23 dic 2009

Hisoka…

Tsuzuki regresó al JuOhCho para dirigirse directamente a su casa y evitar rendirle cuentas a alguien, lo menos que quería era escuchar burlas o reclamos por haber acudido a la cita con Hijiri. Caminó hacia su casa sin mirar a nadie, estaba sumido en sus pensamientos, sabía que había lastimado al muchacho, pero también sabía que si cedía al deseo de Hijiri éste terminaría aún más herido, primero porque Tsuzuki ya no pertenecía la mundo de los vivos y en segundo lugar porque Tsuzuki estaba demasiado herido en sí mismo como para poder sobrellevar una relación sentimental con un humano vivo con todas las desventajas que esto de por sí traía…

-¿Tsuzuki?- preguntó una voz que le era demasiado familiar.

-Terazuma…- musitó entre dientes.

-¿Ya pusiste de buenas al niño?- preguntó en tono burlón –Porque con eso que eres un bueno para nada-

-Mejor ser un bueno para nada que un misógino que se transforma en monstruo al simple toque de una mujer- rió Tsuzuki con la mirada encendida.

-Eso dices tú- dijo irónicamente Hajime –pero de que el niño estaba de pésimo humor esta mañana por tu culpa no lo dudo nada-

-¿Hisoka?- preguntó el shinigami de ojos amatista volviendo en sí.

-¿Cuál otro niño?- preguntó Terazuma burlándose.

-¿De malas dices?- preguntó finalmente Tsuzuki cambiando por completo su actitud, situación que logró poner nervioso a Terazuma.

-¿Qué te pasa?- preguntó con ligera preocupación –Acaso ese maldito doctor otra vez…-

-¡No!- exclamó el mayor de los shinigami sacudiendo la cabeza en señal de negación.

-Tsuzuki…- musitó Terazuma –Ve a ver al niño, debe estar en su casa-

-Te veré luego Terazuma- dijo Tsuzuki corriendo hacia la casa de Hisoka con el corazón latiéndole a mil en la garganta.

Llegó hasta la casa de Hisoka y se detuvo ante la puerta pensativo, ¿Y si Muraki había logrado contactar a Hisoka?...

-¿Tsuzuki?- preguntó Hisoka viéndolo ante su puerta con expresión de terror en el rostro.

-Hisoka, ¿estás bien?- preguntó tomándolo de los hombros.

-Sí Tsuzuki, ¿por qué la pregunta?- respondió Hisoka mirándolo fijamente con su clásica expresión de fastidio.

-Terazuma me dijo que…- comenzaba a explicarse cuando Hisoka se separó de él para entrar a su casa sin cerrar la puerta.

-¿Vas a entrar?- preguntó el menor sentándose sobre un sillón –Decías que Terazuma te dijo ¿qué?-

-Que estabas molesto esta mañana, sugirió que tal vez Muraki…- dijo Tsuzuki apretando fuertemente sus puños y frunciendo el entrecejo.

-No he sabido nada de Muraki desde Kyoto- respondió Hisoka mirando a su compañero morderse el labio inferior con coraje -¿Cómo está Hijiri- dijo finalmente desviando su mirada hacia una ventana.

-Está bien- respondió Tsuzuki relajándose y mirando la extraña expresión de Hisoka, se sentó a su lado para charlar con él.

Al sentir a Tsuzuki cerca de él Hisoka se volvió hacia él con expresión de sorpresa. Temía preguntar lo que había sucedido entre ellos y con ello dejar ver su incomodidad y molestia al respecto, sobre todo porque no quería lastimar a Tsuzuki al molestarse por el hecho de que él y Hijiri tuvieran algo, aún contra las reglas del JuOhCho. Tsuzuki le sonrió ligeramente, lucía entre cansado y triste, no quería imaginarse nada pero no podía evitarlo, se sonrojó nada más pensarlo y volvió su mirada nuevamente hacia la ventana para evitar conversaciones que pudieran hacerle sentirse peor.

-Es bueno saber que está bien- respondió finalmente sin mirar a Tsuzuki quien bajó la mirada con tristeza.

-Me da gusto que estés bien Hisoka…- musitó Tsuzuki levantándose del sillón –No te molesto más, iré a casa a descansar-

Hisoka se volvió a mirarlo, había logrado percibir la profunda tristeza de Tsuzuki por su actitud, lo último que deseaba era ser él quien le causara dolor. Se levantó enseguida y se abrazó a su compañero con la mirada empañada y el corazón latiéndole a mil.

-Perdóname- susurró Hisoka sin soltarle.

-¿Hisoka?- preguntó el mayor desconcertado.

-Sé que te lastimé con mi actitud, pero yo… yo…- intentaba decir sin que pudiera decir algo que le evitara decir sus conclusiones.

Tsuzuki le miró con extraña sonrisa, sabía que le había puesto en aprietos, sobre todo porque Hisoka sí podía saber sus emociones por ser empático. No quería dañarlo con sus dudas, miedos y dolores, no se lo perdonaría.

-Lamento mucho hacerte sentir mal con mis emociones- rió Tsuzuki intentando tranquilizar al muchacho que le miraba extrañado y con la mirada empañada –No quería lastimarte Hisoka-

-No me has lastimado Tsuzuki, es que yo necesito preguntarte algo…- titubeó Hisoka soltándolo de a poco.

-¿Qué cosa?- preguntó curioso el mayor.

-¿Qué paso en Amakusa hoy?- preguntó mirando hacia el suelo.

-Fui a caminar con Hijiri, comimos algunos dulces, charlamos y me invitó una taza de té en su casa- explicó Tsuzuki con mirada de desconcierto -¿Por qué?-

-Le gustas a Hijiri, él te quiere…- musitó Hisoka mirando a su compañero tímidamente.

-Lo sé, él me lo dijo hoy- respondió Tsuzuki bajando la mirada hacia el suelo –Debiste decírmelo, le habría evitado muchas cosas-

-¿Evitarle?- preguntó Hisoka sorprendido –Pensé que te habías dado cuenta de ello desde antes Tsuzuki, idiota- dijo Hisoka mirando hacia la ventana con ligero rubor sobre sus pálidas mejillas.

-Yo no podía conceder su deseo de estar conmigo Hisoka…- musitó Tsuzuki apenado –Estoy muerto ¿sabes?-

-¡Por supuesto que lo sé, idiota!- exclamó Hisoka perdiendo la poca paciencia que le quedaba después de todas sus cavilaciones.

-Lo sé…- musitó nuevamente entristecido –no fue agradable tener que decírselo como lo hice, probablemente me odiará-

-No lo creo- dijo Hisoka sentándose sobre el sillón de nuevo –Hijiri de verdad te quiere-

-Lo sé Hisoka, pero no puedo…- dijo con mayor tristeza –no puedo-

-Tsuzuki…- musitó mirándole con preocupación.

-Soy un asesino… mis manos están manchadas de sangre- comenzó a llorar desplomándose sobre el suelo –No merezco que nadie sienta lo que Hijiri siente por mí-

-No digas tonterías Tsuzuki- dijo Hisoka caminando hacia él e inclinándose para ayudarle a levantarse del suelo –Tú lo mereces-

Tsuzuki levantó su mirada hacia la de su compañero, sus lágrimas recorrían sus mejillas sin detenerse, su tristeza, y la impotencia que sentía eran verdaderamente profundas.

-Hay heridas que nunca cicatrizan Hisoka, hay cosas que nunca cambian- musitó con la voz entrecortada –Lo mejor será que vaya a casa, no debería hacerte sentir mal con mi destino-

Hisoka se aferró a Tsuzuki haciéndole caer sobre el suelo sin darle tiempo a reaccionar tomó su rostro entre sus manos y le besó apenas en un roce de labios, el mayor no hizo movimiento alguno, estaba sin duda desconcertado, jamás se esperaría a Hisoka haciendo una demostración de afecto tan cercana. El rubio shinigami se separó lentamente del rostro de su compañero para observarle con ternura.

-Yo te quiero…- musitó Hisoka haciendo acopio de fuerzas para enfrentar sus propias emociones.

-Hisoka…- musitó Tsuzuki sin dar crédito aún a lo que estaba escuchando y viviendo.

-Cuando ayer charlaron Hijiri y tú estaba molesto, incómodo, no estaba seguro de lo que sentía sino hasta que hoy estuve en la biblioteca y Terazuma comenzó a molestarme y al decir que te habías ido sin decir a dónde me imaginé que Hijiri te había pedido verlo hoy- explicaba Hisoka levantándose para sentarse frente a Tsuzuki quien con trabajo se incorporaba para sentarse sobre otro de los sillones.

-¿Por qué no me habías dicho?- preguntó Tsuzuki.

-Porque no entendía con claridad lo que me pasaba, sabía que sentía molestia referente a Hijiri, pero no estaba seguro que fuera porque él estaba buscándote de esa manera- dijo Hisoka ruborizado –Cuando regresé aquí comencé a analizarlo todo con calma y me di cuenta que yo quería estar contigo, más allá de los problemas y de tus dudas, o de las mías-

-Hisoka tú...- musitó Tsuzuki siendo silenciado por los labios de Hisoka sobre los suyos. Le rodeó con sus brazos y correspondió el beso profundizándolo lentamente; con cada caricia de las manos de Tsuzuki sobre su espalda se estremecía y ruborizaba con mayor intensidad.

-Quiero estar contigo Tsuzuki…- susurró Hisoka cerca de los labios del mayor quien le miró con ternura y volvió a besarlo –Te quiero…-

Tsuzuki le miró sorprendido, sabía lo difícil que era para Hisoka confesar sus sentimientos, acarició su rostro con delicadeza, y besó su frente en señal de agradecimiento.

-Gracias Hisoka- musitó Tsuzuki besando sus labios otra vez.

Abrazó al menor y acariciando su cabello y espalda con ternura, sabía que Hisoka no mentía; en el fondo también quería ser honesto y confesar lo que sentía pero temía que el destino de Hisoka a su lado fuera tan desastroso como el de toda la gente con la que había convivido de una u otra manera, era su instinto.

-No vas a dañarme si estás conmigo, Tsuzuki- musitó Hisoka aferrándose al cuerpo de su compañero.

-Yo… no quiero dañarte- titubeó el mayor de ojos amatista.

-No lo harás- dijo finalmente Hisoka acariciando el rostro de Tsuzuki para sellar sus labios con los suyos, y así ayudarle a alejar sus dudas y miedos… sintió a Tsuzuki temblar mientras correspondía su beso y con sus pulgares secaba las lágrimas que emergían de sus intensos ojos amatista –no temas Tsuzuki, te quiero…-

El mayor le rodeó con sus brazos para poder acariciar su espalda, estaba dudando demasiado, temía lastimar a Hisoka y no se lo perdonaría jamás, después de todo era cierto…hay heridas que nunca cierran y su pasado era una de esas heridas que le carcomían en alma, sobre todo al tratar de involucrarse con alguien y con Hisoka lo había hecho ya, pero no iba a darse el lujo de dañarlo, a él no. Separó lentamente sus labios de los de Hisoka quien le miró confundido, besó su frente y despacio se levantó del sillón con ligera sonrisa y esa mirada triste que podía decirle claramente a Hisoka que estaba sintiéndose fatal, resquebrajado por dentro, sin duda Muraki no sólo le había arrebatado la vida a él, sino que había destrozado por dentro a Tsuzuki...

-Debo ir a casa, no me estoy sintiendo bien ahora…- dijo finalmente Tsuzuki, después de todo nadie mejor que Hisoka para saberlo, a él sí que no podía esconderle nada en cuanto a sus emociones.

-Descansa Tsuzuki- dijo finalmente el ojiverde con expresión de tristeza, aunque sabía lo mal que se sentía Tsuzuki por su miedo a dañarlo a él, hubiera querido estar con él más tiempo y poder reconfortarlo.

-Perdóname Hisoka…- dijo finalmente Tsuzuki tras mirarlo, lucía aún más triste que minutos atrás, salió de su casa sin volver su mirada atrás.

-De verdad te quiero Tsuzuki idiota…- musitó Hisoka levantándose del sillón para ir a su cuarto y prepararse para bañarse.

Tsuzuki caminó hasta su apartamento, no quería cruzar palabra con nadie, sólo quería estar solo y pensar, sabía que Hisoka no le mentía, y él deseaba estar con él, pero Muraki tenía razón, era un asesino por instinto, por necesidad lo era, aunque odiara serlo.

Entró a su alcoba y se dejó caer pesadamente sobre su cama, con la mirada fija en el techo, estaba dándole demasiadas vueltas al asunto en su cabeza, por un lado quería estar al lado de Hisoka, después de todo eran correspondidos sus sentimientos; pero por otro lado temía dañar a Hisoka involuntariamente, como lastimaba a todos aquellos que se le acercaban y no podría perdonarse ver a Hisoka herido por su culpa, no podría…

-Debería pedir un cambio de compañero…- musitó débilmente comenzando a sumergirse en sus sueños y cavilaciones.

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