-Ah… Dohko… más… quiero más…- rogaba el pisciano al librano mientras este aceleraba sus estocadas en el interior de Afrodita.
Dohko tenía inclinado a Afrodita sobre el trono mientras él se encontraba de pie moviéndose de adentro hacia fuera una y otra vez, cada vez más rápido, de pronto el pisciano comenzó a masturbarse con desesperación debido a la falta de atención que su erguido miembro necesitaba.
Al notar esto el ‘antiguo’ maestro decidió echarle una manita al peliceleste arrancándole un ronco gemido que a Aldebarán parecía invitarle a entrar al salón del trono de Athena…
Entreabrió la lujosa puerta del salón intentando no llamar la atención de ambos guerreros, sin embargo no contaba con la excelente percepción del experimentado Dohko de Libra quien le hizo la seña de que se acercara y ayudara con el miembro del pisciano que requería mucha atención.
Al ver al gran toro del santuario los azules ojos de Afrodita quedaron como en blanco por la impresión, recordó lo sucedido horas antes con Aldebarán y en seguida comenzó a quejarse por la intromisión de Aldebarán:
-¡No!, No, no y no, Aldebarán no otra vez, hace horas me humilló Dohko, esto no se vale, déjenme en paz ¡Ya!- reclamaba con algo de molestia en su tono mientras Dohko comenzaba a acariciar el excitado miembro de Afrodita para provocarle a más.
-Vamos Afrodita, todos merecemos una segunda oportunidad, deja al toro reivindicar su falta contigo, no te humillará otra vez ¿Verdad Aldebarán?`- preguntó Dohko haciendo un guiño al toro quien en seguida acotó:
-Prometo no lastimarte ni humillarte Afrodita- se inclinó para acariciar el duro miembro del pisciano quien con aquel roce de esas fuertes manos en su erguido pene se sonrojó sin poder evitar que se notara –verás como reivindico mi falta contigo- besó al pisciano mientras comenzaba a masturbar al pisciano entre gemidos ahogados de los tres.
Al poco rato, Afrodita se encontraba boca arriba sobre una lujosa mesa de caoba tallada mientras Aldebarán aceleraba sus estocadas en su interior y Dohko comenzaba a subirse a la mesa para practicar el 69 con Afrodita, besaba, mordisqueaba y succionaba el erguido miembro del pisciano poniéndole cada vez más tenso y ansioso por que Aldebarán acelerara sus movimientos…
-Más… rápido… ¡Ahhh!- no pudo contenerse más viniéndose en la boca de Dohko quien con maestría bebió todo el semen cosa que le llevó a él también a eyacular en el rostro del pisciano… -ohh… ahhh…- gemía Afrodita relamiéndose el semen que había quedado en sus labios…
***
De regreso al salón donde se encontraba la fiesta en su apogeo… Milo se encontraba besándose con el bello ariano quien incesantemente acariciaba la espalda desnuda del escorpión, pero ellos no eran los únicos que se encontraban divirtiéndose… por supuesto que no, por su lado Camus y Saga se encontraban cerca de la puerta sobre una silla, Saga sentado sobre la silla y Camus sobre las piernas del geminiano, aunque habían estado charlando muy amenamente minutos antes se habían dejado llevar por la pasión que corría en el aire del salón…
Kanon, quien se encontraba sentado bebiendo una cerveza sólo contemplaba todo aquel desbarajuste que Shion, Milo y Dohko se habían montado, no podía creer el hecho de ver a su hermano ceder ante aquellos jugueteos, el siempre recatado Saga de Géminis, quien sólo se dedicaba a criticar justamente lo que ahora estaba llevando a cabo… miró a su compañero de armas Sorrento de Siren quien también contemplaba el asunto sin dar crédito a lo que sus ojos estaban mirando, Hyoga y Misty se encontraban revolcándose totalmente desnudos en un charco de lodo que habían creado con vino, agua y la tierra de las macetas que encontraron al interior del templo…
-¿Estúpido todo esto no?- preguntó Kanon con tono de fastidio.
-Pues supongo que así gustan de divertirse…- excusó Sorrento mientras veía como algunos trastos caían de las mesas por culpa de soldados y guerreros que jugueteaban a todo lo que sus cuerpos les permitían.
-¡Bah!- se quejaba Kanon mientras se levantaba de la silla –Mejor me voy a Géminis, esto me revuelve el estómago- comenzó a caminar hacia la puerta del salón mientras Sorrento se levantaba e iba detrás de él.
-¿Y tu hermano?- preguntó curioso por la reacción del menor de los geminianos.
-Bien puede irse esta noche a Acuario, parecen bastante compenetrados los dos- salió del templo sin siquiera voltear hacia atrás, siendo seguido por el joven marina.
-¿Por qué siento que te molesta ver a Saga con Camus de Acuario?- preguntó haciendo obvia su curiosidad e incomodidad por el asunto.
