Salió de su habitación con una túnica blanca, no de gala, una verdaderamente sencilla. Decidió recorrer los templos desde Piscis hasta Aries, uno por uno visitando y platicando con los dueños de los mismos para distraerse, obviamente obteniendo de algunos caballeros dorados respuestas dudosas por su extraña actitud y de otros como Camus, Saga y Milo total indiferencia a su actitud y preguntas.
Una vez saliendo de Tauro, Shion suspiró profundamente para continuar hacia el templo de su discípulo Mu.
‘Espero Dohko no siga allí, no estuvo en su templo…’
Pensó Shion bajando las escaleras hasta llegar al umbral del templo.
-¿Mu?- preguntó internándose en el vestíbulo del templo.
-¡Maestro!- exclamó Mu al ver a Shion en su templo con extraña sonrisa y mirada -¿Pasa algo?-
-No, mi estimado Mu, sólo venía a saludarte ¿Ocupado?- preguntó mirando hacia todas direcciones como buscando a Dohko.
-No- respondió el joven ariano con extrañeza en sus facciones.
-¿Tienes visitas?- volvió a preguntar Shion de forma inquisitiva.
-No, no hay nadie más que yo aquí ¿Por qué?- preguntó Mu sospechando que su maestro supiese algo de lo sucedido horas atrás.
-¡Por nada Mu! sólo pensé que sería bueno saber si todo está bien contigo aquí, si estás cómodo, si no te falta nada… eso es todo- dijo Shion despertando aún más las sospechas de Mu.
-Ya veo…- respondió de forma casi inaudible.
-¿Todo bien entonces?- preguntó para despistar a su discípulo.
-Sí, todo perfecto maestro- respondió el pelilila fijando su mirada en la de su maestro.
La mirada de Mu reflejaba temor, desconfianza, una especie de mezcla entre aquello y dolor o tristeza que Shion no podía traducir perfectamente, cosa que le hizo ponerse tenso y decidir salir disparado para buscar a su colaborador en desastres.
-Bueno te dejo Mu, tengo que salir a ver a los santos de plata… ¡Adiós!- salió corriendo del templo de Aries ante la mirada atónita de su discípulo.
Corrió escaleras abajo para buscar a Dohko hasta encontrarse con Argol de Perseo deteniéndose y recuperando su compostura frente al caballero de plata que le miraba extrañado, ya que el patriarca jamás había llegado hacia esa parte del santuario.
-Argol… ¿Has visto a Dohko?- preguntó Shion retomando su seriedad y su aliento después de correr así.
-No, pero más le vale que no lo encuentre con Misty de nuevo- respondió molesto el santo de plata.
-¿Misty?- preguntó Shion extrañado.
-¡Cómo si usted no lo supiera! De hecho debe estar con Misty… vayamos a ver…- dijo Argol caminando hacia la cabaña donde Misty descansaba por las noches después de cubrir sus obligaciones y entrenamientos.
Argol abrió la puerta sin siquiera tocar antes de hacerlo y entró encontrándose con Misty entre los brazos de Dohko de Libra profundamente dormidos.
-¡Lo ve!- gritó Argol despertando al par de caballeros y logrando que por la impresión de ver a Argol y Shion juntos Dohko se cayera de la cama.
-Jeje- rió Shion nervioso –Eso veo… ¡Dohko vámonos de aquí pero ya!- gritó fingiendo molestia ante el santo de plata.
Dohko tomó su ropa y apenas colocándose los pantalones salió corriendo detrás de Shion dejando a Misty y Argol discutir a solas.
Una vez en Libra Shion comenzó a carcajearse como si fuese un niño pequeño burlándose de alguien que cometió una burrada.
-¡Ya basta Shion!- exclamó Dohko incómodo por lo sucedido y las carcajadas de su entrañable amigo.
-Es que en serio… ¿Buscas a Misty seguido?- preguntó recuperando la compostura.
-Algo así…- asumió Dohko mirando a Shion aguantarse la risa.
-¡Que horror que te hayan despertado así!- rió nuevamente el patriarca.
Dohko se dejó caer sobre el sillón que tenía detrás suspirando, esperó hasta que a Shion se le hubiese pasado el ataque de risa y burlas para preguntarle:
-¿Qué querías?-
-¿Cómo?- preguntó extrañado Shion.
-Sí, ¿Para qué me buscabas? O sólo querías verme en una situación embarazosa- insistió Dohko.
Shion se sentó al lado de su amigo poniendo su mano derecha sobre la rodilla de Dohko…
-¡Por supuesto que no! Además, como si fuera la primera vez que te veo en una situación así…- rió nuevamente -¡Ya! Dejo de burlarme… necesitaba hablar contigo, pero aquí no, porque las paredes oyen- explicó Shion mirando hacia todas partes como si fuese paranoico.
-Ya entiendo…- asintió Dohko –deja me termino de vestir y vamos a tu alcoba ¿Te parece?- preguntó levantándose del sillón para subir a su recámara y terminar de vestirse mientras Shion lo esperaba.
Una vez dentro de los aposentos de Shion, Dohko se dejó caer cansado sobre la cama del patriarca.
-¿Qué querías Shion?- preguntó cerrando sus ojos.
-¿Cómo te fue con mi discípulo?- preguntó de forma directa el patriarca sentándose sobre el sillón frente a su cama.
-Bien, pero…- volvió su mirada hacia Shion –es demasiado dulce… además me mentiste dijiste que era todo un experto y era su primera vez.- reprochó con la mirada fija en la de Shion.
-Lo sé- asintió el patriarca bajando la mirada –pero… ¿Cómo ha ido el asunto?-
-Bien, si lo que querías era que le quitara lo virgen ya lo hice- respondió sentándose sobre la cama.
-Ya veo… y ¿Mu como lo tomó?- preguntó curioso Shion.
-¿Qué cosa? ¡No lo violé! Lo convencí, pero ¿Sabes? Me gustó mucho probar su piel, tenerlo a mi lado, fue sensacional de cierta manera nunca me he sentido así…- confesó el librano ante el asombro de shion por escuchar aquellas palabras.
-¿Te has enamorado de Mu?- preguntó volviendo a la realidad.
-No lo sé, y no lo creo pero sí puedo decirte que me ha encantado tu discípulo- aseguró.
-Un cazador que resulta cazado por su presa… viniendo de ti parece inaudito- aseveró Shion ante la mirada encendida de Dohko.
-¡Jamás!- aseguró levantándose –La única presa que jamás se ha dejado cazar por mí has sido tú Shion y… ¡Hasta que no lo consiga no descansaré! ¿Entiendes?- aseguró molesto el librano.
Shion se levantó y caminó decididamente hacia Dohko, una vez frente al caballero dorado de Libra rodeó su cuello con sus dos brazos y comenzó a besarlo tímidamente hasta que Dohko reaccionó y profundizó el beso acariciando la espalda de Shion.
Aunque la túnica de Shion era muy sencilla y ligera parecía estorbarle a Dohko quien, rompiéndola, la arrancó del cuerpo del patriarca quien con ese arrebato cedió a las pasiones de Dohko totalmente, mordisqueando el cuello del chino.
Las manos hábiles de Shion quitaron todo estorbo sobre el cuerpo de Dohko con suma rapidez sin despegar por completo su cuerpo del de su amante, los constantes gemidos de Shion por el roce de las manos de Dohko sobre su vientre y su miembro le aseguraban a Dohko que el patriarca, su presa, estaba gozando de aquel encuentro que pese haber estado juntos mucho tiempo como compañeros jamás se había dado.
Dohko llevó a Shion a recostarse sobre la cama bajo él para continuar con los roces de manos, los besos y ligueros mordiscos, Dohko se había jurado a sí mismo que Shion caería con él y que se volvería adicto a ello, pero, estando así en ese momento no podía pensar en otra cosa que no fuera que ambos lo gozaran para que no fuera la última vez que tuviera a Shion a su lado para besarlo y tocarlo a placer.
Descendió, sobre el cuerpo de Shion, besando, lamiendo y mordisqueando aquella pálida piel que tantas ganas tenía de probar, jugueteó en uno de los pezones del patriarca dejándolo erecto casi de inmediato, lamió juguetonamente el vientre de shion mientras éste expectante miraba lo que sucedía acariciando el cabello de Dohko y de vez en cuando apretando las sábanas entre sus manos.
Finalmente, Dohko llegó al ya duro miembro de Shion y comenzó, inquietamente, a lamerlo hasta introducirlo entero en su boca, succionó y lamió degustando el sabor de esa sensible piel. Shion gemía incontrolablemente arqueándose por aquellas sensaciones sobre su cuerpo, apretó sus ojos jadeante y suplicando por más.
