12 dic 2009

¿Me ama?

Byakko logró acabar, junto con Suzaku, con aquel enorme dragón mientras Tatsumi veía que tanto Hisoka, como Tsuzuki estuvieran bien… GuShoShin regresó al Meifu para informar lo acontecido al jefe Konoe, quien ordenó que Tatsumi regresase para ser atendido y para planear la estrategia a seguir contra Muraki de una vez por todas.

Hisoka cuidaba de un aún inconciente Tsuzuki en el hotel de Miyazaki, estaba preocupado, sabía el porqué Tsuzuki se había arriesgado tanto al ir solo a enfrentar a Muraki, pero definitivamente esa situación le hacía sentir incómodo e impotente… pasaba ya del medio día y Hisoka había salido a comprar alimento para ambos, pero Tsuzuki no reaccionaba aún, cada momento que pasaba estaba más y más angustiado…

La tarde estaba en todo su esplendor, hacía un día bellísimo en Miyazaki y, aunque hacía mucho calor dentro de la habitación Hisoka aún aguardaba por que Tsuzuki despertara, ya habían sanado sus heridas físicas pero aún no recobraba la conciencia y eso era digno de preocuparse…

-¿Hisoka?- preguntó débilmente Tsuzuki despertando y dándose cuenta que estaba siendo cuidado por su joven compañero.

-¡Tsuzuki!- exclamó alegre Hisoka de verle despertar -¿Estás bien? ¿Necesitas algo?- preguntó aún preocupado el muchacho.

-Tengo hambre…- musitó con voz casi inaudible.

-¡Ya! – exclamó acercando rollos de canela que tanto adoraba degustar.

La mirada de agradecimiento y gusto de Tsuzuki tranquilizaba al ojiverde shinigami que había estado preocupado por horas, le contempló comer esos pastelillos con el gusto que tanto le caracterizaba…

Una vez que Tsuzuki terminó de comer Hisoka se abrazó de su compañero hecho un mar de lágrimas, se había contenido pero sabía que si lo seguía haciendo estallaría después y no estaba seguro de cómo saliera aquello…

-¿Hisoka?- preguntó Tsuzuki desconcertado.

-Debiste avisarme, habría ido contigo y no te habría lastimado así…- dijo sollozante.

-Hisoka…- murmuró enternecido Asato –No permitiría que te dañara más, ya ha hecho suficiente y te prometí que viviría por ti y para estar contigo ¿no es así?- preguntó con voz calma.

-Sï…- respondió con voz entrecortada y mirando fijamente a su compañero.

-Pienso cumplirlo, pero no voy a dejar que te haga más daño, entiéndelo por favor- insistió con mirada suplicante.

Aquella expresión de profunda preocupación por su persona lograba revolver a Hisoka por dentro, estaba confundido pero sabía que Tsuzuki jamás le haría daño, acercó su rostro lentamente al del mayor y tiernamente le besó profundizándolo lentamente…

-Lo siento…- musitó Hisoka totalmente ruborizado apenas separándose de esos suaves labios.

-No te disculpes Hisoka, cuando estuve con Muraki ayer recordé lo sucedido en Kyoto…-

Al escuchar a Tsuzuki, Hisoka desvió la mirada hacia el suelo con un dejo de tristeza, tan solo recordar el fuerte deseo de Tsuzuki de morir hacía que el alma se le encogiera.

-Recordé todo lo que me dijiste, que querías que viviera por ti, para estar a tu lado- Tsuzuki acercó su rostro al del joven shinigami quien le miró desconcertado –y como ya te dije voy a cumplirlo, quiero estar contigo no por agradecimiento… es porque te amo Hisoka.

‘¿Me ama?’

Tras escuchar aquello y repasarlo nuevamente en su cabeza Hisoka se abrazó nuevamente al cuerpo de su compañero perdiendo totalmente sus dudas, se había enamorado de Tsuzuki desde hacía tiempo atrás… su constante preocupación, su arrojo cuando se trataba de protegerlo, su mirada, su ternura… pero aún se sentía sucio, humillado y ultrajado por todo lo que Muraki había hecho con su cuerpo.

