28 abr 2010

Capítulo 9: ¿Acaso éste es el ocaso de la fiesta?

En el templo de Athena las cosas parecían ir de mal en peor, por su parte Aldebarán, Afrodita y Dohko ya habían ensuciado casi todo el salón principal, incluyendo el trono de Athena quien era bastante quisquillosa para todo lo que a manchas extrañas se refería.


Shion ya había montado toda una orgía en el pasillo que conducía a las habitaciones principales del templo, Shun continuaba pidiéndoles más y más a todos los soldados que se encontraban jugueteando allí mientras Shion jugueteaba ahora con Camus en la entrada del salón donde los demás se encontraban. Dentro de aquel lujoso salón todos los adornos de Afrodita ya estaban en el piso siendo soporte para quienes se sentían “Tarzán” y que las caras telas entre las columnas eran las lianas para colgarse y trasladarse de un lado a otro del salón mientras soltaban tremendos alaridos. En fin… no cabía duda alguna de que el alcohol en exceso desinhibía hasta los más serios caballeros dorados del santuario de Athena.

Charcos con lodo, comida que volaba por todas partes, orgías, y muchas otras cosas más se vivían por todos los rincones de ese ostentoso templo principal, el asunto era tan grande que poco a poco fueron enterándose guerreros de otros santuarios quienes se asomaban curiosos para no perderse el espectáculo que Shion y Dohko habían montado esta vez, un plan tan ambicioso que se había salido de total control ya que nadie podría controlar a nadie ahora que todos estaban ebrios y además excitados.

-Excálibur es excitante- gritaba entre frenéticos gemidos Misty mientras Shura aceleraba sus estocadas en el interior del lagarto de plata…

Al escuchar los gritos de Misty, Shion cayó al piso de la risa incontrolable haciendo que Camus cayera junto con él estrellándose bruscamente contra el piso y lastimándose un brazo…

-¡Carajo Shion!- gritó Camus al honorable patriarca quien seguía sin poder controlar la risa por lo que había escuchado.

Se levantó del piso apretando con su mano izquierda su brazo derecho, y quejándose del dolor sin lograr llamar la atención de Shion quien continuaba riéndose como un poseso, retorciéndose sobre los charcos de semen que había, a esas alturas, casi por doquier.

***

En Géminis, Kanon y Sorrento se encontraban besándose y acariciándose en la habitación de Saga sin tener en cuenta el paso del tiempo, hasta percatarlo con la llegada del amanecer…

-Ya está amaneciendo…- dijo sorrento mientras Kanon besaba el cuello del joven marina.

-¿Qué?- preguntó Kanon regresando a la realidad -¿Amaneciendo? Tenemos que sacar a Saga de ese lugar, sino cuando llegue Saori ni Saga saldrá ileso del berrinche de la diosa.

-Vayamos entonces- respondió Sorrento acariciando el rostro del geminiano con ternura y besándolo por última vez.

Al sentir la caricia de Sorrento, Kanon intensificó el beso nuevamente recostándose sobre el austriaco arrancándole a éste nuevamente ahogados gemidos que parecían invitar al geminiano a seguir allí…

-Va… ahh… mos Kanon… sino… no podremos parar después…- intentaba detener la situación Sorrento mientras Kanon se enderezaba nuevamente y asentía con la cabeza lentamente.

Así, después de vestirse y alistarse salieron corriendo de Géminis con rumbo al templo principal, cuando por fin llegaron desde el umbral notaron el enorme desastre que se había armado durante la madrugada, comida regada por todas partes, orgías aún llevándose a cabo en plena entrada del templo, Shion en condiciones deplorables riéndose como loco en el suelo, entraron rápidamente buscando a Saga en el templo hasta hallarlo sentado frente a Hyoga, Shura y Misty que seguían en plena orgía jugando con chocolate y el torso de Misty quien seguí pidiendo más.

-¿Saga?- preguntó desconcertado Kanon a su gemelo, al verlo en excelentes condiciones.

-¿Qué pasa Kanon? ¿Dónde te metiste? Te has perdido los espectáculos de Shion con Misty, Mu, Shun y con varios soldados…- explicó Saga entre sonoras carcajadas.

-Me imagino, estaba en Géminis, me harté de todo este burdel y demás mucho menos cuando fuiste partícipe del asunto, pensé que estabas ebrio y querías que Saori te viera igual que a los demás- replicó Kanon mientras Saga se levantaba de la silla y daba un par de palmadas a su gemelo.

-¿Viniste por mí Kanon? No puedo creerlo hermano, pareciera que me quieres…- se burlaba Saga mientras Kanon alzaba la mirada en señal de hastío por los comentarios de su hermano mayor.

-Ya párale a tus bromas tontas Saga, sé que no quieres que Saori te involucre a este bodrio de fiesta, así que es mejor que nos vayamos, ya son las 8 de la mañana y…-

-¿Las 8?- interrumpió Saga a su hermano.

-Sí ¿Por qué?- preguntó Sorrento interviniendo en la charla.

-Saori ya no debe tardar en llegar, lo mejor será largarnos de una buena vez.- explicó Saga empujando al par de generales marinos con rumbo a la salida del templo principal.

Cuando salían del templo se percataron que Seiya comenzaba a subir las escaleras desde Aries y detrás de él, Saori junto con Shiryu charlaban sobre su viaje, esperando encontrarse con los caballeros dorados en sus respectivos templos.

-¡Saori!- exclamó Sorrento al ver a la diosa subir las escaleras desde Aries hacia Tauro, comentario que fue escuchado por el pisciano que salía del salón del trono.

‘¡Rayos! Saori…’

Pensó Afrodita y de inmediato comenzó a buscar a Milo para llevarlo consigo y así ambos evitar el problema que pudiera causarse… Le halló junto a la puerta del salón donde se había llevado a cabo la fiesta la noche anterior, lo levantó sobre sus hombros y bajó lo más rápido que pudo las escaleras hacia su templo…

Mientras Afrodita salvaba a Milo de la muy posible histeria de Saori, Saga, Kanon y Sorrento bajaron lo más rápido posible al templo de Géminis justo antes que Saori, Shiryu y Seiya llegasen a él…

-¡Saga!- exclamó Seiya al ver al guardián de la tercera casa del Santuario.

-Hola Seiya, Señorita Kido ¿Cómo estuvo su viaje de vacaciones?- peguntó el mayor de los geminianos mientras Kanon y Sorrento bebían agua sentados frente a la mesa de la cocina mirando toda la escena sin haber sido vistos aún.

-Muy divertido, gracias por preguntar Saga ¿Cómo estuvieron las cosas por acá?- preguntó Saori imaginándose el horror que encontraría templos más arriba.

-Pues más o menos, te diré como yo recibí la visita de mi hermano y uno de sus compañeros la verdad nos dedicamos a recorrer Atenas y casi no estuvimos aquí, sólo para dormir- explicó Saga señalando a su hermano y a Sorrento quienes al percibir la mirada de Shiryu, Saori y Seiya saludaron agitando levemente sus manos.

-Bienvenidos a mi santuario Kanon y Sorrento, espero su estancia aquí esté siendo cómoda y divertida- expresó la joven diosa mientras se acercaba al par de generales marinos que al verla acercarse se pusieron de pie haciendo una leve reverencia.

-Muchas gracias señorita Kido, todo ha sido divertido- dijo un sonriente Sorrento tratando de disimular la agitación.

-Bien, nosotros continuaremos nuestro camino hacia mi templo- dijo Saori haciendo mueca de cansancio –el viaje ha sido largo y cansado, necesitamos reposo- concluyó.

-Los acompañamos, nosotros llevaremos sus cosas, en verdad lucen cansados- sugirió Saga guiñándole un ojo a su hermano Kanon en muestra de complicidad.

-Por supuesto, no podemos permitir que se cansen más cargando tan pesadas maletas- insistió Kanon, ante una mirada gustosa de Saori, la expresión de alivio de Shiryu y Seiya y una mirada de resignación de Sorrento.

Así, Kanon, Saga y Sorrento acompañaron a Saori, Shiryu y Seiya a subir al templo principal cargando las pesadas maletas de los viajantes. Cualquier sacrificio era nada con tal de no perderse el espectáculo que todo parecía indicar se daría en algunos minutos y unas cuantas escaleras…

No hay comentarios.: