19 dic 2009

Primera Parte: Carnero a las brasas

Descendió hasta Aries evitando ser descubierto por los santos dorados del santuario, se coló hasta la habitación de su lemuriano discípulo quien dormía plácidamente sobre su modesta cama, recordó verle cuando era niño dormir, aún conservaba esa misma expresión llena de paz y tranquilidad, como si no hubiese visto jamás horrores de batalla.

Se sentó a su lado aún contemplándolo hasta recordar su plan, de tan sólo imaginar a Mu debajo de él, gimiendo y rogándole por más se estremeció por completo. Comenzó a acariciar el rostro del ariano y le besó el pálido cuello, al sentir aquel placentero estímulo Mu comenzó a gemir hasta despertar y encontrarse con su maestro Shion besando su cuello de forma tan apasionada…

-¡Maestro!- exclamó el ariano menor ante la sorpresa.

-No puedes decirme que esto no te excita Mu- rió Shion con mirada lasciva –sé que has deseado esto por mucho- dijo al tiempo que introducía su mano debajo del pantalón de Mu para comenzar a manipular la virilidad de su discípulo.

Mu no pudo emitir una sola palabra, sólo gemidos y jadeos que inútilmente intentó ahogar con sus manos, Shion tenía razón, le había deseado en secreto durante tanto tiempo que tras pensarlo un par de segundos se abalanzó a besar a su maestro dejándose llevar por el experimentado, en esas artes, patriarca del santuario.

Sin percatarse siquiera se vio reflejado en el espejo a un lado de su lecho totalmente desnudo debajo del también desnudo cuerpo de Shion quien mordisqueaba y lamía su hombría, se sonrojó de inmediato de ver la expresión de su rostro, jamás se habría imaginado verse en una situación similar y además estarla gozando como jamás había gozado algo en su vida, de pronto se arqueó al sentir que un calor inmenso inundaba su vientre hasta verter su semen en la habilidosa boca de Shion quien sin mayor esfuerzo engulló todo su néctar.

Shion se levantó y contempló el bien formado cuerpo de Mu quien aún agitado le miraba, descifró en su mirada que aún quería más de él y como buen patriarca y maestro jamás se lo negaría, no a su discípulo favorito… se recostó sobre Mu dejando que su virilidad chocara con la de Mu quien al sentir la dureza y alta temperatura del miembro de Shion contra el suyo se aferró al cuerpo de su maestro, jadeante  y rogando por más, por lo que Shion no se hizo del rogar y comenzó a frotar su hombría con la de Mu quien con cada compás acercaba más su cadera a la de Shion para que el contacto fuese más rudo. Los movimientos de Shion se hicieron cada vez más bruscos logrando que Mu gimiera con mayor fuerza con cada fuerte roce de sus miembros hasta sentir el caliente semen de Shion bañar su virilidad y vientre, cosa que logró hacerle eyacular de nuevo.

Shion se dejó caer sobre el cuerpo de Mu, su excitación era leve pero aún latía ligeramente contra su vientre…

-Lame mi miembro Mu- ordenó Shion haciéndose a un lado para sentarse y permitirle a su discípulo moverse.

Mu se levantó rápidamente indeciso aún, se arrodilló entre las piernas de Shion y contempló la aún débil erección del patriarca ante sus ojos y comenzó a acariciarlo con sus manos temblorosas hasta que éste le ayudó a decidirse acariciando su rostro y mirándolo  con confianza. El menor de los lemurianos comenzó a lamer el pene de Shion de punta hasta la base jugueteando a lo largo del tronco hasta poco a poco introducirlo en su boca, apretó y aflojó sus labios desde la punta hasta casi la mitad mientras Shion gemía frenéticamente con los constantes jugueteos de Mu quien ya lucía complacido con la situación. Mu succionaba ligeramente la punta del ya excitado miembro de Shion hasta que el patriarca le detuvo invitándolo a enderezarse, el ariano menor se levantó sintiendo su propia erección, tocó su miembro ante los ojos de Shion quien se relamió los labios.

-Tócate más, pero no eyacules aún- pidió el honorable patriarca con voz ronca y agitada.

Mu comenzó a manipular su miembro con su mano derecha, primero con ligeros roces de la punta hasta la base y después comenzó a frotar su mano fuertemente contra su dura virilidad hasta caer de rodillas por las sensaciones y escuchar sus propios gemidos sumados a los de Shion quien le contemplaba excitado, ya que era demasiado incluso para él, quien era conocido por tener un gran apetito sexual y energía para satisfacer sus gustos…

-Ven Mu…- dijo Shion haciendo que Mu se arrodillara sobre la cama frente a él –esto va a gustarte mucho…- jadeó cerca de la oreja del lemuriano.

Se colocó detrás de Mu y le hizo inclinarse hasta apoyar ambas manos sobre el colchón de la cama quedando su cadera levantada, Shion lengüeteó la entrada de aquella cavidad hasta introducir su lengua arrancándole a Mu un ronco gemido, el mayor movió su lengua hábilmente para lubricar la entrada y posteriormente procedió a introducir su excitado y palpitante virilidad en el interior de su discípulo quien al sentir aquella gruesa invasión dejó caer su rostro contra el colchón dándole a Shion más facilidad de movimiento para las bruscas estocadas que comenzó a propinarle sin cuidar siquiera si su cavidad ya estaba lo suficientemente dilatada.

Los constantes y rudos movimientos de Shion le creaban a Mu una extraña mezcla entre dolor y placer que le inundaba de un intenso calor en todo el cuerpo hasta sentir como el semen de Shion llenaba su interior provocándole un intenso y punzante dolor que le obligó a dejarse caer sobre la cama por completo ante la decepción de Shion quien le vio caer bocabajo sobre la cama.

-No puede dolerte tanto Mu, dolor es placer- rió Shion cubriendo su cuerpo con la lujosa bata ante la mirada de Mu.

-Se siente bien, pero me duele demasiado ahora- dijo jadeante el discípulo cubriendo su cuerpo desnudo con la sábana.

-Te dejo entonces, ya sabes si quieres más búscame en mi habitación-

-¿Y Afrodita?- preguntó confundido Mu.

-Ese tiene dos opciones, o se acostumbra o se busca a otro- explicó Shion con amplia sonrisa.

El lascivo patriarca salió de la habitación de Mu y descendió las escaleras internas del templo pensando cuál sería su próxima visita, y qué mejor sería hacerla en orgía… se relamió los labios pensando en un Aldebarán excitado haciendo suyo brutalmente a Shaka ante sus ojos mientras Shaka le hacía fellatio.

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