Tsuzuki acarició suavemente el rostro de Hisoka provocando que se sonrojara nuevamente, acercó lentamente sus labios a los del menor y comenzó a besarlo primero con ternura, tornándose el beso en una entrega total por parte de ambos… Se recostaron sobre la cama de Asato sin dejar de acariciarse y besarse, las temblorosas manos de Tsuzuki acariciaron lentamente el torso de Hisoka mientras le despojaba de su camisa… recordó lo que le había sucedido con Muraki hacía tan sólo un día y le miró preocupado.

-No quiero lastimarte, no más de lo que ya han hecho…- susurró al menor.

-No lo harías, quiero estar contigo siempre…-

Hisoka tomó la mano de Asato y la colocó de nuevo sobre su cuerpo para que éste prosiguiera mientras él también retiraba aquellos estorbos que le impedían sentir la piel de su amado… entre caricias, besos y jugueteos en unos minutos las prendas de ambos quedaron esparcidas alrededor de la cama mientras ambos continuaban tocándose y besándose.

La mano de Tsuzuki acariciaba el vientre de Hisoka mientras este jadeaba y gemía totalmente ruborizado… la excitación de ambos era, ya a este punto inevitable, pero no querían que todas esas sensaciones terminaran, por fin estaban juntos… Hisoka se aferró a la espalda del mayor mientras este le masturbaba y le besaba el cuello, era tanto el placer que sentía que algunos de sus movimientos eran bruscos, se aferraba fuertemente a la espalda de su amante mientras sus sonoros gemidos llenaban la habitación, Tsuzuki se recostó sobre el menor para poder rozar su ya muy excitado miembro sobre el del ojiverde, su excitación era tal que los rápidos movimientos de ambos les hacían gemir y jadear entre besos furtivos… Hisoka cerró fuertemente sus ojos sabía que Tsuzuki aún se encontraba débil y quería evitar que se desmayase de nuevo.

-Ahhh… ¿Estás bien?- preguntó entre jadeos el menor de los shinigami.

-Sí Hisoka… te amo…- murmuraba constantemente Asato.

Hisoka acercó más su cadera a la de Tsuzuki movimiento que logró arrancar a ambos un profundo y sonoro gemido…

-Hazme tuyo…- gimió totalmente excitado Hisoka mientras Tsuzuki le besaba el cuello y acariciaba su delicada piel.

Tsuzuki continuó torturando a Hisoka con besos repartidos por todo su cuerpo, mientras el menor continuaba pidiendo más de Tsuzuki. Asato levantó ligeramente la cadera del rubio para facilitar la penetración, entró lentamente cuidando no lastimar a Hisoka hasta llegar a rodearlo con los brazos y Hisoka pudiera rodearle con sus piernas. Las estocadas de Tsuzuki estaban llevando al ojiverde al mismo cielo de placer, sumado a los continuos besos que repartía el mayor en su blanco cuello y en sus labios.

Era tan diferente a cuando había estado con Muraki la tarde anterior, se sentía de cierto modo imbécil por el sencillo hecho de que sabía que estaba enamorado de Tsuzuki pero aún así no podía evitar en sentirse excitado tan sólo de pensar en Muraki y eso le enfermaba… por fin estaba con Tsuzuki y aún así la sola idea de que las manos de Tsuzuki fueran las de Muraki le encendía más…

Despertó de su ensimismamiento al sentir la eyaculación de Tsuzuki en su interior obligándolo a arquearse en señal del placer que sentía y gimió aún más fuerte…

-Te amo Hisoka…- musitó Tsuzuki una vez ya recostado a su lado, aún jadeante.

Hisoka quien estaba recostado de lado dándole la espalda a su amante fingió estar dormido, se sentía sucio por imaginar a Muraki habiendo estado con a quien verdaderamente amaba: Asato.

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