6 nov 2010

Es tu fin

Mientras Muraki, furioso, contemplaba a Tsuzuki desangrarse herido en el suelo entre los brazos de Hisoka, Tatsumi aprovechaba para atacar a sus dragones junto con Suzaku y Byakko terminándolos uno a uno sin que el malévolo doctor se diese cuenta de la situación y pudiese defenderse a tiempo ante algún ataque de Tatsumi-san o de alguno de los shikigami de Tsuzuki… 

-Resiste Tsuzuki… prometiste que no me dejarías solo- lloraba Hisoka angustiado por el deplorable estado de su compañero. 

-No voy a morir, voy a cumplir mi promesa…- intentó levantarse de entre los brazos del menor ante la encendida mirada de Muraki quien era, en ese instante blanco de los ataques de Tatsumi que aprovechaba ese momento de distracción obsesiva del doctor… 

-¡Aargh! Demonios…- se quejó Muraki de rodillas en el suelo ante el impacto contra su costado, ya se encontraba herido por los atinados ataques de Tsuzuki ahora estas nuevas heridas le dificultaban aún más lograr su objetivo, pero ya no había marcha atrás, con todo y ese cuarteto de estorbos iba a hacer todo lo posible por llevarse a Tsuzuki consigo… Se levantó como pudo decidido, haría el dragón más grande que jamás se hubiese visto y se lo llevaría consigo, sería suyo por toda la eternidad… 

-¡CUIDADO KUROSAKI-KUN!- gritó Tatsumi-san al ver el enorme dragón emergiendo de aquel pentagrama de fuego que Muraki había creado con su invocación… 

Hisoka se quedó pasmado mirando el tamaño de aquel dragón que amenazaba con despojarles de sus vidas como shinigami… Sin pensarlo dos veces Tsuzuki alejó a Hisoka para enfrentarse a ese dragón y terminar de una buena vez con aquel psicópata doctor. 

-¡TSUZUKI!- Hisoka estaba aterrado entre los brazos de Tatsumi que había recibido al menor después que Tsuzuki le empujara. 

-El lo logrará Kurosaki-kun, creamos en él- afirmó Tatsumi también preocupado por su compañero. 

Tsuzuki junto con Byakko y Suzaku luchaban con todas sus fuerzas contra aquel enorme dragón y Muraki, su creador, al punto de crear una gigantesca explosión, despidiendo con su fuerza a Hisoka, Tatsumi y los hermanos GuShoShin a varios metros de distancia… 

La potente luz y estruendo que generó la explosión logró aturdirles, una vez pasado el efecto Hisoka corrió a la escena donde Muraki yacía cubierto de sangre, estaba muriendo, en su rostro estaba impreso una expresión de insatisfacción que perturbó a Hisoka… 

-Tiene que ser mío…- balbuceaba ahogándose con su propia sangre, intentó levantarse cuando Tatsumi se lo impidió empujándolo de nuevo contra el suelo. 

-Kurosaki-kun ve con Tsuzuki, ahora, yo me encargo de Muraki- dijo mirando fijamente a los ojos de Hisoka logrando extraerlo del shock. 
-Sí, voy…- corrió buscando a Tsuzuki para hallarlo a unos metros de distancia de donde se había generado la explosión, se arrodilló a su lado para levantarlo entre sus brazos, sabía que no podría levantarlo por completo pero tenía que hacerlo volver en sí al menos -¡Tsuzuki! Resiste por favor, no me dejes solo…- sintió como las lágrimas comenzaban a brotar de sus ojos color esmeralda pese a que intentó mantener fría su cabeza y su corazón para poder ayudarlo… 

Ambos GuShoShin se apresuraron a llegar donde Hisoka sostenía a Tsuzuki entre sus brazos, miraron la escena con tristeza, Tsuzuki se encontraba en condiciones deplorables… Hisoka lo estrechó entre sus brazos colocando su rostro junto al ensangrentado rostro de su amado compañero, le suplicaba que reaccionara, que no le dejase solo, que lo quería a su lado sin obtener respuesta alguna que le satisficiera. 

Tatsumi se aproximó a donde se encontraban sus compañeros para ver lo que sucedía, su rostro se marcó con una mezcla entre coraje y tristeza profunda. 

-¿Qué pasó con el doctor Muraki Tatsumi-san?- preguntó el mayor de los GuShoShin 

-Murió sin pagar esto- apretó su puño molesto por la situación… 

-¡Tsuzuki!- exclamó Hisoka al verle reaccionar poco a poco, el menor de los GuShoShin se acercó de inmediato para ayudar en lo que fuese necesario. 

-Estoy bien- musitó titubeante Tsuzuki ante el asombro de Tatsumi y ambos GuShoShion, al escucharlo Hisoka lo estrechó fuertemente entre sus brazos aún con lágrimas recorriendo sus mejillas… 

-Lo cumpliste, gracias Tsuzuki- murmuró débilmente Hisoka al oído izquierdo de Tsuzuki quien acarició tiernamente la cabeza del chico murmurando: 

-No voy a dejarte solo…- se iluminó su rostro con una cálida sonrisa que provocó ligero sonrojo en Hisoka, sonrojo que pasó desapercibido por Tatsumi y el menor de los GuShoShin, pero no para el mayor quien terminó diciendo: 

-Es hora de volver al EnmaCho, el caso ha sido resuelto y el doctor Muraki no dará más problemas- dijo entusiasmado ganando aceptación general ante la propuesta. 

Llegando al EnmaCho, estaban siendo esperados por el jefe Konoe y por Watari quienes habían aguardado el regreso de sus camaradas impacientemente… 

-Bienvenidos de vuelta Tsuzuki, Kurosaki-kun- dijo finalmente el jefe Konoe al verles llegar con heridas menores a comparación de cómo habían llegado la última vez que Muraki había intentado llevarse a Tsuzuki… 

-Gracias jefe- dijo sonriente, aunque denotando que se sentía adolorido por sus heridas, el mayor de los shinigami, llevando su mano izquierdo a su brazo derecho en señal de dolor, Hisoka agradeció la bienvenida con una ligera aunque preocupada sonrisa. 

-Será mejor que vayan a descansar, lo tienen merecido- dijo Konoe al verles 

-¡Pero antes déjenme mostrarles mi última creación!- exclamó Watari entusiasmado con una de sus típicas y extrañas máquinas –les presento un invento que revolucionará la cocina… este micro-horno que cuando aprietas este botón…- apretó el botón haciendo que la pequeña caja metálica creciera dejando ver un horno de un tamaño mediano, pero aún no muy práctico para hornear algo grande -¡TA! ¡TAAA!- 

Todos le miraron sin salir de la estupefacción hasta que Tatsumi cubrió su rostro con su mano derecha… 

-Como siempre, tú y tu sentido del diseño e invención…- 

Todos rieron al notar la siempre serie reacción de Tatsumi-san a los inventos de Watari quién parecía despreocupado y alegre como siempre… del pequeño horno sacó un pequeño pan dándoselo a Tsuzuki… 

-Sé que te gusta, tómalo, es para ti- dijo sonriente el shinigami inventor. 

Los ojos amatista de Tsuzuki se iluminaron al instante que recibió el pequeño y dulce trozo de pan horneado en el nuevo invento de Watari… 

-¡GRACIAS WATARI!- agradeció efusivo con amplia sonrisa y su típica mirada de niño pequeño que tanto llenaba de calidez a sus compañeros. 

Hisoka y Tsuzuki se retiraron poco después de recibir el pan, estaban demasiado cansados y adoloridos para sentarse a charlar largamente sobre lo sucedido con Muraki y el caso en Nagasaki.

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