28 abr 2010

Capítulo 4: Preparativos

Miraba como el soldado llegaba hasta donde Shun observaba el jardín embelezado por los aromas y belleza de las flores…


-Señor, me pidieron le avisara que me acompañe al interior del templo principal- dijo el soldado llamando la atención de Shun, que le miró con absoluta calma…

-Claro, vamos pues…- caminaron en absoluto silencia durante todo el trayecto, hasta el interior de la alcoba de Shion quien les esperaba postrado en el lujoso sillón, justo frente a la puerta, detrás de la cama…

-Bienvenidos a esta, su humilde alcoba…- dijo con amplia y pervertida sonrisa el honorable patriarca ante la mirada expectante de ambos guerreros…

-Me mandó llamar patriarca…- dijo realizando una ligera reverencia el caballero de Andrómeda…

-Yo me retiro, con su permiso señor Shion- haciendo la reverencia, el soldado salió de la alcoba recibiendo la última instrucción de Shion.

-Que nadie interrumpa esta reunión, custodia esa puerta, si te llamó, entras enseguida- ordenó firme Shion.
Una vez el soldado fuera de la habitación Shion se enderezó aún en el sillón y con una seña pidió a shun acercarse a donde se encontraba…

-Ven Andrómeda Shun, siéntate- pidió con retorcida sonrisa, los constantes cambios en la expresión del siempre apacible Shion le ponían nervioso, y, a su vez, le generaban una curiosidad con la que no podía.

-¿Se le ofrece algo patriarca?- preguntó Shun sentándose al lado de Shion, quien le miraba insistente, como aquella blanca y ligeramente ceñida camisa dejaba entrever parte de esa delicada fisonomía que quería hacer suya…

-Sí ¿Me obedecerás?- preguntó curioso el patriarca paseando su mirada a lo largo y ancho de aquel frágil guerrero.
-Por supuesto ¡Oh! gran Patriar…- fue silenciado por un abalanzado y apasionado beso de Shion quien no perdió el tiempo, así que sus manos hábilmente retiraron parte de la vestimenta de Shun quien sorprendido temía negarse, en parte quería hacerlo pero parte de su ser quería seguir en ello…

Aferró sus manos al fino tapiz que recubría el amplio y lujoso sillón, las hábiles manos de Shion estaban recorriéndolo por completo, la sensación le generaba más y más curiosidad y ansiedad conforme pasaban los segundos y esas manos descubrían más de su cuerpo…

‘¿Qué debo hacer, negarme o seguir en esto?’

Se preguntaba constantemente mientras inconscientemente correspondía gimiendo y besando a Shion…

-Aahh… yo…- gemía Shun ante los roncos y profundos gemidos de su patriarca quién una vez teniendo a shun totalmente desnudo debajo de él, arrancó rápidamente su propia túnica para tener contacto directo con ese cuerpo que había estado deseando desde que le vio…

Ese contacto con el erecto miembro de Shion sobre su bajo vientre, rozando el suyo que también ya estaba totalmente duro logró arrancarle un fuerte gemido acompañado de constantes jadeos, ahora ya no podría dar marcha atrás y negarse… quería más de Shion, quería saber qué tan lejos podría hacerlo llegar aquel lujurioso patriarca que comenzaba a frotar su miembro contra el de él, sabía que el soldado estaba afuera de la habitación, cosa que le hizo apenarse por sus constantes y fuertes gemidos y jadeos…

-Tranquilo pequeño Shun…- decía entre jadeos Shion – Si quieres puedo pedirle que entre y nos ayude a divertirnos…- rió con expresión depravada…

-No… ahh… no por… faah… vor- gemía una y otra vez, Shion aumentó la intensidad de aquel frotamiento, intentando que Shun le pidiese más… deseo que no tardó mucho tiempo en concretarse…

-Más ahhh, Shion… ahhh más…- pedía clamando por mayor intensidad de aquel jugueteo con su cuerpo…

Levantó las piernas de Shun para que este le rodeara la cadera con ellas, intensificando así aquel frenético roce, la excitación de Shun le estaba conduciendo a una locura hasta ese momento desconocida por el joven caballero de bronce, pero no así por su acompañante, el experimentado y honorable Patriarca Shion, quien así como había liderado a los caballero dorados en cruentas batallas, también había los dirigido durante grandes orgías en ese enorme santuario…

Con una de sus manos acarició esos blancos y firmes glúteos rozando su dedo por aquella entrada que ya estaba ansioso por probar y hacer suya con pasión… introdujo, sin consideración alguna, dos de sus dedos desvirgándolo, arrancando un grito de Shun quien con expresión de dolor se aferró al cuello de Shion con sus brazos…

-¿Duele?- preguntó el pervertido patriarca en tono lascivo.

-Ahh… poco… más… rápido… ahhh-

Shion aceleró el movimiento de sus dedos en el interior de Shun logrando que éste jadeara y gimiera con mayor intensidad, señal de que estaba disfrutándolo y era probable que esa no fuera la última vez que pudiese jugar a placer con ese, aparentemente, frágil cuerpo.

Se detuvo de golpe dejando a un muy excitado Shun totalmente expectante…

-¿Pasa algo?- preguntó al notar que Shion le miraba sin hacer movimiento alguno…

-¿Estás listo?-

El tono con el que hizo la pregunta sonó llena de lujuria, de una lujuria que le daba curiosidad y miedo a la vez, no sabía que tan lejos podía llegar Shion…

-Sí, estoy listo- dijo lo más firme que pudo.

Shion levantó más la cadera de Shun para acomodarla y facilitarse el penetrarlo con rapidez, Miró la expresión del chico debajo de él, sabía que estaba ansioso pero quería provocarlo más, quería jugar…

Con una de sus manos masajeó, con algo de brusquedad incluso, el miembro de Shun logrando que este volviera a gemir sin control, aquella sonrisa retorcida de Shion le generaba a Shun cierto placer por estar complaciendo a su patriarca, ganando además su propio placer. Shun acarició los fuertes brazos de aquel lasciva patriarca quien continuaba provocándole, haciéndole gemir y jadear, pedir más…

Penetró con rapidez a Shun arrancándole y profundo grito de dolor, el joven caballero se aferró al sillón emitiendo gritos y jadeos entre dolor y un gran placer que jamás había experimentado, cuando Shion detuvo el movimiento para acomodarse…

-Más… por favor… ahh- pidió extasiado Shun.

Emitió un profundo gemido con su acostumbrada lujuriosa sonrisa y comenzó de nuevo a moverse en el estrecho interior de Shun.

En las afueras de la habitación el soldado era el único testigo de aquel encuentro entre su honorable patriarca y aquel guerrero de belleza un tanto femenina… de pronto escuchó desde el interior que su patriarca le llamaba, pensó que quizás aquel joven le habría lastimado para detenerlo…

Entró corriendo a los aposentos del patriarca Shion cerrando la puerta detrás de él, una vez frente a ambos miró la extasiada expresión del joven guerrero al que había buscado en el jardín…

-¿Me llamó Señor Shion?- preguntó haciendo su reverencia ante aquel hombre que estaba disfrutando de su sesión sexual en turno.

-Sí muchacho, despójate de tus ropas y ayúdame aquí- ordenó Shion ante la curiosa mirada de Shun y la sorpresa en el soldado –Hazlo, no es ofrecimiento, es orden- concluyó.

Aún titubeante el soldado retiró lentamente su ropa frente a ambos guerreros, los constantes gemidos de Shun le habían provocado cierta curiosidad, una vez que se hubiere despojado de toda su ropa Shun tomó con su mano aquel grande miembro que al contacto despertó con rapidez, el muchacho masturbó al soldado logrando que la excitación de éste llegase a su máximo punto cuando Shion detuvo la mano de Shun y con una seña pidió al soldado acercarse a done éste se hallaba, salió del interior de Shun y entre depravadas risas dijo:

-Ahora es tu turno, yo me entretengo por acá…- rió mientras el soldado entraba en Shun.

Los gemidos de éste se hicieron más sonoros aún al sentir las manos de Shion sobre su miembro masturbándolo intensamente, el movimiento acompasado del soldado en su interior estaba desesperándolo, él quería más, aún más…

-Más… rápido… ahhh…- pedía insistente Shun al soldado mientras Shion introducía en su boca el excitado miembro del peliverde arrancándole un fuerte gemido al joven guerrero ante la extasiada mirada del soldado por todo lo sucedido, éste aceleró el movimiento en el interior de shun para complacerlo para que los gemidos de ambos llenaran la habitación y los oídos de Shion aumentando el placer en este.

Shun apretó las sábanas entre sus manos mientras gemía, se remolineaba y arqueaba en señal de todo el placer que recibía de ambos guerreros en su ‘frágil’ cuerpo, de pronto sintió como el soldado sa vaciaba dentro de sí llenándolo de un intenso calor, le provocaba un ligero dolor, sin embargo, este dolor era uno placentero a su modo de percibir las cosas, su placer llegó tan de pronto que se arqueó cerrando fuertemente sus ojos, al divisar esta reacción del éxtasis de Shun, Shion, con sus labios comenzó a acelerar el movimiento de sus labios sobre el pene de Shun provocando que el chico se vaciara en su boca…

El joven soldado cayó sobre la fina alfombra totalmente exhausto, mientras Shun yacía, aun jadeante y extasiado sobre el sillón, Shion les observaba excitado por ver aquella escena…

-¿Cansados tan pronto?- preguntó en tono burlón el gran patriarca.

-Yo ahhh… sí…- jadeaba Shun ante una sonrisa lasciva de Shion.

El soldado sólo les observaba sin poder emitir más sonido que sus jadeos, Shion quería seguir jugando con ambos pero podía ver que el entrenamiento matutino del soldado había sido extenuante y la reciente actividad vigorosa lo había terminado agotando por completo, no quería que nadie descubriera sus jugueteos constantes por lo que pensó que debía dejar al soldado ducharse en su regadera para que se refrescara y después mandarlo a descansar con órdenes específicas…

Shun miró a Shion dar las instrucciones a Shion y que el soldado sólo asentía sin poner objeción alguna y entrar al cuarto de baño sin hacer más ruido. Shion se dejó caer `pesadamente sobre Shun quien pudo percibir la fuerte excitación del patriarca sobre su bajo vientre, sintió como si su sangre hirviera en su interior, acarició aquel enorme y duro pene con su mano logrando que el honorable patriarca gimiera roncamente sobre su blanco cuello…

-Mi querido Shun… ahhh… todavía tienes ganas de jugar ¿Eh?...- preguntaba entre gemidos Shion al ahora juguetón shun de Andrómeda.

-Estoy muy cansado, nunca había sentido todo esto… me ha encantado…- decía el joven totalmente ruborizado.

Aquellas mejillas arreboladas provocaban en Shion mayor placer pero tenía que reconocer que debía dejar su energía para después, la hora de la fiesta se aproximaba y no quería estar agotado para entonces, ahí tenía que hacer gala de toda su energía y todo su lúdico y libidinoso ingenio.

Mientras Shion y Shun se divertían aún sobre el sillón de aquella suntuosa alcoba, Milo y Dohko afinaban los últimos detalles para que por la tarde del día siguiente pudiesen ofrecer aquella ostentosa y lujuriosa fiesta que Shion tenía pensada.

Afrodita y Mu llegaban a Aries cansados por una larga tarde de comprar adornos y buscar detalles para encargarse del arreglo de aquel enorme salón de fiestas que tenía el templo principal, por lo regular las fiestas eran solemnes cenas y bailes que Saori ofrecía, pero esta vez la lúdica imaginación de Shion tenía planeada una fiesta que seguramente permanecería en sus memorias, y en sus cuerpos, por largo tiempo.

-Bien Mu, ya lo tenemos todo, mañana pediremos a Aldebarán que nos ayude a arreglar el templo ¿no?- preguntó Afrodita levantándose pesadamente del sillón donde se había dejado caer.

-Sí, mañana le diré que nos ayude- respondió subiendo la escalera para ir a su alcoba –Buenas noches Afrodita, nos vemos mañana-

-Buenas noches Mu- salió del templo de Aries contemplando todas aquellas escaleras que tendría ahora que subir -¡Qué horror! Correr a la velocidad de la luz me es fastidioso con este cansancio- se quejó subiendo las escaleras con fastidio.

Entró a Tauro notando que Aldebarán no se encontraba en su templo por lo que continuó su camino hacia su templo, iba a cobrársela toditas a Milo después, de eso estaba seguro, su hermoso cuerpo no podía sentirse cansado sin que alguien la pagara. Finalmente llegó al templo de Escorpión con la esperanza de encontrarlo allí y poder pasar la noche, después de todo se la debía.

-¿Afrodita?- preguntó extrañado Milo al ver al peliceleste rondar por su templo.

-Que bueno que estás, estoy muerto de cansancio, déjame pasar la noche aquí, ya no quiero subir más escaleras-


El tono que Afrodita utilizaba le remarcaba el cansancio que su compañero de armas estaba sintiendo.

-De acuerdo, puedes quedarte esta noche Afrodita, ven…- le mostró el camino a su habitación, para que ambos se dejaran caer exhaustos sobre aquella cómoda cama y quedaran profundamente dormidos…

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