captando la atención de su seria amiga –Hyoga te mira mucho-

Amy volvió su mirada a la revista y mirando de reojo se dio cuenta de aquello sonrojándose ligeramente asintiendo con la cabeza.

-¿Qué crees que sea?- preguntó curiosa la rubia chica.

-¡Ay Mina!- se quejó mirando a su amiga intentando no llamar la atención.

La rubia chica sonrió a su amiga en señal de entendimiento de su actitud, Amy era demasiado tímida como para comentar abiertamente y de forma indiscreta sus emociones u opiniones sobre chicos, sobre todo si los implicados se hallaban cerca.

En la misión de vigilancia, Haruka observaba cuidadosamente todo lo que sucedía dentro del penthouse, al menos desde la perspectiva que tenía mientras Shaka evaluaba todo el audio que el mini comunicador que Neptune había colocado en una ventana le transmitía. Neptune y Pluto se encontraban entre las columnas del penthouse tratando de averiguar todo lo que podían intentando no ser descubiertas.

Dentro del penthouse Eros furioso se quejaba por la derrota más reciente contra aquellos guerreros, sin duda alguna sus fuerzas estaban agotándose y no les quedaría más que enfrentarse por ellos mismos a los guerreros de Athena y de Selene.

-¡Maldita sea!- exclamó el general dando un fuerte puñetazo contra una de las paredes.

-Señor Eros, debe calmarse- le insistía uno de los cupidos que quedaban aún ahí.

-¿Calmarme? ¡Debes estar jugando!- gritó furioso –Esos malditos guerreros están cada vez más cerca de hallarnos y aún no hemos encontrado es espejo dorado ¿Quieres que me calme?-

-Así no solucionará nada, debemos ir directamente contra esos guerreros y dejarlos lo más débiles posible para que tengamos más tiempo- insistió el cupido.

-No tenemos tiempo para eso, nuestra diosa puede verse perdida por aquella luz dorada que a veces la envuelve y después llena todo de oscuridad- explicó Eros desesperado.

-¿Luz dorada que llena después todo de oscuridad?- preguntó Neptune a Pluto discretamente.

-Hay que averiguar, esperemos no sea el Caos…-

-Iré a vigilar el salón donde se encuentra Afrodita todo el tiempo- dijo Neptune caminando sigilosamente hasta uno de los ventanales que daban al interior del salón del trono de Afrodita.

Akiko se encontraba frente al pequeño espejo oval que pendía de la pared, en el reflejo no se veía la cara de Akiko sólo podía apreciarse una extraña mancha oscura que parecía crecer y disminuir de tamaño conforme emitía sonidos que difícilmente podía interpretar la joven guerrera.

-Demonios…- musitaba intentando escuchar lo que sucedía dentro del salón hasta lograr oír algo…

-Debes encontrar ese espejo Akiko, el enemigo puede obtenerlo y usarlo en nuestra contra, yo te ayudaré a tener el control de este miserable planeta si me das ese espejo…-

-Así será… mis guerreros están en eso Caos, así que sólo ten paciencia…- pidió la joven reencarnación de Afrodita.

‘Así que sí es el Caos…’

Pensó Neptune alejándose lentamente del ventanal para poder comunicarse con sus compañeros y transmitir la alerta cuando al volver su mirada descubrió que uno de los cupidos tenía sujeta a Pluto.
-¡Suéltala!- exclamó Neptune.

-Mejor ríndete guerrera- intervino Eros detrás de Neptune.

-Maldición…- musitó la joven al notar su presencia.

Neptune encendió su transmisor y comenzó a dar la alerta ante los ojos de Eros quien intentó detenerla mientras ella evadía uno a uno sus constantes ataques y persecuciones, en la mansión Hotaru escuchaba atenta junto con los demás toda la transmisión hasta que de pronto se escuchó un fuerte grito de Pluto…

-¿Vas a detenerte o la mataremos?- dijo finalmente enfurecido Eros.

