Shion se encontraba recostado meditando en los planes de Afrodita, si serían divertidos… serían dos semanas libres, sin la diosa caprichosa diciéndoles qué hacer.
De pronto se abrió la puerta de la lujosa habitación del patriarca dejando ver a un totalmente desnudo Afrodita que ingresaba a la alcoba dejando a Shion boquiabierto.
-¿Afrodita? ¡dioses!- exclamó levantándose para recibir a su visita.
-¿Querías verme no? Además no me he vestido desde que te fuiste, decidí venir así porque supuse que de todas formas la toga saldría sobrando…- rió seductoramente el pisciano.
-Vaya que eres previsor- rió Shion invitando al peliceleste a sentarse a su lado para poder mirarle y tocarle sin distancias…
-¿Cuál es el plan Afrodita?- dijo Shion mientras acariciaba la delicada piel del pisciano…
-Hay que averiguar primero los signos de varios… ahhh… las marinas de Poseidón… los de bronce… ahhh- gemía al sentir las juguetonas manos de Shion sobre todos los rincones de su cuerpo.
-Eso haré…- jadeaba Shion acercando sus labios a los del pisciano quien se apresuró a saciar su sed de sexo con el patriarca.
Shion se dejó caer sobre un desnudo y excitado Afrodita, sus manos acariciaban la cadera del pisciano incesantemente hasta llegar a los glúteos del mismo y juguetonamente introdujo un par de dedos logrando arrancar un sonoro gemido de Afrodita…
-Ah… Shion… más… házmelo duro… te he esperado por horas ahh…- gemía incontrolablemente el peliceleste.
-Como pidas…- dijo jadeante el patriarca.
Se enderezó ayudando al pisciano a separar sus piernas, las levantó sobre sus hombros y acariciando los testículos del pisciano procedió a penetrarlo, los gemidos y jadeos de ambos se alcanzaban a escuchar hasta el pasillo que conducía a la habitación de Shion…
Afrodita movía su cadera de lado a lado totalmente excitado, quería que Shion lo hiciera suyo como tantas veces antes…
Las bruscas estocadas del patriarca lograban excitarlo más, aunadas a las constantes caricias y jugueteos en los que Shion era más que experto… con cada vez que Shion tocaba su excitado miembro el pisciano jadeaba y se movía con mayor intensidad.
Con cada movimiento que ambos hacían la excitación de ambos se acercaba al clímax… Afrodita se enderezó un poco mientras lentamente y en medida de sus posibilidades bajaba sus piernas ayudado por los brazos de Shion, quería sentir los labios de Shion sobre los suyos… besó con desesperación a Shion sintiendo cómo su miembro estaba por estallar…
-¡Dioses!- exclamaba Afrodita –Estás ardiendo… ahhh…- gemía una y otra vez.
Sintió como el semen de Shion le llenaba de un calor que recorría su espina dorsal haciendo que se arqueara y gimiera aún más fuerte eyaculando sobre el vientre del peliverde quien le sostenía entre sus fuertes brazos. Se dejó caer sobre los brazos de Shion totalmente exhausto había esperado demasiado tiempo para saciar su excitación…
Ambos cayeron rendidos sobre la cama, Shion aún acariciaba la delicada piel del pisciano hasta que quedaron profundamente dormidos…
***
-Hoy te tengo los datos que me pediste Afrodita, sólo quieres averiguar sus fechas de nacimiento ¿no es así?- preguntó Shion saliendo de la ducha.
-Sí, Shion- respondió Afrodita mirando por la ventana el movimiento matutino que había en el santuario.
Shion se abrazó al cuerpo aún desnudo del pisciano y besó ese blanco cuello de nuevo mientras acariciaba el pecho de Afrodita.
-Ahh… es difícil saciarte Shion…- jadeó Afrodita –aún estoy cansado…-
-Lo sé, aquí tienes una toga para que puedas ir a tu templo a descansar- dijo Shion dándole una toga limpia al peliceleste.
-Gracias.
-Te llevaré esos datos a tu templo por la noche, así que te veré después…
Salió de su alcoba dejando a Afrodita vestirse en su habitación… el pisciano se levantó pesadamente de la cama, miró la toga que Shion le dejase sobre la cama, la tomó y caminó juguetonamente girándola a su alrededor hacia el baño.
Tras bañarse, salió del tempo principal a hurtadillas con rumbo a su templo, primero para descansar un poco más, y después para seguir calculando su fantástico plan, obviamente, fantástico desde su perspectiva…
Mientras tanto, el movimiento en el santuario parecía normal, los caballeros de bronce habían ido al pueblo cercano para comprar víveres y entretenerse conociendo un poco más los alrededores, a Hyoga le fascinaba evaluar la posible vida nocturna de las ciudades y pueblos que visitaba porque, aunque no lo pareciera, gustaba de socializar y charlar con personas desconocidas, quizás para perderse y olvidarse de su aburrida y “célibe” vida como caballero de Athena. Shiryu gustaba de caminar y recorrer los pueblos observando cómo se desenvolvía la vida de los pobladores analizando casi todo pequeño detalle que encontraba mientras Seiya iba despistado mirando los objetos y productos que los mercaderes vendían en las tiendas y puestos callejeros para saber si podría encontrar algo llamativo que le mantuviera ocupado, al menos, hasta que Saori regresara…
Shun por su parte contemplaba y admiraba la calidez y familiaridad del ambiente, disfrutaba el delicioso clima que estaba haciendo durante ese inicio de verano en Grecia, miraba a los niños disfrutar del sol y los parques juguetonamente, eso lograba llenarlo de paz y tranquilidad.
Por su parte los caballeros dorados se encontraban divididos por grupos de amigos, mientras Saga, Camus, Shaka y Mu conversaban amenamente en Aries, Milo, Aioria, Shura y Aldebarán jugaban póker en el templo de Leo, haciendo apuestas de cantidades ridículas de dinero y Deathmask estaba tirado de espaldas en su templo contemplando sus medallas y burlándose de todas y cada una recordando sus, como él los llamaba, “buenos tiempos”. En el templo principal Dohko y Shion indagaban algunos signos zodiacales y fechas de nacimiento de algunos guerreros, como los de bronce y algunos marinos y unos pocos asgardianos, todo con el propósito de divertirse a su manera y tratar de convencer a Afrodita que, para hacer parejas y obtener chismes que alimentaran sus oídos, no necesitaba de la astrología…
El pisciano peliceleste se encontraba en su templo anotando las fechas de nacimiento que recordaba de sus compañeros de santuario y los pocos signos zodiacales que podía recordar, tal era el caso de los caballeros de bronce…
-Uhm…- murmuraba constantemente el pisciano observando cuidadosamente su tabla con compatibilidades de signos y elementos.
Se recostó nuevamente sobre la cama mientras pensaba en sus compañeros de santuario y las posibles compatibilidades con las que podía probar y jugar…
-Aire con Fuego…- musitó pensativo –sin duda se vería cómico Saga con Aioria… o ¿Qué tal Dohko con Seiya?...- rió divertido.
Se sentó sobre la cama nuevamente pensativo tras haber reído un par de minutos burlándose de aquellas probabilidades de pareja.
-Creo que debo pensarlo bien, mejor esperaré a que Shion me traiga esa lista…-
Dejó la hoja a su lado y cerrando sus ojos se dejó caer sobre la cama de espaldas nuevamente, sabía que le sería dificil pero debía ser muy selectivo y si al menos de 6 parejitas que llegara a formar 3 perduraran más de un par de semanas entonces tendría el cincuenta porciento de efectividad como el “celestino del santuario”.
Un par de horas después, Shion se internó silenciosamente al templo de Piscis, para evitar llamar la atención de cualquier curioso o del mismo pisciano, subió las escaleras rápidamente y al estar frente a la puerta de la habitación del sueco giró la perilla lentamente y la abrió intentando hacer el menor ruido posible. Asomó la cabeza dentro de la alcoba, para cersiorarse que Afrodita se encontrase ahí, al miralo recostado sobre su cama y tan apacible con sus luceros cerrados, entró sigilosamente y cerró la purta tras de sí, caminó hacia donde yacía el peliceleste, aparentemente, dormido y se inclinó para besarlo mientras con su mano derecha acariciaba el cuerpo de Afrodita con aquella toga estorbando entre su mano y aquella deliciosa piel de la que jamás se aburriría y que lograba hacerle perder la cabeza…
Al contacto de la mano y labios de Shion sobre su piel, Afrodita se estremeció levemente ya que no se hallaba dormido y desde el inicio, había percibido al patriarca, correspondió al jugueteo rodeando al peliverde con sus brazos permitiéndole que jugara libremente con su cuerpo.
-Ah…- gimió finalmente Afrodita tras separar sus labios de los de Shion, mientras éste recorría su cuello con los labios, besando y mordisqueando.
Hábilmente Shion levantó la toga del pisciano al sentir la aún ligera excitación del sueco, le miró con picardía mientras rozaba esa delicada piel apenas con la punta de sus dedos, la mirada del patriarca aunada a aquellas finas y juguetonas caricias lograron sonrojar a Afrodita cuyos gemidos ahogados estaban encendiendo a Shion…
.Te daré tu lista mañana temprano, acá la tengo, pero quiero estar contigo toda la noche…- musitó cerca de la oreja del pisciano quien se estremeció con mayor intensidad al sentir el cálido aliento de Shion sobre su delicada piel.
-Ahhhh sí…- gimió el sueco dejándose llevar por los jugueteos de Shion sobre su piel –dámela… ahhh…-
-No te me aceleres- jadeaba el patriarca deslizando sus caricias y lengüeteadas sobre el vientre de Afrodita hasta llegar al ya erecto pene del pisciano engulléndolo casi en un solo movimiento.
Aquello logró arrancarle un ronco gemido al pisciano, adoraba que Shion jugara con su cuerpo, pero quería esa lista más que nada… pero sabía que para conseguirla debía pasar la noche al antojo de Shion…
Dohko entró a piscis buscando a Shion hasta toparse con aquella escena en la habitación de Afrodita, sin duda le gustaba ver a Afrodita teniendo sexo con quien fuera, lograba encenderlo con facilidad, escuchar sus gemidos y jadeos, verlo arquearse y remolinearse, era para él, toda una fantasía que le llenaba de deseo…
Esperaría como espectador hasta que Shion terminase de jugar con Afrodita, sobre todo para darle la hoja que el patriarca había olvidado en su templo, pero también para saciar su propia calentura…
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