Dohko sabía que Shion estaba disfrutándolo tanto como él pero no quería que las cosas terminaran tan pronto, disfrutaría a Shion tanto como pudiera, así que sacó el miembro de Shion de su boca y tras abrir las piernas de Shion y flexionarlas, volvió a recostarse sobre el ariano para besarlo mientras recorría con sus manos el cuerpo del patriarca.
El sonrojo de Shion parecía, de cierto modo, complacer y conmover al apasionado Dohko quien jadeante besaba repetidamente esas encendidas mejillas mientras Shion gemía y a ratos mordisqueaba el lóbulo de la oreja izquierda de Dohko mientras jugueteaba con el castaño cabello del librano.
Sin duda alguna Shion estaba entregando su cuerpo sin miramientos a quien con tanto ahínco intentó convencerlo durante años y que jamás había cedido, había valido la espera pero en su interior sabía que para Dohko, era solamente un capricho más aunque pensándolo bien, tampoco Shion era precisamente un santo…
Incorporándose a medias, Dohko levantó con sus manos la cadera de Shion ante la mirada extasiada de éste, para comenzar con la penetración, comenzó a entrar lentamente arrancándole a Shion constantes y frenéticos gemidos y jadeos mientras apretaba las sábanas entre sus dedos.
Aquella visión de Shion sonrojado, sudado y totalmente excitado por los estímulos que él había provocado le tenía fascinado y empezaba a darse cuenta de la entrega de Shion para con él, se sentía temeroso en parte porque sabía que si ambos cedían totalmente a ese juego terminarían lastimándose precisamente por que no eran el ejemplo de fidelidad y seriedad que tanto trataban de aparentar ante su diosa.
Comenzó a moverse en el interior de Shion, al principio muy lentamente hasta ir acelerando las estocadas, los gemidos y jadeos de ambos podían ser escuchados desde el pasillo, donde un par de soldados se reían de lo curioso de la situación.
Guió su mano hacia el erecto miembro de Shion para acariciarlo y llegar juntos a la eyaculación. Acercó su rostro al de su patriarca para besarlo nuevamente sintiendo como una intensa descarga eléctrica recorría las espaldas de ambos con esos movimientos hasta provocar la eyaculación de Shion en sus manos y mojando su vientre, y después la de Dohko llenando a Shion de un calor indescriptible para el patriarca quien con aquello se arqueó gimiendo aún más fuerte.
Ambos quedaron abrazados y exhaustos sobre la cama del patriarca aún besándose y tocándose hasta que Dohko decidió cortar con aquello.
-¿Te ha gustado mi patriarca?- preguntó casi en un susurro al oído de Shion.
Volviéndose a sonrojar, Shion asintió ligeramente con la cabeza acercando sus labios a los de Dohko nuevamente, no quería dejar de degustar aquellos carnosos labios sobre los suyos, esa juguetona lengua dentro de su boca, su aliento, esa cercanía… sin duda estaba cayendo y rápido a los juegos de Dohko, justo como todos los otros lo habían hecho con anterioridad.
El librano rodeó a Shion con sus brazos hasta que éste terminase profundamente dormido, contempló la apacible expresión del patriarca mientras dormía quedando fascinado por aquello y también quedar dormido al lado de aquel hombre.
‘Se parece tanto a Mu’
Pensaba Dohko mientras reaccionaba para encontrarse con que Shion seguía dormido a su lado. No había podido dejar de pensar en Mu durante toda la noche y parte de la tarde del día anterior, incluso aunque se había esforzado teniendo sexo con Misty y hasta con Shion, a quien siempre había deseado internamente, sin confesarlo.
Se sentó sobre la cama evaluando la habitación y tratando de recordar todo lo que había hecho con Shion la noche anterior sin conseguir olvidar al menor de los arianos, esa dulcura, esa timidez, la mirada de Mu, sus labios, su cuerpo mantenían a dohko en una tensión que logró despertar a Shion de su sueño…
-¿Estás bien?- preguntó acariciando el vientre del librano de manera juguetona.
-S..Sí- respondió titubeando y separando al mano de Shion de su cuerpo.
Shion miró aquello con dolor, sabía que algo andaba mal y tenía sospechas pero no quería creerlas hasta escucharlo todo de la boca del mismísimo Dohko.
-¿Es por Mu? ¿Cierto?- preguntó con un dejo de dolor en su tono de voz y en su mirada.
-Sí- afirmó Dohko apenado.
-Eso pensé- se levantó de la cama cubriendo su cuerpo con retazos de la túnica que dohko había roto apasionadamente.
-¡Shion! ¿A dónde vas?- preguntó viendo como el patriarca caminaba con rumbo a una puerta.
-A bañarme Dohko, tengo cosas que hacer y por lo que veo…- bajó la mirada con tristeza –Tú también-
Entró al baño cerrando la puerta tras de sí ante la mirada extrañada de Dohko quien se vistió y salió de la habitación aún pensando en todo lo sucedido. Llegó a libra sin siquiera haber saludado a sus compañeros cuando pasó pos sus templos, iba tan sumido en su pensamientos que parecía no haber nada a su alrededor más que Mu y lo sucedido con Shion.
Se encerró en su habitación dejándose caer sobre su cama con la mirada fija en el techo…
‘Me ha fascinado estar con Mu, pero… por otro lado… Shion… ¿Qué voy a hacer ahora?’
Pensaba cuestionándose una y otra vez hasta quedarse profundamente dormido. Shion se mantuvo encerrado en su lujosa recámara todo el resto del día levantando las sospechas de los soldados y algunos caballeros dorados que extrañados insistían en entrar golpeando la puerta, hasta que Saga de Géminis llegó.
-¡Háganse a un lado!- pidió –Shion… voy a entrar, no te estoy pidiendo permiso- agregó.
El santo dorado de Géminis abrió la puerta ante la mirada estupefacta de Afrodita, Milo y Aldebarán quienes no se habían atrevido a entrar sin pedir permiso antes. Una vez dentro de los aposentos de Shion, Saga cerró la puerta y se dirigió a abrir la gruesa cortina que impedía el paso de la luz al interior de la alcoba.
-Shion, levántate… ¡Nada puede ser tan malo como para que te rindas así!- exclamó Saga sentándose sobre la cama a un lado de Shion.
-Largo Saga…- musitó el patriarca -¡Quiero estar solo hoy! ¿Es tan difícil de entender?-
Aquel cuestionamiento del patriarca sin duda sacó de balance al geminiano quien tras pensarlo un par de segundos respondió:
-No puedo creer que tras dedicarte a jugar como lo haces, finalmente alguien sí quebró tus esquemas y que justamente haya sido tu compañero de desgracias- rió Saga provoando que Shion se levantara furioso.
-¡Largo de aquí!- gritó mirando fijamente a Saga quien sin inmutarse agregó:
-Al menos te hice levantarte de la cama y abrir los ojos… Misión cumplida- se levantó dejando a Shion impactado por aquello.
¿Acaso Saga había hecho eso para ayudarlo? ¡No! Saga siempre gustaba de burlarse cuando sucedían estas cosas ¿Por qué ahora iba a ayudarlo a recobrar su compostura?
Por otra parte Misty se dirigió al templo de Aries, tras escuchar de Argol lo sucedido entre Mu y Dohko.
-¿Señor Mu?- preguntó tímidamente el lagarto de plata.
-¿Misty?- respondió Mu apurado -¿Qué pasa?-
-Necesito contarle algo…- dijo sonrojándose ligeramente.
-¿Qué cosa?- insistió Mu deteniéndose.
-Iba a ver al Señor Dohko ¿Verdad?- preguntó nuevamente Misty.
-Algo así… ¿Qué cosa quieres contarme?- preguntó nuevamente perdiendo la calma.
-Desde hace unos meses el señor Dohko y yo nos acostamos en mi cabaña, o en su templo o en los manantiales, para serle sincero él me busca, nunca ha sido al revés- contó con toda seguridad ante la mirada estupefacta de Mu.
-Ya entiendo…- asintió el ariano.
-Lo que quería decirle es que tras estar con usted ayer – la mirada de Mu quedó en blanco tras el comentario –Fue a buscarme a mí y estuvimos en mi cabaña gran parte de la tarde, después que dejó de llover…-
-Entiendo- aseguró Mu –No te preocupes, gracias por contarme eso-
Misty salió del templo de Aries con sonrisa de satisfacción, si era verdad que Dohko quería volverse amante de Mu sin volverle a buscar entonces él tomaría cartas en el asunto tratando de impedir esa catástrofe...
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