-Huye Neptune…- pidió Pluto semiconsciente.

-Haz lo que quieras Eros- dijo Neptune aparentemente indiferente –Después de todo, mis compañeros ya están enterados de lo que está pasando aquí con el Caos y tu diosa-

De pronto un cupido atacó a traición logrando derribar a Neptune del borde de la terraza logrando que la guerrera cayera estrepitosamente desde el décimo tercer piso…

-¡Neptune!- gritó Pluto tratando de zafarse del agarre del cupido más grande.

Eros lanzó uno de sus poderes para atrapar a la inconsciente guerrera que caía a gran velocidad hasta  lograr retenerla y subirla a donde se hallaban. En el edificio de enfrente Haruka y Shaka atestiguaban todo lo ocurrido sin poder hacer nada por instrucciones de Saori y Serena que pedían que ellos no se movieran de ahí.

-Regresen a la mansión- pidió Saori a Shaka.

-Pero Neptune y Pluto… ¿Qué pasará con ellas?- preguntó el caballero dorado notando la angustia de Haruka.

-Las ayudaremos pero necesitamos reunirnos pronto- respondió la diosa a través del comunicador.

Shaka y Haruka regresaron rápidamente a la mansión para que juntos planearan la estrategia que les permitiera salvar a sus amigas y además vencer de una buena vez a Afrodita y al Caos.

-Es imposible…- musitó Rei angustiada –el Caos de nuevo…-

La mirada de las guerreras de la Luna estaba llena de angustia y tristeza, sabían que teniendo unidos al Caos y a una reencarnación les sería prácticamente imposible vencer en la batalla, menos aún teniendo a dos de sus más poderosas compañeras como rehenes del enemigo.

-Debemos tener paciencia- dijo finalmente Mina retomando su compostura –podremos lograrlo, unidos lo haremos-

Los guerreros de Athena miraron la determinación de las guerreras ante la actitud de su líder, aunque Lita aún lucía pesimista hacía el esfuerzo por animarse y concentrarse en lo que se veía venir…

-Estamos aquí- dijo Shaka ingresando detrás de Haruka.

-Debemos actuar rápido, el Caos está más fortalecido, y si absorbe la energía de los espejos de Pluto y Neptune lo estará por completo- explicó Haruka.

-¿Iremos directamente hacia allí?- preguntó Aioria desde la sala.

-Supongo, tampoco tenemos mucho tiempo- explicó Shaka –la energía que se percibe ahí es tremenda, si dejamos pasar más tempo será aún más fuerte y nos será imposible lograrlo, además primero debemos acabar con esos dos cupidos y con Eros-

-Que las diosas permanezcan aquí, pendientes de lo que ocurra entonces- intervino Saga.

-Eso no- interrumpió Serena –No voy a dejar a mis amigas solas, siempre hemos luchado codo a codo-

-Quizás esta vez sea prudente que permanezca aquí princesa- dijo Mina con amplia sonrisa –nosotras nos ocuparemos, y cuando sea necesario ustedes intervendrán-

-Pero…-

-Déjenos esto a nosotros princesa- pidió Haruka.

-Avanzaremos lo más que nos sea posible, una vez que sea enfrentarse a Afrodita ustedes intervendrán con ayuda de los que estemos ahí- pidió Saga con calma.

-De acuerdo- dijo Saori con tranquilidad.

-Preparémonos entonces- dijo Mina mirando a sus compañeras.

Las chicas se transformaron mientras los caballeros de Athena se colocaban sus respectivas armaduras para dirigirse directamente al edificio donde se hallaba la base enemiga.

En el trayecto Aioria y Milo se miraban continuamente, sabían que existía la posibilidad de no volver a ver a Amy y Rei, pero no habían tenido el tiempo de confesar nada, aunque guardaban la esperanza de poder hacerlo después de la lucha contra el Caos y la diosa Afrodita que estaban aliados para tener el control de la Tierra.

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