-¿De qué demonios hablas Sorrento?- preguntó Kanon deteniéndose y volteando a mirar al joven.
-Esa es la impresión que causa tu actitud Kanon… ¿Acaso te interesa Camus? Si es así, creo que deberías ir y hacerlo notorio, no hacer corajes gratuitos sin que nadie sepa nada- explicó Sorrento con absoluta seriedad, cosa que provocó un par de carcajadas en el geminiano.
-Sí que suena gracioso eso Sorrento, deberías contar chistes más seguido…- continuó su camino a Géminis sin emitir palabra alguna mientras Sorrento intentaba averiguar si sus sospechas eran ciertas.
-¡Kanon maldición respóndeme!- interpeló por última vez el marina al geminiano quien se detuvo y se volvió a mirarlo nuevamente sin emitir palabra alguna.
Pasados un par de minutos en que ambos se miraban sin hacer ruido alguno, el menor de los geminianos por fin dijo:
-No- cerró los ojos lentamente y después de dar un profundo respiro continuó ante el silencio del joven austriaco –Ni me molesta que Saga esté con Camus, ni me gusta Camus, Sorrento, tus sospechas están muy equivocadas, mi actitud fue de esa manera porque esta clase de fiestas me parecen ridículas.
-Y entonces… ¿Porqué vinimos?- preguntó Sorrento curioso nuevamente gracias a la reciente confesión del general marino.
-Pues porque creí que podría hablar con mi hermano, pero creo que es estúpida la sola idea ¿No crees?- continuó mientras caminaba hacia la cocina del templo de Géminis.
-Ya veo… aunque todo este asunto no deja de ser estúpido en sí- explicó el joven general mientras se sentaba sobre un banquillo frente a la modesta mesa de madera.
-Sí, pero ya quiero ver que llegue Saori y vea todo esta idiotez de Shion, será de lujo escuchar los gritos de la histérica esa, y además ver a Shion y a Dohko limpiar su desastre será magnífico, según Saga, Saori llega mañana, pero con diferencias horarias y todo eso nunca se sabe cuando llegará ella, ¿verdad?- explicó con amplia sonrisa burlona, ante la mirada de resignación de Sorrento.
-De verdad, ¿cómo pueden tú y tu hermano disfrutar esa clase de situaciones?- preguntaba confundido Sorrento ante la mirada atenta de Kanon quien explicó:
-Verás, Shion se la pasa fingiendo ser el mejor patriarca que Saori pudiera tener en este santuario, finge ser decente, ser casto y puro, y se la pasa acostándose a hurtadillas y provocando a los demás para que sean igual de promiscuos que él, el más facilote es Dohko, su compañero de orgías; hasta ahora Saga sostenía relaciones en serio y hasta donde yo sabía era con Mu, no con Camus, pero como siempre me atraso en chismes…-
Mientras el menor de los geminianos explicaba todo el asunto Sorrento le miraba sin emitir palabra alguna y haciendo acopio de todas sus fuerzas para evitar reírse de la situación que Kanon le estaba planteando…
-¿Pasa algo Sorrento? Pareces enfermo…- se detuvo Kanon frente al marina quien al no poder aguantar más soltó risotadas que desconcertaron al geminiano.
-Nada, en verdad nada Kanon, es que todo suena estúpido- explicó una vez que terminó de reír.
-Ah ya… se sentó frente al marina austriaco ante la mirada curiosa de este.
-¿Te enojaste Kanon?- preguntó acercándose lentamente al menor de los geminanos, quien al percibir la cercanía del joven frente a sí despertó de su ensimismamiento.
-No, no estoy enojado, sólo me distraje…- desvió la mirada rápidamente situación que fue de inmediato captada por Sorrento quien se enderezó y alejó de Kanon como si de un reflejo se tratara.
-Bueno, creo que es mejor que regrese a mi pilar- dijo Sorrento incómodo por lo sucedido recientemente.
-No, puedes quedarte si quieres, no es necesario que te vayas Sorrento, mañana regresaremos al santuario del señor Poseidón, después que veamos y escuchemos la reacción de Saori por este merequetengue- pidió Kanon ante una ligera sonrisa de Sorrento.
-No quiero incomodarte más Kanon, será mejor que me vaya, créeme.- insistió Sorrento nuevamente caminando hacia la salida de la cocina, siendo detenido por Kanon quien tomó la mano del joven marina quien al contacto se sonrojó casi de inmediato.
-Quédate Sorrento- suplicó Kanon mientras acercaba al joven hacia sí tomándolo por sorpresa para besarlo.
Sorrento no pudo resistir aquella tentación, de tener a Kanon tan cerca, no quería dejar pasar aquella magnífica oportunidad de estar con quien había deseado lo hiciera suyo tantas veces en sueños...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario